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Javier Ponce: “En el Perú, donde voltees a mirar, hay material documental”

Director del documental “Sarita Colonia, la tregua moral” presentará su trabajo en el Centro Cultural PUCP el lunes 8 y el miércoles 10 de agosto en el Ministerio de Cultura.

Publicado: 2016-08-08

Por: Kimberly Acero.  

Como parte del XX Festival de Cine de Lima, el director Javier Ponce Gambirazio presentará el documental “Sarita Colonia, la tregua moral” en el Centro Cultural de la Pontificia Universidad Católica de Lima el lunes 8 de agosto a las 4:30 p.m. y el miércoles 10 de agosto a las 8:30 p.m. en el Ministerio de Cultura.

Javier Ponce realizó una exhaustiva investigación que nos permitirá ver el reflejo de nuestra sociedad actual y muchas de las necesidades de integración que se sintetizan y concretan en el culto a Sarita Colonia; santa de migrantes, delincuentes, prostitutas y travestis, que, en los días de fiesta, pese a sus diferencias, realizan una tregua moral.

TVRobles conversó con el director Javier Ponce y nos compartió detalles del documental y de su investigación acerca de este fenómeno social.


¿Qué ha motivado la investigación sobre el culto a Sarita Colonia?
Bueno el culto a Sarita Colonia es una realidad bastante atractiva porque es conflictiva. Es decir, como espectador que ve desde afuera, genera un conflicto; la miras y no sabes si es santa o no es santa. Si es santa para los delincuentes entonces no es santa porque no es un modelo a seguir, un modelo moral; si es santa para las prostitutas, para los travestis… Y uno va el día de la fiesta de Sarita Colonia y la gente se trata todos como hermanos, los ladrones deciden ese día no robar, por eso se llama “la tregua moral” el documental. Entonces, te genera, desde afuera, una sensación extraña, porque cómo esta persona que no es aceptada por la Iglesia Católica es justamente quien concreta el milagro cristiano del amor al prójimo, a todos por igual, sin exigirte que cambies.
¿Desde cuándo vienes trabajando con este caso?

Yo vengo acercándome al fenómeno Sarita Colonia desde hace 20 años, voy al cementerio las fechas conmemorativas; que son el 20 de diciembre, que se conmemora su muerte y el 1 de marzo, que se conmemora su nacimiento. Entonces voy estos dos días, siempre voy con una cámara chiquita grabando, me fui metiendo dentro de esta realidad social, antropológica, que algunos llaman religiosa, otros no la llaman un fenómeno religioso; hay una discusión ahí, es otra más de las discusiones.   

Fui descubriendo que había toda esta cosa muy atractiva y maravillosa detrás de la figura de Sarita Colonia, pero no de Sarita Colonia como biografía, porque de su biografía básicamente no se sabe nada, muchas versiones distintas alrededor de su muerte. Cada grupo social que la venera tiene una versión de su muerte distinta: unos dicen que la quisieron violar y se le borró la vagina, otra gente dice que la quisieron violar y se tiró al mar, otros que yendo a cuidar a los pobres la atropelló un tranvía, otros dicen que fue por el maltrato de sus jefes en una casa donde era doméstica… Cada uno de los grupos recrea su propia Sarita Colonia, eso es muy interesante.

¿Cómo ha sido este proceso de investigación? ¿Desde hace 20 años, que inició tu acercamiento al tema, ya tenías pensado realizar el documental?
En el 2004, hablando de la historia de Sarita Colonia en Madrid, la revista española “Letras Libres” me invita a hacer un artículo sobre Sarita Colonia; entonces, ahí me pongo a investigar qué había de bibliografía sobre ella, investigaciones previas, y había muy poco. Vi que había una necesidad, digamos que ahí se planta la primera piedra, ahí comienzo a pensar que cosa va faltando y me voy acercando más a esta celebración, y finalmente descubro que ahí hay un documental. En el Perú, donde voltees a mirar, hay material documental más que de ficción. Vi que había ahí un documental y dije que este iba a ser mi siguiente proyecto, después de Lucha Reyes.
¿Crees que este culto sea una expresión de la realidad contemporánea?

Sí, porque Sarita Colonia se va reinventando. La imagen incluso de Sarita Colonia cada año y cada temporada tiene una nueva imagen, no es que quede la misma estampita de siempre.   

Como no hay una cofradía, no hay una hermandad que decida cuál es la versión oficial, cada devoto puede y tiene la libertad de reinventar a Sarita como quiera. Además, sus devotos van cambiando; los que en un momento la adoraban, como eran los microbuseros, porque se sentían marginales, y marginados, y porque eran migrantes de primera generación de la sierra, hoy son una potencia económica, son dueños de las líneas de transporte y han dejado de adorar o seguir a Sarita Colonia. Entonces, los adoradores de Sarita Colonia van cambiando, y van cambiando la historia alrededor de ella; entonces, yo creo que sí es una figura contemporánea, además, es una figura que ha sido adoptada por muchos artistas como ícono pop, ícono kitsch. Sarita ha sido reinterpretada libremente, y esto la mantiene viva, la mantiene como una expresión que por todas las clases sociales o culturales del Perú es reconocida. Es un punto de encuentro más entre todos los peruanos.

Además, es una santa contemporánea, representa a la realidad actual y sus devotos son prostitutas, travestis, delincuentes ¿Crees que también la Iglesia Católica debería renovarse para incluir este culto?

La Iglesia tendría que cambiar ciertos parámetros para que pueda ser incluida Sarita, porque una de las ideas de la Iglesia Católica es que el santo sea un modelo a seguir; es decir, si el santo es bueno y sigue los lineamientos de la fe católica, uno como fiel y devoto de ese santo debe cambiar su manera de ser también. Entonces, ese es uno de los primeros obstáculos para que Sarita sea aceptada por la Iglesia. Sarita no es modelo de conducta para mucha gente; el ladrón sigue robando, la prostituta se sigue prostituyendo, etc. Y por el otro lado, no solamente los devotos no modifican su manera de vivir, sino que tú le puedes pedir a Sarita milagros que están reñidos por la fe católica; es decir, yo como delincuente le puedo pedir a Sarita que mi robo salga exitoso y la policía no me atrape, yo como prostituta le puedo pedir a Sarita seguir aparentando ser joven para seguir prostituyéndome, las travestis, por ejemplo, le piden a Sarita volver a casa, después de prostituirse, con vida. Le piden algo tan elemental que para nosotros puede ser algo normal, que damos por descontado, y ellas lo piden como un milagro. Los milagros que se le piden a Sarita es una gama muy larga de milagros, y sus devotos no se sienten con la tranquilidad y disposición de pedirle esos milagros a otro tipo de santos de la Iglesia Católica. Además, hoy la Iglesia Católica no responde a la aclamación popular, un santo ya no se convierte en santo porque todo el mundo lo aclama, sino porque hay un proceso, como un proceso judicial, en la que la persona debe ir probando su inocencia.   

Hay un proceso millonario que sería imposible que lo afronte la gente seguidora de Sarita; sobre todo, porque no hay ni siquiera una cofradía, no pertenece a una orden religiosa, no hay fondos. Ni siquiera la fiesta tiene un patrón, un mayordomo, cada año y cada fiesta la organiza la misma Sarita, con los milagros que te hace te obliga a darle algo a los otros devotos, llevando comida, llevando bebida o lo que puedas invitar. Por eso dicen que la fiesta la organiza ella misma, cada año y cada fecha la fiesta es distinta; un año te encuentras con mariachis, otro año te encuentras con un grupo de huayno, otro año te encuentras con mucha comida, otro año las travestis regalando mangos… va variando.

¿Se podría decir que el culto a Sarita Colonia resalta el lado humano de los delincuentes, a los cuales la sociedad no le encuentra capacidad de solidaridad ni ningún otro valor positivo; pero que en la fiesta de Sarita Colonia comparten con los demás devotos?
Exacto, por eso se llama el documental “La tregua moral” porque alrededor de ella se hace esta tregua. Yo, con la cámara en el cementerio, estaba con miedo y un delincuente me dijo “aquí no te preocupes, aquí todos somos hermanos en Sarita; afuera sí, pero aquí, no te preocupes” Ahí los delincuentes van a cuidarte y van a compartir contigo, llevan sus cosas y tú llevas las tuyas. Las madres hacen que sus hijos se acerquen a las travestis, cosa que no sucedería normalmente, los travestis que están regalando mangos, fruta o lo que hayan llevado. Se da una especie de “tregua moral” y Sarita capitaliza toda esa necesidad de un espacio espiritual para la gente que no puede cambiar fácilmente su conducta o trabajo, porque no es tan fácil como decir que deje de robar o prostituirse a un travesti que no tiene otro mundo laboral más que la prostitución y la peluquería, y como no es tan fácil salir de ese mundo laboral se sienten aceptadas dentro del culto de Sarita Colonia y es un modo de desarrollar su espiritualidad. Todos los seres humanos necesitamos de una respuesta espiritual porque se nos muere la gente que queremos, porque nos vamos a morir y necesitamos alguna respuesta que nos diga que pasa antes, que pasa después, y a quién acudir en un momento de desesperación. Sobre todo, porque las travestis, en este caso especialmente, salen a las calles y si alguien las ataca no pueden contar ni siquiera con la protección de la policía, porque la policía las ve como delincuentes; entonces, ¿en quién confían? ¿de quién se agarran? ¿quién las protege? Por eso es que le dedican la noche a Sarita Colonia y le dicen “Sarita, en ti confío”, los delincuentes dicen “Va por la Sarita”, le dedican el robo a la Sarita, y los travestis dicen “en ti confío” para poder regresar vivas a la casa.
¿Este culto es más una necesidad de integración de estos sectores de la sociedad limeña?
Exacto, es una necesidad de integración y es un culto autogenerado, llegan migrantes a lima en los diferentes momentos que han llegado y no hay un guion social ni club ni nadie que los acoja; entonces, encontrar un culto que los acoge, que les satisface esta necesidad es también una necesidad social. Todos los migrantes que vienen a Lima, y cuando uno migra a otro país, siente la necesidad de identificarse, de traer algo propio, y tener una santa que haya sufrido lo mismo que tú, que también haya sido migrante, que también haya hecho trabajo doméstico, que también haya sido comerciante, que también haya sido violentada y sea rechazada por la iglesia oficial, digamos, es el personaje perfecto para convertirla en una santa. Ahora, ella en su vida, personalmente, no importa si hizo algo importante o no, lo importante es lo que sucede luego. La devoción hacia Sarita es más importante que ella misma, incluso.
Y la devoción nace años después, por los años setentas, cuando ya no había mucha gente que dé testimonio de lo que hizo, solamente mitos a raíz de eso.
Sí, porque Sarita se muere y la amiga que tenía, llamada Julia, le hacía las misas, se iba al cementerio a la fosa común, porque no se sabe dónde fue enterrada, y le hacía misa junto con las floristas. Se juntaban y comenzaron con el culto, así por probar, porque en ese tiempo se hablaba de las almitas, un día le pedías un milagro a uno, otro día al otro, y resulta que cuando le piden milagros a Sarita, se cumplía. Entonces se comenzó a generar este culto, y ya a partir de los años setenta, setenta y tres o setenta y cuatro, la familia de Sartita Colonia, el hermano Hipólito y las otras hermanas, se apropian del culto; es decir, lo monopolizan, sacan esta asociación de las floristas y la amiga Julia, y comienzan a formar esta cosa que finalmente ha llegado a donde está. Comienzan a juntar plata en los años ochenta, maso menos en el año ochenta y tres, y se arma ese mausoleo. Fue Cecilia Bracamonte la madrina del mausoleo y a partir de ese momento es un ícono que representa la cultura del migrante, por eso se le asocia la música chica con ella, porque la música chicha también es un producto migrante de la sierra, de la selva, con los instrumentos y sonidos de la costa. Por eso Sarita Colonia está identificada con ese tipo de música. En el documental, toda la música que usé es peruana, pero para la parte inicial de su biografía usé música andina, porque cuando ella estaba viva, entre 1914 y 1940, no existía la música chica, había música andina. Luego, para la fiesta sí utilizo música chica; para la parte de los travestis uso música criolla, muy difícil porque casi toda la música criolla habla del amor y desamor. Después, en la parte de los delincuentes he usado todo el hip-hop del Callao, su música supermoderna, ¡Es maravilloso! Además, cada banda de criminales tiene su grupo de música y se mandan amenazas a través de la música. Es todo un mundo la música del hip-hop en el Callao ¡increíble! con una calidad altísima. Y luego, la parte de la Iglesia también con música.
¿El acercamiento que has tenido hacia el culto, a esta realidad alrededor de Sarita Colonia, te ha inspirado a futuras investigaciones?

Sí, toda investigación te abre otras líneas de trabajo. Tener la posibilidad de entrar a la cárcel y ver cómo se vive ahí te abre también toda una serie de posibilidades y alternativas de trabajo; profundizar más en la oposición de la Iglesia Católica también te abre una línea de trabajo, la Iglesia Católica, frente a Sarita, ni siquiera tiene un discurso uniforme. He entrevistado a algunos sacerdotes que están completamente en contra y otros que dicen “Bueno, es cuestión de tiempo que se acepte a Sarita” y otros que dicen “de ninguna manera, habría que tirarse un montón de santos abajo”. La marginalidad de los travestis también es una línea de trabajo increíble, el mundo carcelario y todo el resto de expresiones de religiosidad popular autogeneradas: Sor Helen, el niño Ricardito, Chacalón, el niño que murió en el terremoto de Pisco que tenía 12 años y ahora es un muñeco de yeso que lo visten y le cambian de ropa, Rosita de Pachacútec, la Beatita de Humay, la Melchorita Saravia, el Chaperito de Canta; hay en cada pueblo un montón de gente que va desarrollando estos personajes, son muy locales.   

El alcance de Sarita Colonia es increíble, es casi universal. He encontrado gente que va a Estado Unidos y encuentra devotos de Sarita Colonia, en Alemania y otros sitios. Y también lo que ocurre en el Callao, que todos los extranjeros, que están ahí por burriers, en el Penal de Callao, terminan adoptando a Sarita Colonia como un personaje en el que ellos creen y se sienten aceptados, y cuando salen de cumplir sus penas, se llevan a Sarita Colonia con ellos, entonces, también lo exportan; además de todos los peruanos que han migrado a Estados Unidos, y otros sitios, que se llevan su cultura, y no solo se llevan su comida, se llevan sus santos. Sarita está en todo el mundo, ha viajado más que cualquier otro personaje que te nombro.

Personalmente, ¿Cómo crees que ha influido los conocimientos de arte y psicología en la producción de tus obras, y en especial en esta?
Bueno todo se mezcla, finalmente uno no puede separarse de sí mismo y no puedes cerrar todos los canales. Obviamente, cada actividad que realizas responde a una necesidad distinta y uno entra en un personaje distinto, igual que cuando hablas con tu madre hablas de una manera, cuando hablas con un policía hablas de otra manera, cuando hablas con tus amigos tienes otro discurso; pero siempre sigues siendo la misma persona y siempre puedes echar mano de todos los elementos que tienes, y yo he echado mano de mi experiencia en edición, experiencia con la música. Felizmente he contado con la ayuda de Patricia Noya, que es mi Directora de Arte, ella ha visto toda la parte gráfica, ha creado esta nueva imagen de Sarita, que es la nueva Sarita, de milenio. Entonces, he podido echar mano de todas esas otras cosas. Ser psicólogo te ayuda a entender la conducta, el comportamiento y los pensamientos de una persona de manera individual, pero siempre insertada en un grupo, en una sociedad, en una comunidad; entonces, entender la comunidad se hace más fácil, porque puedes ver las individualidades.
¿Qué proyectos tienes a futuro?

Vamos a ver, a mí no me gusta anunciar los proyectos porque después se caen y, en realidad, antes de Sarita Colonia intenté hacer dos documentales y los personajes no quisieron. Uno de ellos me pidió plata y el otro, simplemente, nunca me contestó. Te imaginarás, el único documental que hay de un músico peruano es el de Lucha Reyes, que lo hice yo, no hay de Chabuca Granda ni de Ymac Sumac. Eso quiere decir que no es comercial, por lo que uno termina perdiendo plata; querer hacer un documental a un músico y que te diga que va cobrar para hacerlo, es para descararlo. Luego intenté con otra persona, que nunca me respondió, también lo descarté. Pensé que debía regresar al tema de Sarita Colonia y la familia de Sarita estuvo superabierta con la posibilidad. He entrevistado a todos los devotos, han estado felices con aparecer en el documental y a ellos les conviene. Me imagino que el documental se va vender en el cementerio como parte de su trabajo de seguir difundiendo la figura de Sarita.    

Alguna gente mezquina dice que la familia vive del culto de Sarita, sí, viven del culto de Sarita,pero ellos trabajan para esto. A la hora que vayas, desde las 7 de la mañana que abren el cementerio, hasta las 10 de la noche, de lunes a domingo, están ahí sentados, ahí almuerzan y ahí cenan; es su trabajo, todo el día, todos los días del año. Es una chamba, sostener esto también implica un trabajo, hay toda una dinámica de adoración a Sarita.

Por último, una invitación al público de TVRobles a asistir al estreno de “Sarita Colonia, la tregua moral”
Son dos funciones, una es el lunes 8 a las 4:30 en el CCPUCP, Centro Cultural de la Universidad Católica, que queda en la avenida Camino Real en la Sala Roja, después del documental va haber un conversatorio con el director; y la segunda función es el miércoles 10 a las 8:30 de la noche en el Ministerio de Cultura, avenida Javier Prado, en la sala Robles Godoy; los que trabajan hasta tarde, esa función les acomoda. Vayan, voten por la película, para que Sarita tenga un reconocimiento dentro del Ministerio de Cultura.
¡Muchas gracias!
Muchas gracias, a ti.

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