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FOTO Por: César Zevallos.

Se realiza puesta en escena “Expresiones contemporáneas a través de la danza” en la UNMSM

Con la intención de acercar al público la danza contemporánea, el Ballet de San Marcos presentó “Expresiones contemporáneas a través de la danza” en el auditorio Ella Dunbar Temple de la Universidad de San Marcos.

Publicado: 2017-09-26

Por: César Zevallos

Las funciones didácticas tal vez son la mejor manera de acercar al público la variedad de expresiones artísticas. Este fue el camino que siguió el Ballet San Marcos para la puesta en escena de “Expresiones contemporáneas a través de la danza”, realizado el 23 de setiembre en el auditorio Ella Dunbar Temple de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos.

FOTO POR: CÉSAR ZEVALLOS.

El programa se dividió en 5 piezas compuestas por coreógrafos extranjeros y peruanos. Las danzas oscilaron entre lo agradable y lo sorprendente, con intervalos bastante lúdicos que inquietaron a los espectadores.

La danza inaugural, Celebraciones, compuesta por el inglés Royston Maldoom, encontró en la sencillez su mejor expresión; envuelta por la complaciente Sinfonía N°1 de William Boyce, los pasos no mostraron mayor ornamento. Esta pieza fue bastante agradable de inicio a final, sin embargo, en la parte media se tornó intrigante. Esto ocurrió cuando una danzante observa fijamente su teléfono móvil mientras ejecuta los pasos; al parecer este objeto —tan amado por todos, valga decirlo— no la distrae porque la mujer no pierde en absoluto la destreza para bailar. ¿Acaso no pretendemos sentirnos así cuando realizamos alguna labor? ¿Estamos tan imbuidos, casi adictos, al smartphone, y a la vez tan concentrados en lo que acontece a nuestro alrededor?

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La segunda parte, a cargo de la directora del Ballet San Marcos, Vera Stastny, fue una demostración didáctica de las clases de danza que imparte. Dos grupos de danzantes sencillamente mostraron las diferentes técnicas entre el entrenamiento contemporáneo y el clásico académico. Claramente la intención fue diferenciar la danza contemporánea del ballet clásico.

Con una propuesta más orgánica, Oda Chicha, compuesta por el coreógrafo peruano Luis Valdivia, intenta retratar momentos del hombre peruano bajo sonidos propios del sikuri o de géneros musicales como el huayno o la chicha. Los cuerpos trajinan de manera incesante, las escenas entran en conflicto, los tres danzantes proponen estéticas diferentes con una actitud bastante espontánea. La sinergia de la función alcanza su punto álgido en esta tercera pieza.

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14 en busca de una idea, cuarta pieza y la segunda compuesta por Maldoom en la función. Se pudo apreciar un gran trabajo de coordinación entre los 14 danzantes que, cual jóvenes exploradores, se encontraban en la búsqueda de algo desconocido. Los movimientos fueron amenos y hasta graciosos, siempre guiados por el expectante xilófono y la sencilla percusión de Hook del músico inglés Graham Fiskin.

Finalmente, la inglesa Tamara McLong cerró la función con la pieza Crepúsculo. Esta danza rodea lo lúgubre con una férrea disposición por alejarse de sentimientos que aquejan al ser humano: puede leerse como una interpretación corporal de la resiliencia. El espacio escénico se usa a plenitud, la comunicación entre los danzantes adquiere una fuerza inusitada que se nutre de las melodías del mítico compositor de bandas sonoras Philip Glass, los bailarines destilan una madurez escénica a la altura del ambiente sonoro. Se baja el telón de las cinco versiones de danza contemporánea.


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