Por: César Zevallos. 

Comprender realidades distintas a las que uno acostumbra presenciar es una tarea poco usual y en algunas personas se torna incómodo. Este ejercicio, que pone en práctica la tolerancia y el respeto hacia el otro, se vuelve complejo cuando intentamos asumir a la otra persona como el miembro de lo que consideramos nuestro colectivo o sociedad, sin condenar, sin estigmatizar, más bien ejerciendo un real desenfado por entender todo aquello que nos parece distinto pero no ajeno: ideas, costumbres, valores.

Esta situación poco a poco va rodeándose de un entusiasmo inusitado y de un número cada vez mayor de personas dispuestas a construir una convivencia social más decente. Este es el camino que recorre “Rostros de la diversidad”, una exposición fotográfica que reúne las fotografías finalistas del Concurso Nacional de Fotografía 2016 a cargo del Ministerio de Cultura y que se propone “celebrar un nosotros diverso con el poder del arte”, como lo menciona Julio Vega, el autor del texto curatorial.

“Rostros de la diversidad” muestra personas que representan un Perú diverso a través de algo más que rostros: miradas, cuerpos, escenarios, historias. Todas las fotografías exponen un repertorio variopinto donde la expresión es el eje que las une. Capturan personas en sus labores cotidianas con semblantes risueños, concentrados, desconfiados, amargos, pero siempre con una elevada dosis de honestidad. Ellos pertenecen a comunidades indígenas y afroperuanas, que históricamente fueron víctimas de racismo y discriminación. Ellos somos nosotros, herederos de esas historias que “mucho tiempo han estado ocultas”, como lo indicó en la ceremonia de premiación el fotógrafo ganador del certamen Enrique Pezo, quien resaltó la identificación que sentía con su natal Iquitos (capital de Loreto).

Colocar en agenda estos temas es complicado por la ola de reticencia que surge para silenciar cualquier manifestación reivindicativa. Asumir la diversidad como parte medular de una sociedad debería implicar una aceptación de personas que no son como uno, evitar los abismos entre ellos y nosotros que solo evidencian incomodidad y falta de identificación por las historias que ejemplifica “Rostros de la diversidad”. Sinceras expresiones de un Perú que a veces se vuelve inabarcable y lejano, pero que la belleza de estas fotografías nos ayuda a sentirlo cerca para verlo y entenderlo mejor.

La muestra puede ser apreciada en:

Hall principal del Ministerio de Cultura del Perú

Lugar: Av. Javier Prado Este 2465, San Borja

Horario: de lunes a domingo de 9:00 a.m. a 5:00 p.m.

Hasta el 29 de agosto

Ingreso libre