Por: Max Espinal. 

En las instalaciones de la galería del ICPNA de Miraflores se exhibe la exposición fotográfica “Redescubriendo a Elías del Águila: retrato fotográfico y clase media en Lima después de 1900”, la cual nos muestra un gran número de imágenes realizadas por un artista poco conocido hasta el momento, pero que gracias a la gran cantidad de placas de vidrio, que diversos estudios limeños resguardaban en sus estancias, se puede observar el trabajo que realizó este personaje peruano a lo largo de su vida. Cada una de estas fotografías se vuelve un documento que nos brinda información sobre las características de la época, la ascensión de una nueva clase social: la burguesía; y también sobre los procesos técnicos que poseía la labor fotográfica de inicios del siglo XX.

La muestra está dividida en varias secciones de acuerdo a la temática en común de las imágenes. Retratos de personajes importantes de la burguesía limeña, retratos de niños, matrimonios, primeras comuniones, entre otros de importancia social están presentes en la galería, y de acuerdo a la cantidad de fotografías expuestas podemos dar cuenta que la masiva clientela que gustaba mucho del trabajo de Del Águila, debido a las características particulares que presentaba dentro de sus producciones.

Gracias al sello personal impregnado en cada una de sus instantáneas logró diferenciarse de la herencia artística de su maestro Manuel Moral, con quien había trabajado durante varios años en un estudio fotográfico ubicado en la calle Mantas. Al dedicarse a la fotografía de estudio, Del Águila tuvo que enfrentarse a una competencia que ya tenía renombre dentro de nuestra ciudad, como lo fue el estudio Fotografía Central, de los hermanos Courret; o el estudio de su maestro, Fotografía Manuel Moral.

Debido a que la competencia poseía mucha demanda, Elías del Águila hizo uso de diversas herramientas, como lo es el hecho de retocar manualmente las fotografías luego realizarlas, para así poder ganarse una clientela propia; esta variedad de elementos le permitieron obtener un producto interesante y único. Un ejemplo de ello es la espontaneidad del retratado, lo cual define el estilo de Elías y que según Jorge Villacorta: “[…] el estilo de Del Águila deja atrás la pose más estática que a su vez se quería que fuera elegante y grave, y que estilaba por ejemplo un fotógrafo como Manuel Moral, en aras de una pose más suelta y natural en la que el modelo se siente colgado en su propia piel. Se siente bien en su cuerpo”.

Un ejemplo de la naturalidad en el lenguaje corporal del retrato se puede observar en la sesión fotográfica que realizó de manera especial para la actriz Piedad Gutiérrez, quien viste diversos atuendos en los cuales adopta un estado anímico diferente. Asimismo, un joven Belaunde Terry nos muestra su rostro a los 11 años de edad, y es aquí donde podemos observar aquella naturalidad que se mencionó antes, si bien el retrato mantiene una pose detenida para la toma de la fotografía, las comisuras y una naciente sonrisa nos refleja aquella comodidad que siente el retratado ante el lente de la cámara, lo cual le permite expresarse con mayor libertad.

Por otro lado, escapando de las características particulares que define el estilo de Elías del Águila, nos encontramos con un estilo peculiar en el retrato limeño: la ambientación del retrato. En el caso del fotógrafo Del Águila, su estudio poseía una variada ornamentación, ya sea solo utilizando un fondo neutro con decoración de telas o un fondo con imágenes de exteriores y de arquitectura. Un patrón interesante es en los retratos de primeras comuniones en los que encontraremos que el fondo utilizado eran espacios cerrados de gran magnitud, como iglesias; pero que en su gran mayoría van de la mano con la imagen de reclinatorios, los cuales le dan mayor peso significativo al retrato de este tipo. Muy similar a este uso de bienes muebles dentro de sus fotografías, es su trabajo retratando a personas que acababan de contraer nupcias. Nuevamente, hace uso de un fondo cerrado que se asemeja al de un espacio religioso, y en este caso, coloca a uno de los personajes sentado en una silla de madera, mientras que su pareja se encuentra a su lado y se apoya en él o ella, uno de ellos debe estar sentado, tanto el hombre como la mujer.

Cabe resaltar, que estas características únicas que el artista posee en su obra ha llegado a nosotros gracias al trabajo de conservación bajo la coordinación de Cecilia Salgado, siempre respetando los retoques ejecutados por Del Águila sobre el vidrio o en la emulsión que recubre y protege la placa fotográfica.

La muestra podrá ser apreciada en:

Galería Germán Krüger Espantoso del ICPNA de Miraflores.

Lugar: Av. Angamos Oeste 160, Miraflores.

Horario: de martes a domingo de 11:00 a.m. a 8:00 p.m.

Hasta el 4 de junio.

Ingreso libre.