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Nudo/1973/Tela de algodón anudada/21.8 x 26.7 x 22.3 cm/foto por: robert laime.

Nudos: Lenguaje plástico y poético en la retrospectiva de Eielson

Acerca de la exposición “Eielson” en el Museo de Arte de Lima.

Publicado: 2018-02-03

Por: Lourdes Huyra

El Museo de Arte de Lima-MALI con el apoyo de la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP) y el Centro de Estudios Jorge Eielson presenta la exposición temporal “Eielson”, la cual nos ofrece, dentro de sus instalaciones, una retrospectiva sobre la vida artística de Jorge Eduardo Eielson (1924-2006), artista limeño que a través de una serie de obras nos refleja su conexión entre lo moderno y contemporáneo; haciendo de esta una propuesta muy compleja, pero que a su vez nos guía hacia un lenguaje plástico totalmente novedoso a raíz de su conocimiento con la cultura prehispánica.

Unku, manto ceremonial/1980/Acrílico sobre yute/130 x 180 cm.
foto por: robert laime.

Bajo la curaduría de Sharon Lerner y Gabriela Rangel, “Eielson” cuenta con una selección representativa de más de cincuenta obras que incluye instalación, registro fotográfico, textos, dibujos en óleo, escultura y material audiovisual; ofreciendo al público una mirada más profunda sobre su labor en América Latina y cómo es que a partir de su autoexilio de Europa supo desarrollar un estilo propio, teniendo así el espectador la oportunidad de, no solo conocer el contexto de sus obras, sino también la base fundamental de sus producciones y la influencia de otros artistas que desenvolvieron en el poeta un nuevo lenguaje en la plástica peruana.

Tras los inicios de Eielson

Poeta de la recordada Generación del 50, artista plástico, dramaturgo y periodista incursionó en el teatro, la performance e instalación. Eielson tiene como punto de partida artística la mágica ciudad de París, para luego establecerse en Roma hasta sus últimos días de vida. Su producción artística se puede resumir en tres etapas: “Primero, comencé escribiendo y pintando simultáneamente, tan es así, que mis primeros poemas coinciden con mis primeros dibujos […] Después de eso viajé a Europa, y digamos que allí descubrí lo que era la gran pintura […] la forma como vivía en Roma, muy visceralmente, me hizo volver a la escritura y escribí Habitación en Roma. Luego dejé nuevamente eso y me dediqué a la pintura otra vez”.[1]

Durante los años cincuenta, cuando aún se encontraba en Roma, Eielson “[...] descubre el budismo zen y se aleja por primera vez de la actividad literaria. El poeta le confiesa a Canfield en una entrevista que fue gracias a su encuentro con el maestro Taisen Deshimaru que se le liberó de todo el agobio que pesaba en su conciencia y espíritu […] Posiblemente fue de este descubrimiento del zen de donde surgió el estilo que caracteriza su obra”.[2]   

En efecto, este nuevo descubrimiento lo llevó a iniciar una nueva etapa de inserción al mundo de las artes figurativas, encontrando allí un lenguaje expresivo e imperfecto. Tal y como se podrá observar en “Escalera” acuarela sobre papel realizada en 1947, pudiendo observar un espacio imperfecto, pero que a su vez refleja una sensación de profundidad por la distorsión de los objetos que guardan continuidad entre sí.

Aquel espacio distorsionado, generado por una ilusión visual, para Eielson es una nueva forma de escribir, por ejemplo “[...] pongo una A y la divido en sus varios elementos, y me quedan signos diagonales, rectas. Si hago lo propio con una Z me quedan dos rectas y una diagonal. Trabajando con eso he hecho unos cuadros abstractos, pero no se crea que es así tan predeterminado, ni cerebral […] A partir de esto he hecho toda una serie de cuadros de pinturas que yo en cambio llamo escrituras”.[3]

Culturas milenarias en la plástica moderna de Eielson

Eielson seguirá en la rama de las artes visuales hasta 1959 “[...] abandonando la llamada ‘vanguardia extrema’ e internándose en la exploración de los temas y las formas del Perú precolombino”[4] hallando en las culturas del Perú Antiguo una fuente de inspiración, por lo cual más adelante llegará a formar un lenguaje icónico que lo caracteriza: los nudos basado en los quipus. Aunque ya en el año de 1948 se registra una de sus primeras esculturas denominada “La puerta de la noche” realizada en madera tallada y policromada, identificando así las formas arquitectónicas del estilo Tiahuanaco.

La puerta de la noche/1948/Madera tallada y pintada/32,5 x 44.4 x 7.2 cm.
Foto por: robert laime.

En “Cabeza de chamán”, obra de 1985 realizada en acrílico sobre yute, se observa la abstracción de una cabeza humana, con rasgos que nos recuerdan al estilo Chavín. Aquel lienzo nos remonta hacia un punto de unión del pasado con el presente, siendo Eielson el mensajero de un lenguaje particular. Además, el color como en todas sus obras son el núcleo principal para fundamentar su rasgo estético, aquel estilo que por naturaleza y experiencia ha ido regocijado en su interior para luego diseñar los famosos nudos.

Cabeza de chamán/1985/Acrílico sobre yute/63.3 x 83 cm.
foto por: robert laime.

Toda la sala dedicada a su inspiración por el arte prehispánico, genera un espacio de pistas, una sensación de búsqueda y saber cuál fue el material de referencia, por ello se tiene a disposición una “chuspa inca” de 15 x 15 cm con motivos de cruces y llamas realizado con la técnica del tapiz entrelazado en algodón y fibra de camélido. Eielson tomó como referencia aquel tapiz para crear uno propio denominado “Unku, manto ceremonial” de 1980 realizado en acrílico sobre yute; en ella se puede observar cómo es que el artista presenta una preocupación por la búsqueda de la identidad, haciendo de ello su interés máximo para conectar el arte con los ritos, ciencia y cosmos.

Chuspa con motivos de cruces y llamas/INCA (1300-1475 D.C.)/Tapiz entrelazado en
algodón y fibra de camélido/15 x 15 cm.
foto por: robert laime.

Los quipus modernos como arte, lenguaje y naturaleza

A través de un estudio mesurado sobre el arte del Perú Antiguo, Eielson adaptó la forma de los quipus que son un método de contabilidad para dar lugar a un nuevo lenguaje poético, que una la experiencia humana con la naturaleza y la ciencia. Este sistema personal realizado a partir de nudos se fue desarrollando progresivamente, hallando entre sus primeras obras unidades monocromas, para luego concebir estructuras sumamente cromáticas con una gama variada.

A finales de los años 50’s, cabe señalar que Eielson realizó una serie de Paisajes infinitos de la costa del Perú durante su visita al Perú, obras que destacan por su particular composición realizada con materiales de restos óseos, arena y cemento; generando así lienzos vivos cuya protagonista es la naturaleza que se ha desprendido del mundo natural para volverse en manos de Eielson en una poesía visual.

Aquella serie forma parte del inicio de su nuevo descubrimiento, utilizando las prendas de vestir o vestiduras rotas para luego ser transformadas en “[...] nudos de telas montados sobre bastidores de madera”.[5] Tal es el caso de “Quipus 59-T-1” obra realizada con una camisa blanca y de ella sale un nudo que ha proyectado dos direcciones, de las cuales ha generado un juego de luz y sombra.

Quipus 59-T-1/1976/Acrílico sobre tela/102.9 x 100.5 x 15 cm.
foto por: robert laime.

Los denominados quipus generan en el artista una idea de ligar el mundo cósmico con el mundo moderno mediante un sistema de nudos complejos, que unidos al color intenso forman un vocabulario, una liberación interna del propio artista donde ya no solo son nudos, sino cuerpos que se conectan con la vida y el arte. Así por ejemplo observamos “Quipus 39”, un díptico realizado en acrílico sobre tela cuyos colores juegan entre sí y la misma fuerza de la tensión forma figuras bidimensionales, saliéndose así de la idea plana que usualmente se observa en una pintura.

Por otro lado, en la obra “Rotazione XV” se observa una variedad cromática, teniendo como fondo al rojo y entre la base se proyecta una figura muy particular que juega así misma con la distorsión según la posición en la cual te encuentres. Ello se complementa con “Banderas (Amazonía)”, cuyo fondo blanco ilumina y realza los diferentes colores que proyecta cada bandera unificando a su vez a todos los países.

Banderas (Amazonía)/1993/Acrílico sobre tela/183 x 183 x 13 cm.
foto por: robert laime.

El cuerpo de Giulia-no

Tal vez sea la faceta menos conocida de Eielson, pero en su momento fue una de las performances más emblemáticas ya que sin duda fue presentada en la Bienal de Venecia de 1972 y fue la primera novela del escritor y artista plástico “Los documentos fotográficos que han quedado dejan ver que, tanto las técnicas plásticas como los resultados, son casi los mismos que las aplicadas y los obtenidos en su serie de Quipus. En ese espacio de pliegues y tensiones hace su entrada el o la performer”.[6]

Eielson en esta performance utiliza la tela para envolver a una mujer, siendo ella misma quien de movimientos en espiral mientras se desplaza por toda la sala. Ello se observa como un ritual, además del color blanco, al estar recubierta de telas es como renacer de una vida; así como también es muy recurrente la unión de la actriz con el espacio generando a su vez cierto orden.

En conclusión, la exposición cuenta con una gran serie de obras que nos brindan una aproximación a las diferentes etapas de Eielson y cómo es que, a través de un determinado momento, supo labrar su propio lenguaje plástico, cuya preocupación no solo era buscar una identidad, sino reflejar la riqueza cultural de nuestro país, que mediante paisajes infinitos construye un lenguaje poético donde cada imagen es una escritura. Así mismo, se puede observar la conexión de los objetos con el mismo artista, donde aquel nudo invisible es el soporte de su espacio imaginario. Cabe señalar que uno de los espacios del Museo de Arte de Lima proporciona al público en general diferentes talleres que desarrollen aún más el interés por la escritura, pintura, etc.

El cuerpo de Giulia-no/1971/Ciudad de México: Ed. Joaquín Mortiz.
foto por: robert laime.

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Notas:

[1, 3] Matriz musical de Jorge Eduardo Eielson. Entrevista realizada por Miguel Ángel Zapata (ver enlace). 

[2, 4] Cepeda, S. (2009). Una estética harpocrática. Silencio y poesía en la obra de Jorge Eduardo Eielson. Trabajo de grado presentado como requisito parcial para optar por el título de Profesional en Estudios Literarios de la Facultad de Ciencias Sociales. Bogotá, D.C.: Pontificia Universidad Javeriana.

[5] Tarrab, A. (2004). “Los nudos infinitos de Jorge Eduardo Eielson”. En: Espéculo. Revista de estudios literarios. Madrid: Universidad Complutense de Madrid.

[6] Rebaza, L. (2006). “Narrativa y rito en la novela El cuerpo de Giulia-no de Jorge Eduardo Eielson”. En: Revista Lienzo. N° 27. Lima: Universidad de Lima.

Datos: 

El público en general podrá visitar la exposición en las Salas 1, 2 y 3 del Museo de Arte de Lima (Paseo Colón 125, Parque de la Exposición, Lima) hasta el 4 de marzo.

Para más información de costos, visitas guiadas y más actividades complementarias, ingresa a la página web del MALI.


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