Por: Laura Escobar.

La escritora y periodista argentina, Mariana Enriquez, es reconocida por escribir novelas y relatos del género fantástico y de terror. Es columnista y subeditora del suplemento Radar del diario Página/12 y ha colaborado en diferentes revistas como Anfibia, Orsai, La mujer de mi vida y El Guardián. Ella visitó por tercera vez el Perú para formar parte de los expositores internacionales del 2do Festival de la Palabra, organizado por el Centro Cultural de la Pontificia Universidad Católica del Perú que se llevó a cabo del 15 al 19 de abril.

En todos lados la literatura no es un arte mayor

Para Mariana Enriquez en los países latinoamericanos así como en otros lugares se trata a la literatura con mucha solemnidad y por eso no está de acuerdo que se diga a los demás qué leer o que tienen la obligación de leer. “Me gusta que se reemplace palabra por literatura. Hay lugares en que la literatura está más sacralizada que en otros. En Argentina es un poco más brutal, hay muchos talleres, muchos jóvenes que escriben siguiendo un movimiento underground muy importante. Están desde las 9 de la noche hasta las 2 de la madrugada leyendo cuentos. Es un delirio, parecen recitales de rock. Hay una relación muy poco sacralizada con la literatura, en otros lados se considera un arte mayor”.

Por ese motivo, le parece adecuado que los festivales se empiecen a llamar “Encuentros de la palabra” más que encuentros literarios, porque la realidad indica que hay otras maneras para consumir textos y contar historias.

El impacto del terror en la sociedad

Mariana, desde pequeña, ha sentido fascinación por el género fantástico y de terror. Su abuela, una mujer que había crecido en Corrientes, una provincia muy cerca de Paraguay y de Brasil, le contaba leyendas de fantasmas de la zona que casi siempre terminaban en finales espeluznantes. Comenta que el terror le otorga al lector una sensación física que no es frecuente en otros géneros: “Ese susto que provoca la lectura, que te hacer cerrar el libro y decir no puedo más. Tenés una relación un poco más intensa, sobre todo para lectores principiantes que no están acostumbrados a disfrutar de la literatura de otra manera. Da un impacto y un disfrute muy rápido, muy directo, muy primario en algunos sentidos”. Por eso que alguno de los cuentos de su libro “Los peligros de fumar en la cama” forman parte del currículo escolar en Argentina y ha tenido la oportunidad de conocer a ese público principiante de cerca.

También nos comenta que al narrar terror se pueden introducir temas sociales, políticos y culturales. Por ejemplo en Carrie, la novela de Stephen King, es una novela sobre bullying, masacres escolares, fanatismo religioso y además trata sobre una chica que tiene telekinesis.

En sus cuentos hay gente que desaparece, lo que está muy relacionado a la violencia política argentina de la década de los 70’ y los 80’, coincidiendo con su infancia. “Esos primeros recuerdos, las primeras sensaciones de todo aparece literariamente sin que yo lo busque. Como suelen aparecer las cosas de esos años”. También por este motivo para ella tanto el género fantástico y el de terror tienen una importancia similar que se otorga al realismo “Son tan literatura y tan artificiosos como lo es el realismo”, sentencia la narradora.

Para los que empiezan a escribir

Mariana suele ser jurado de novela y observa errores frecuentes como: Contarlo todo, “Todo lo contrario. Cuando menos contás y más sugerís es más impactante para el lector, porque lo dejas imaginando: ¿Qué le habrá pasado al personaje?”.

Sobre la construcción del personaje: “Los norteamericanos lo llaman “show, don`t tell”. Un ejemplo clásico es que no puedes decir que un tipo es malo, tenés que escribir como el tipo agarra un niño y lo degüella. No me quieras convencer que es malo sin mostrarme que es malo”.

También menciona sobre el pacto del escritor con los lectores, como aquello que les funciona a ciertos escritores que tienen lectores cautivos y ni si quiera el propio escritor tienen una posición de por qué sucede este fenómeno con unos y con otros no. “¿Por qué todos los chicos del mundo se volvieron locos con Harry Potter? Es un cuento bastante clásico y sin embargo es un fenómeno cultural. Esos pactos de lectura no tienen demasiada explicación de por qué ocurren ¿Es un texto perfecto? No lo creo, aunque tiene momentos notables.”

Finalmente para ella, lo único que te puede enseñar a escribir es leer, saber qué leer y saber para qué uno es bueno escribiendo. De lo que mejor puede escribir una persona es de lo que más ha leído.

La responsabilidad del periodista

Como periodista cultural y docente de la Facultad de Periodismo y Comunicación Social de la Universidad de La Plata, Enriquez tiene claro que el periodista tiene la responsabilidad de darle a la gente buena información. Una información pensada, con un punto de vista honesto y dejando de lado el ego. “El periodismo no es opinión, es tratar de contar lo que hacen los otros, los hechos de los otros. Hay hechos que son insoslayables”.