Por: Melissa Torres.

A tres meses de la partida de la artista italo peruana, Elda Di Malio (1946-2017), el Instituto Italiano de Cultura le rinde homenaje y reúne nueve obras de su producción plástica en una exposición que lleva por título “Elda di Malio: vida y trayectoria”.

Ocho de los cuadros se presentan con la nómina Sin título, detalle particular de Di Malio quien en vida prefería evitar la imposición de un nombre a sus creaciones pues consideraba que sus obras debían presentarse por sí solas al público. Sin embargo, Mi norte en el sur evidencia que alguna que otra fue titulada según su necesidad por dotarla de un nombre que permitiese al espectador conocerla, conocer a la mujer sensible y entregada al arte que fue Elda.

La sala nos recibe con una de sus últimas fotografías, el retrato a cargo de Daniel Giannoni y lo acompaña un poema escrito por la artista donde define qué significa ser artista: Pintar es encerrarme en mi misma, es ir avanzando sola por un camino de luz y oscuridad, buscar respuestas sin preguntas concretas. Es borrarme del mundo y entregarme a la tela hasta el límite de mi fuerza, es luchar con ella y darle todo lo que puedo, es sentir que en cada obra voy dejando un pedazo de mi misma.

El discurso visual expone pinturas que van desde su última obra, una técnica mixta de 2017; el uso de tinta, nogalina y carboncillo en cuadros de 2007, 2013 y 2014; el grabado intervenido a mano entre 1997 y 2008; otra técnica mixta de 2008; un políptico elaborado en tinta china y nogalina sobre papel hecho a mano de 2002; y dos acrílicos, uno de 1972 y otro de 1977.

Otro fragmento de la poesía que escribió la artista acompaña el único grabado intervenido que se presenta en la muestra, en el Di Malio describe: Me gusta pintar el árbol, el árbol como símbolo de vida. Un árbol que absorba la energía subterránea del mundo de los muertos para renacer fuerte, seguro y poderoso.

Finalmente, destaca la presencia del hilo rojo que pinta Elda en la gran mayoría de sus obras. Proveniente de una leyenda oriental donde este elemento simboliza el destino y la unión de dos almas por medio del hilo rojo, el cual es infinito. De este modo dos personas unidas por el destino jamás se hallarán solas pues incluso después de la muerte podrán volver a unirse gracias al hilo el cual los guiará hasta el reencuentro. Hermoso mensaje considerando la partida en noviembre de 2016 de quien fue su compañero, Venancio Shinki.

Cabe señalar que la exposición podrá ser visitada en:

Instituto Italiano de Cultura.

Lugar: Av. Arequipa 1055-Santa Beatriz, Lima.

Horario: de lunes a domingo de 9:00 a.m. a 6:00 p.m.

Hasta el 16 de enero.

Ingreso libre.