Se presenta el catálogo “Allinta Yachay” en el ICPNA Miraflores
Actividad contó con los comentarios de la crítica de arte, Élida Román.
Por: Lourdes Huyra.
El pasado miércoles 14 de febrero, en el ICPNA de Miraflores se llevó a cabo la presentación del catálogo “Allinta Yachay: exposición retrospectiva de Alberto Quintanilla”, dicho volumen recoge una serie de obras representativas de la muestra; en la cual, Quintanilla nos demuestra su agudeza artística para unificar el mundo ficticio con la realidad, a través de una variedad cromática de tonos cálidos y fríos. La actividad contó con la presencia de cuatro expositores, entre ellos, la crítica de arte Élida Román; Luis Concha Sequeiros, el poeta Jorge Díaz Herrera y el artista Alberto Quintanilla.
La presentación fue presidida por Luis Concha Sequeiros, quién aseguró sentirse con una “[...] gran responsabilidad de dirigir y hacer conocer mi opinión acerca de uno de nuestros grandes pintores, porque él ha trascendido el Cuzco y del Cuzco se ha ido a Francia y de Francia ha hecho conocer su obra. Ni los franceses nos conquistan, pero él ha logrado conquistarlos […] Con su creatividad hace que se nos impregne en la memoria sus imágenes fantásticas”.
Acto seguido, el poeta Jorge Díaz Herrera, nos indica que “[...] desde sus mismos apellidos, Quintanilla del Mar nos habla de este país que es el Perú, de nuestro mundo tan lleno de paradojas, de contrastes y de tradiciones, un país con una gran variedad cultural que al fin y al cabo es el universo que representa los lugares del Cuzco”.
“La imaginación y el mito es reconocible por todas las comunidades, pues las obras que vemos acá presenta una iconografía que debe mucho a la sociedad; hay mucha narración que se reconoce y si no se reconoce se recurre a la imaginación”, acotó Élida Román, quién además sugirió al público a observar las obras “[...] con más detenimiento y con más diversión”.
Finalmente, el artista Alberto Quintanilla realizó un recuento de sus experiencias que inspiraron la creación de diversos personajes que plasma en sus obras como un conjunto de seres inanimados que cobran vida a través de la imaginación. “[…] A eso de las 4 de la mañana se escucharon unos ronquidos, entonces se levantó y abrió la ventanita; y la cortina flameaba con el viento. Lo que pasa es que la señora estaba dormida y aún se escuchaban los ronquidos; y al darse cuenta no tenía cabeza […] Ello ha sido la cuna de mi fantasía y cómo me voy a quedar en el Cuzco sin dar a conocer todo esto, por ello salí del Cuzco; porque desde muy pequeño me gustaba crear, hacer juguetes, entre otras cosas”, finalizó Quintanilla.