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Señalética del Ministerio de Cultura en Casa Hacienda Caballero/foto por: robert laime.

Arquitectura e historia de Lima Norte en decadencia rumbo al Bicentenario 2021

A solo tres años del Bicentenario, haciendas con un gran valor histórico y cultural de Lima Norte se encuentran abandonadas por nuestras autoridades.

“El Estado [...] fomenta conforme a ley, la participación privada en la conservación, restauración, exhibición y difusión del [...] patrimonio cultural independientemente de su condición de propiedad privada o pública, promoviendo que el sector público de cultura se asocie con sus pares del sector privado para la salvaguarda del patrimonio […]”.

Artículo 21° de la Constitución Política del Perú.

Publicado: 2018-07-10

Por: Selva Vargas

Este 2021, nuestro país celebra 200 años de independencia y Lima se convierte en el centro de atención no solo por ser la capital, también porque fue escenario de la lucha para alcanzar la autonomía nacional. Un escenario que lleva en sus calles rastros de aquellas historias que dieron la libertad a los peruanos.

Capilla de la Casa Hacienda El Fortín.
foto por: robert laime.

Por tal razón, el equipo de TVRobles realizó un recorrido por el distrito de Los Olivos, Carabayllo y San Martín de Porres para recordar y observar el estado de conservación de las 11 casas haciendas más importantes que todavía existen en Lima Norte. Estos inmuebles no solo tuvieron lugar en la historia del camino por la independencia, sino que también fueron sitios clave para el desarrollo urbano de la zona norte de Lima en el siglo XX.

Con el apoyo del arqueólogo Rolando Arciga Soto, pudimos visitar en esta primera parte las haciendas Garagay, Caballero, El Fortín, Chavarría, Santa Rosa, Chocas e Infantas. A pesar de haber sido reconocidas como Patrimonio Cultural de la Nación, el Ministerio de Cultura ha dejado en abandono tres lugares emblemáticos para nuestra historia, mientras que los demás lugares no cuentan con un cuidado adecuado y acceso al público.

Casa Hacienda Garagay

Ubicada en Los Olivos y conocida en el siglo XX como Nuestra Señora de Gracia y Villa Señor bajo, sirvió de punto de reunión de las tropas independentistas donde recibían alimentación y apoyo logístico.

Fachada de la Casa Hacienda Garagay.
foto por: robert laime.

Originalmente, el lugar contaba con una capilla y un patio trasero que daba acceso al mirador. Sin embargo, el patio fue eliminado tras la construcción de una vivienda, bloqueando el acceso al mirador, cuyo estado de abandono es absoluto.

Hoy, la hacienda está bajo tutela de la Concesión de Vecinos de la zona, quienes hace poco culminaron con la colocación de un cerco, pero sin contar con asesoramiento del Ministerio de Cultura.

Cerco de protección de la Casa Hacienda Garagay.
foto por: robert laime.

Aunque este inmueble fue declarado Patrimonio Cultural de la Nación, el artículo 3 del Reglamento General de Bienes del Sector Público aclara que la conservación la puede sugerir el Ministerio de Cultura, pero tiene como protocolo no invertir dinero en patrimonio privado. Es decir, aunque Garagay tenga un carácter privado, el Ministerio de Cultura tiene el deber de coordinar con la parte privada involucrada para realizar acciones en favor de la conservación del bien, pero esto no se llevó a cabo para la ejecución del cerco. Ante el descuido del sector público, el Estado realizó una denuncia a la Concesión de Vecinos, ya que los muros cubren gran parte del panorama y dejan solo un pequeño espacio entre las rejas.

Restos del mirador de la Casa Hacienda Garagay.
foto por: robert laime.

Además, Arciga comentó que “[...] ya no se puede ingresar como antes sí se podía porque no se coordinó qué tipo de cerco era el que se necesitaba”.

Casa Hacienda Caballero

Ubicada en el distrito de Carabayllo. Junto con Punchauca, es una de las casas haciendas más antiguas de Lima Norte. El primer dueño fue Juan de Caballero, uno de los primeros regidores de la ciudad de Lima. Esta hacienda empezó a ser construida a finales del siglo XVI, entre 1570 y 1580.

Capilla y escalinata de la Casa Hacienda Caballero.
foto por: robert laime.

Durante las guerras de independencia, antes de que Don José de San Martín iniciara su ingreso a Lima, las tropas patriotas tomaron la Hacienda Caballero por ser considerada como un lugar estratégico de acceso a la capital y por la gran producción de alimentos de la zona.

Entre 1881 y 1884, la hacienda sufrió de saqueos y destrozos por parte de los chilenos que invadieron Lima durante la Guerra del Pacífico. Años más tarde, la familia Calmet, dueños de la hacienda Huarangal (que se encuentra frente a la hacienda Caballero) adquirieron el lugar y realizaron nuevas modificaciones.

Detalle de pintura mural de toro de Lidia en Casa Hacienda Caballero.
foto por: robert laime.

En la actualidad, ya no puede verse la casa del capataz y parte de la casa de los trabajadores. Si bien este sitio fue declarado Patrimonio de la Nación en 1980, se encuentra abandonado, sucio y con los techos colapsados.

“El 2012 hubo una limpieza por parte de la municipalidad, que es una acción muy buena, aplaudible pero después ya no hizo nada […] No volvió a limpiar, ni hizo un cerco, ni talleres con los pobladores. Desde el 2012 a la fecha, la última actividad fue demoler el almacén por parte del Ministerio de Transportes para poder ampliar la carretera a Canta y fuera de eso no se ha hecho nada más”, nos comenta el arqueólogo Arciga.

Casa Hacienda El Fortín

Ubicada en el distrito de Carabayllo. Sirvió de hospedaje al Ejército Libertador de Don José de San Martín en 1821, antes de la Independencia del Perú. La edificación fue construida en la segunda mitad del siglo XIX.

Fachada de Casa Hacienda El Fortín.
foto por: robert laime.

Pero tras más de 200 años en abandono, el lugar a perdido pisos y entablados, tiene parte del techo colapsado, y ha sufrido de varios saqueos, a pesar de ser declarado Patrimonio Cultural de la Nación en 1980. Además, el Ministerio de Cultura no ha colocado señalización como en los casos de Caballero y Punchauca.

Sala interior de la Casa Hacienda El Fortín.
foto por: robert laime.

“La última labor que se hizo aquí por parte de la municipalidad de Carabayllo fue de hace 1 o 2 años, que fue talar los árboles que ya estaban en amenaza de colapso […] La salvaguardia y protección de este caso depende de cómo coordine la municipalidad y el Ministerio de Cultura con la urbanizadora. Darles las facilidades para una puesta en valor”, comenta el arqueólogo Arciga.

Casa Hacienda Chavarría

El inmueble está situado en las inmediaciones del Valle de Bocanegra entre las vertientes de los ríos Chillón y Rímac. Este sitio adquiere relevancia por permitir la creación de distritos como Los Olivos y Covida (Cooperativa de Vivienda Departamental Ancashina), una de las urbanizaciones más antiguas y emblemáticas de Lima Norte.

Casa Hacienda Chavarría.
foto por: robert laime.

En el local aún se puede apreciar parte de lo que fue la Hacienda Chavarría en los inicios del siglo XX. El frontis tiene una arquitectura simple y moderna, pero si recorremos el perímetro por fuera, vemos la ruptura de esa modernidad con un ordenamiento de ladrillos diferente, unos detalles propios de una arquitectura de inicios del siglo XX

Hoy funciona como posta médica gracias a los pobladores de la zona y a partir de las urbanizaciones de 1970 a 1980. Destacando la labor de los vecinos en la conservación del sitio, el arqueólogo Rolando Arciga sostuvo que “[...] durante esa época (1970-1980) probablemente la casa hacienda, o lo que quedaba de ella, se encontraba en estado ruinoso, alterado y dañado. Al observar este estado, los pobladores quisieron darle un nuevo uso y la modificaron”.

Es así como podemos concluir que a pesar de no contar con la ayuda del Estado, y buscando una alternativa útil, los pobladores permitieron que no desaparezca.

Casa Hacienda Santa Rosa

Ubicada en San Martín de Porres, la casa hacienda Santa Rosa se levanta en la parte alta de una huaca que lleva el mismo nombre, perteneciente a la cultura Wari (1000 d.c.).

Vista panorámica de la Casa Hacienda Santa Rosa.
foto por: robert laime.

Posteriormente, durante la época colonial y republicana se construyó una plataforma y sobre ella una casa hacienda. Por ello, este inmueble cuenta con una triple importancia: prehispánica, colonial y republicana.

En 1818, se conoció que contaba con 50 esclavos montados a caballo, ya que, por disposición del rey de España, se ordenó al virrey, Joaquín de la Pezuela, que se realizara un inventario en todas las haciendas para conocer con qué recursos disponía la Corona para hacer frente a los independistas.

Restos de muros de la Casa Hacienda Santa Rosa.
foto por: robert laime.

Su estado actual es realmente lamentable. Se encuentra totalmente deteriorado y consumido por insectos. A primera vista esboza un montículo de tierra cubierto por basura que, gracias a la labor y preocupación de los vecinos, se ha reducido en comparación al año anterior, cuando además había desmonte y desechos. Pero lo más grave de la situación de este lugar es que la parte superior ha desaparecido totalmente.

“Antes por el pasaje de la parte trasera aún podían verse fardos, cerámica y restos de la huaca, ahora todo está cubierto con desmonte y en peligro de desaparecer”, nos comenta Miriam Zubieta, integrante de la Mesa de Educación y Cultura de Los Olivos.

Casa Hacienda Chocas

Ubicada en el distrito de Carabayllo, fue construida sobre un terreno llamada “Ichoca” de trazo colonial. La casa sirvió de hospedaje al presidente Nicolás de Piérola en 1881 luego de perder las Batallas de San Juan y Miraflores durante la ocupación chilena. Se dice también que vino a pasar la noche y después se fue a Punchauca.

Fachada de Casa Hacienda Chocas.
foto por: robert laime.

Es una casa hacienda construida entre los años 1850-1860. Como nos comenta Arciga, por estos años, las casas haciendas cumplían la función de hospedajes por las largas horas a caballo de los viajeros. Se hacían paradas para comer, pasar la noche, y contaban con una capilla, donde realizaban misas.

Desde su creación ha sufrido muchas modificaciones. Resalta el patio con configuración colonial, a pesar de que la última construcción es republicana. Se ven también detalles modernos como los baños, que son de 1970.

Sala interior de la Casa Hacienda Chocas.
foto por: robert laime.

Los vecinos asociados a la cooperativa pelean desde hace años para que Chocas sea declarado Patrimonio Nacional, pero aún no reciben respuesta formal del Ministerio.

Balcón interior de Casa Hacienda Chocas.
foto por: robert laime.

“Se comienzan a ver daños, rajaduras, se está apolillando el entablado, la base de los muros está erosionando. Se tiene que hacer un tratamiento conservativo […] está recuperable al 100%, mucho más que Garagay incluso”, comentó el arqueólogo Arciga, pues si no se hace un correcto mantenimiento, el estado del inmueble empeorará.

Casa Hacienda Infantas

Ubicada en San Martín de Porres, este sitio fue una residencia colonial que perteneció a Jerónimo Infante del Real. Durante el siglo XX, al producirse la represión contra los residentes japoneses, en el marco de la Segunda Guerra Mundial, fue un excelente refugio y también fue escuela de educación primaria.

Actualmente su estado de conservación es regular. Hay elementos que todavía se mantienen como el primer piso y el sótano, pero el segundo nivel ha colapsado completamente y es irrecuperable.

Fachada de Casa Hacienda Infantas.
foto por: robert laime.

La asociación de vecinos viene haciendo trabajos culturales, realizan talleres y son bastante activos. “La razón por la que se encuentra en este estado es por ellos, mas no por la Municipalidad de San Martín de Porres ni por el Estado”, comenta Arciga.

Debido a su gran tamaño, tenía su propia ficha, una especie de moneda propia por la que cambiaban productos como comida, ropa o bebidas alcohólicas. Además, tenía su propia línea de ferrocarril que conectaba con Lima-Ancón, para llevar caña de azúcar y otros productos

Aunque tiene un gran valor histórico y arquitectónico, todavía no ha sido declarada Patrimonio Cultural de la Nación.

Hacer lucha de conservación

“Más del 50% de lo que se le destina al ministerio lo está consumiendo el MUNA, mega proyecto para el bicentenario en el que se gastarán 20 millones de dólares solo en mantenimiento por año”, nos comenta el arqueólogo Arciga.

A raíz del abandono al que fue sometido, Punchauca, la hacienda donde se reunieron San Martín y La Serna para llegar a una negociación de paz, y por tanto un sitio emblema de nuestra independencia, ha colapsado. Así como pasó con Punchauca, quedan otras que pueden correr la misma suerte.

“Muchas casas haciendas no se encuentran declaradas como Patrimonio de la Nación, y si están declaradas, no hay una inversión de restauración y conservación en ellas […] Se debe concientizar a la población. Si la población es consciente de los valores artísticos, históricos, simbólicos, identitarios y lo sienten como propio, muy posiblemente no van a destruir estos lugares […] Las municipalidades también tendrían que tomar medidas, un accionar más fuerte”, afirmó finalmente Arciga.

Integrantes de la Mesa de Educación y Cultura de los Olivos: Miriam Zubieta Garay,
Arq. Rolando Arciga Soto y Nicolás Misaico Molina.
foto por: robert laime.

En este sentido, es importante resaltar iniciativas como las de la Mesa de Educación y Cultura de Los Olivos, quienes realizan de manera activa visitas a los sitios históricos y capacitaciones para los vecinos gratuitas desde el 2014.

“Buscamos que el ciudadano sea consciente del valor de su patrimonio histórico y arqueológico para que pueda defenderlo y promover su preservación […] Consideramos que hay mucho por hacer. El estado debería poner mayor empeño […] El esfuerzo que hacen los colectivos de sociedad civil es muy importante, pero falta presupuesto […] Creemos que debe hacerse un trabajo en conjunto entre varios ministerios, gobiernos locales y la sociedad civil con los colectivos que viene trabajando desde hace años”, sostuvo Nicolas Misaico, representante de la Mesa de Educación y Cultura de Los Olivos.

Aunque el Ministerio de Cultura no se ha pronunciado, es la entidad que tiene la última palabra en la recuperación y el mantenimiento de estas casas haciendas. La máxima autoridad cultural del país tiene la responsabilidad de integrar acciones a la agenda del Bicentenario de la Independencia a celebrarse en solo 3 años. Si esto no ocurre cuanto antes, el deterioro de muchas de estas joyas de nuestra historia parece ser irreversible.


Escrito por

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