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Detalle de Custodia/Agustín de Arpide (Guipúzcoa, España, Act. Lima)/ca. 1815/Plata semidorada y piedras/105 x 51 x 26, 5 cm/foto por: robert laime.

La plata como símbolo eclesiástico, social y artístico

Acerca de la exposición “Plata de los Andes”.

Publicado: 2018-09-12

Por: Lourdes Huyra

El Museo de Arte de Lima (MALI) en colaboración con el Banco de Crédito BCP presenta una amplia información histórica sobre la producción de la plata en el Perú, seleccionando en total cerca de trescientas piezas de diversos géneros cuyos cambios impuestos a lo largo del tiempo ejerció un eje importante para la economía del virreinato tras el descubrimiento de las minas en Potosí, surgiendo así un centro económico de auge para el Perú.

Ejecución de Atahualpa/Anónimo/Calcografía sobre papel/17,6 x 22, 6 cm.
foto por: robert laime.

Bajo la curaduría de Ricardo Kusunoki y Luis Eduardo Wuffarden, la muestra dividida en tres secciones, tiene como objetivo narrar y dar a conocer el valor simbólico de este metal precioso enfocándose como primer punto en el periodo de la Conquista (1532) y su relación con las piezas prehispánicas, como los conocidos cántaros, tupus, aquillas de estilo chimú e inca.

Santiago Matamoros con escena de la captura del inca en Cajamarca/
Anónimo Cuzqueño/ca. 1720-1770/Óleo sobre tela/130, 6 x 136,3 cm.
foto por: robert laime.

Del mismo modo, la segunda sección se relaciona con la circulación de la plata como piezas litúrgicas tras el descubrimiento de las minas de Potosí (1545) cuya devoción tanto de comerciantes como de mineros definirá un importante discurso en la simbología de las iglesias y santuarios. Por último, se podrá apreciar a través de calcografías la actividad de los plateros españoles que residieron en Lima, elaborando años después objetos litúrgicos para el culto religioso, platería para el uso civil, joyas, bandejas, entre otros.

Los inicios: la plata como uso ritual

El metal precioso, la historia y la cultura se impregnan dentro de los pueblos para dar inicio a uno de los acontecimientos más antiguos, el culto a las divinidades. En aquel campo ritual se sumergen representaciones simbólicas ancestrales que evidencian un pensamiento andino cósmico, en la cual la plata se funde para formar parte de él como la intersección entre el mundo de arriba y el mundo de abajo.

Estatuilla en forma de camélido/INCA (1400-1532 d.c)/Plata en su color/10,5 x 8,5 cm.
foto por: robert laime.

Durante el antiguo Perú, la metalurgia consistía en un trabajo realizado para el culto religioso, en el cual diversos artesanos de la élite podían manejar diversas herramientas para dar forma al metal y crear consigo una variedad de objetos. “La primera evidencia en los Andes Centrales de trabajo con metales data de 1500 a.C. […] se caracteriza por el uso de la técnica del laminado en metales nativos de oro y cobre, junto con el trabajo de dorado por medio del enchapado. Aún no hay evidencias de trabajo en plata”.[1]

La producción durante el periodo Intermedio Tardío (900-1450 d.C.) desarrolla un gran auge “[...] no solo se trabajó el oro, plata, cobre y tumbaga, sino también el bronce estañífero y arsenical”.[2] Del mismo modo se podrá apreciar como ejemplo en los chimú, cultura destacada por su trabajo en plata; ello se podrá apreciar en los Tupus, “[...] uso entre las mujeres que siguen portando ropa autóctona […] que usado en pares sujetaba la saya (acsu o urku) a la altura de los hombros”.[3]

Durante las ceremonias, la plata cumplía una función ritual a través de los objetos que se usaban para las ofrendas; ello se daba por medio de las libaciones conocidas también como ofrendas simples, cuyas “bebidas alcohólicas, agua azucarada y sangre […] se efectúa vaciando parte del contenido de un vaso en un lugar o rociando con la mano derecha”[4], como tal es el caso de la Aquilla, un vaso ceremonial perteneciente a la colección A. Andrade que representa en el borde una sucesión de motivos antropomorfos.

La función de los plateros en la sociedad del siglo XVII

La platería virreinal ocupó un espacio relevante en la sociedad peruana, en la cual era el elemento indispensable cuyo valor contribuía a la decoración de la liturgia, dividiendo así un estatus social marcado por el poder. Por ello, la función que desarrollaban los plateros a principios del siglo XVII era prueba de su gran importancia en la sociedad y en el arte mismo y como testimonio “[...] estos plateros fundaron una primera cofradía de San Eloy, patrón del Arte, en una capilla de la iglesia de la Merced”.[5]

Mitra/Anónimo limeño/ca. 1700- 1750/Plata repujada y cincelada/23, 2x14, 3x12, 5 cm.
foto por: robert laime.

Por ejemplo, en la pieza Mitra realizado por un anónimo limeño en plata repujada y cincelada tiene como referencia a la pintura de San Eloy (1700-1750) cuyo elemento no se encuentra firmado debido a que durante el siglo XVI algunas de las piezas de plata peruana “[...] no nos han llegado pues muchas veces el sistema de trabajo y encargo de nuevas obras era a partir de las viejas que se fundían y volvían a realizar la pieza”.[6]

De igual manera se podrá apreciar diversas láminas de plata en su color realizado por aquellos plateros anónimos que cumplían con su servicio a la élite, elaborando escenas religiosas como la Dolorosa (1750-1800) cuya finura y repujado se aprecia aún más en los detalles observando a la virgen en todo su esplendor. Por otro lado, la pieza San José con el niño Jesús (1730-1770) representa una relación entre padre terrenal e hijo, cuya historia es conocida e interpretada desde el libro sagrado por la misma iglesia.

En una calcografía sobre papel titulada Plateros indígenas se aprecia la elaboración y fundición del metal, cuyas imágenes hacían referencia a una parte de nuestra historia siendo el inicio de exploración de convertir tiempo después el metal en un testimonio cultural y artístico, como así también el inicio de un eje económico mundial que captó la atención de diversos lugares.

Potosí: origen de un centro económico, social y religioso

La extracción de la plata en las minas de Potosí desde su descubrimiento en 1545 resultó fundamental para la actividad minera durante el período colonial, siendo junto con el azogue de Huancavelica uno de los fenómenos e innovación dentro de la historia económica peruana. “Con el descubrimiento y explotación del azogue de Huancavelica […] se estableció una dinámica económica regional cuyos ejes articuladores giraban alrededor de Potosí y Huancavelica”.[7]

“Arte de los metales, en que se enseña el verdadero beneficio de los de oro, y plata por azogue: el modo de fundirlos todo, y como se han de refinar, y apartar unos de otros”/Álvaro Alonso Barba/Madrid: Oficina de la Viuda de Manuel Fernández, 1770/21,6 cm.
foto por robert laime.

La plata de Potosí sostuvo la economía del Imperio español, cuya producción y refinación del mineral contrajo la explotación de la plata y el azogue en el sur andino, conllevando así a la construcción de la Casa de Moneda de Potosí bajo el gobierno de Francisco Toledo. Por ejemplo, la pieza Ocho escudos es una moneda acuñada en oro de 1730 bajo la casa real de Felipe V quien consiguió así “imponer la unificación monetaria para todos sus estados”.[8]

Ocho escudos/Ceca de Lima/ca. 1730/Oro/3x2,9x0.2 cm.
foto por: robert laime.

Un Retablo portátil de la Virgen de Copacabana (1650-1700) define a una sociedad en proceso de evangelización, una devoción que se destaca por su singularidad y constituye una de las tradiciones más antiguas y memorables. “La llegada de los españoles supuso la implantación del cristianismo sobre las antiguas creencias indígenas que fueron eliminadas al imponerse la fe católica, aunque no desaparecieron totalmente y a veces se produjo un sincretismo y una transformación”.[9]

Retablo portátil de la Virgen de Copacabana/Anónimo/ca. 1650-1700/Plata
en su color y pasta modelada, dorada y policromada/34, 5x20, 6x6 cm.
foto por: robert laime.

Asimismo, el proceso de evangelización contrajo a la elaboración de objetos litúrgicos que son símbolos de estatus y poder, como es el caso de las Coronas (1800-1820) ubicada en la cabeza de la Virgen María, el niño Jesús o Cristo de la Pasión, emblema real sagrado cuya imagen coronada “[...] adquiere el carácter triunfante que la Iglesia Católica busca mostrar ante los fieles como resultado de la épica lucha por la instauración de la fe”[10] como también se puede observar en el Ajuar de la Virgen de Cocharcas.

Ajuar de la Virgen de Cocharcas/Anónimo Limeño/ca. 1780- 1800/Plata parcialmente dorada/84x153 cm.
foto por: robert laime.

Divinidad y esplendor en los rituales eclesiásticos

El nexo constante entre lo mundano y lo religioso se observa aún en nuestra actualidad, ello se evidencia en aquellas piezas que destacan tanto por su simbolismo como por su función. Por ejemplo, entre objetos sagrados se observa las famosas Custodias cuyas formas y detalles son realzadas por incrustaciones de piedras preciosas y perlas.

“Durante el siglo XVII y el primer tercio del XVIII, la evolución del sol en las custodias es bastante diferente y más alejado de los modelos españoles”[11], la cual se aprecia en la Custodia (1750-1770) cuya ornamentación del sol está más abundante y se diferencia de la Custodia (1815), objeto litúrgico de Agustín de Arpide, natural de Guipúzcoa (España) que visualmente tiene simetría y proporción entre las piezas.

Detalle de Custodia/Anónimo-Huamanga/ca. 1730/Plata dorada/92x37,7x39,4 cm.
foto por: robert laime.

En la ceremonia litúrgica católica en la actualidad, el saludo de paz es estrechar la mano al fiel que se encuentra a su costado o a las personas más cercanas. Este acto antiguamente “[...] era una acción reservada a los sacerdotes. Sólo en casos de Misa solemne el pueblo participaba a través de este objeto portapaz”.[12]

Entre los objetos litúrgicos se tiene el Cáliz (1800-1820) que es considerado el receptáculo del pan y del vino, cuya base es circular campaniforme escalonada y decoración con incrustaciones de piedras preciosas, así como también se observa en el astil o fuste que muestra un nudo en la parte central. Cabe señalar que el copón se complementa en el rito de la Consagración y también forma parte de la Misa como parte del Sacramento de la Eucaristía.

Grupo de tupus/Siglo XVIII/Medidas variadas.
foto por: robert laime.

Finalmente, la muestra “Plata de los Andes” no solo se centra en la parafernalia religiosa o en objetos lujosos que pertenecieron a la élite, sino también predominan las diversas piezas que formaron parte de la vida cotidiana de la sociedad virreinal y los primeros años de la República. De alguna manera la exposición nos invita a retroceder en el tiempo para descubrir una historia contenida en un metal precioso, siendo la curiosidad el primer factor para poder apreciar con más atención la muestra.

Sahumador/Anónimo/ca. 1825-1830/Plata en su color/17, 3x23, 5x11 cm.
foto por: robert laime.

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Notas:

[1, 2] Vetter, L. (2008). Plateros indígenas en el Virreinato del Perú: siglos XVI y XVII. Lima: Compañía de Minas Buenaventura y Fondo Editorial de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos.

[3, 4] Morssink, R. (1999). “La plata en las culturas andinas”. En Chungara, Volumen 31, N° 1. Arica: Universidad de Tarapacá. (Ver enlace).

[5, 6] Ramos, R. (1992). “Los Plateros de la Catedral de Lima”. En: Laboratorio de Arte N° 5. Sevilla: Universidad de Sevilla.

[7] Chumpitaz, J. (2015) Tecnología e invención: la metalurgia del azogue en Huancavelica (1630-1650). Tesis de Magister en Historia. Escuela de Posgrado: Lima: Pontificia Universidad Católica del Perú.

[8] Ruiz, M. (2013). “La reforma monetaria de Felipe V: su importancia histórica”. Madrid: Universidad Complutense de Madrid. (Ver enlace).

[9] Luján, F. (2002). “Nuestra Señora de Copacabana, una devoción andina patrona de Rubielos Altos (Cuenca) Su origen y difusión”. En: Revista Murciana de Antropología, N° 8. Murcia: Universidad de Murcia.

[10, 12] Cruz de Amenábar, I. (2017). De la mesa al altar. Platería virreinal. Santiago de Chile: Pontificia Universidad Católica de Chile. 

[11] Sanz, M. (2001) Características diferenciales de la plata labrada en el Barroco Iberoamericano. Sevilla: Universidad de Sevilla. (Ver enlace).

Datos:

El público en general podrá visitar la exposición en las Salas 1 y 2 del Museo de Arte de Lima (Paseo Colón 125, Parque de la Exposición, Lima) hasta el 28 de octubre.

Para más información de costos, visitas guiadas y más actividades complementarias, ingresa a la página web del MALI.


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