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Jorge Cevallos: “La Bienal de Arte Indígena es un aporte de reflexión que nos permite pensar en nuestra historia”

TVRobles entrevistó al productor y coordinador de la VII Bienal Intercontinental de Arte Indígena, Jorge Cevallos.

Publicado: 2018-10-12

Por: Selva Vargas

La Bienal Intercontinental de Arte Indígena llega por primera vez con toda su magia ancestral al debate cultural de nuestra ciudad desde Ecuador, con alrededor de ciento cincuenta artistas entre nacionales e internacionales, cerca de cuatrocientas obras de arte y una decena de actividades, durante doce días.

Próximos a inaugurar esta fiesta del arte indígena en Lima, TVRobles conversó con Jorge Cevallos, productor y coordinador de la bienal quien nos comentó acerca del proyecto, su realización y lo que encontraremos en esta nueva edición.


¿Por qué, cómo y quienes inician el proyecto de la Bienal Intercontinental de Arte Indígena? ¿Cuál es la vocación primera?

La Bienal de Arte Indígena nace ya aproximadamente hace veinte años, y es el resultado práctico, la respuesta práctica a una necesidad de las nacionalidades y pueblos indígenas por un espacio que dignifique su arte, que los saque de aquel concepto errado que en muchos segmentos de la sociedad se ha tenido, o sea que es un arte de segunda o una mera artesanía.  

En mi país, el Ecuador, fue muy difícil que se pueda comprender el exquisito nivel de nuestro arte. Y ante eso decidimos crear este espacio, abrir este espacio, que no solamente es una exquisita muestra artística, sino que también es un espacio de reflexión, de entrenamiento técnico, de preparación de nuevos talentos, de creación colectiva.

¿Cuáles fueron los primeros diagnósticos que se obtuvieron después de realizar esta iniciativa?

Al inicio, como todo proyecto, es un poquito complicado saber cómo se va a desarrollar. Entonces, hicimos una edición previa que no llamamos bienal, sino que era un proyecto piloto de la Bienal de Arte Indígena, un poco deseando ser respetuosos con la sociedad para no llamar de una forma a algo que no es. Entonces hicimos un proyecto piloto, y ese proyecto piloto nos dio como resultado la real envergadura del proyecto. 

Para la siguiente edición la llamamos directamente la Bienal de Arte Indígena, y la respuesta fue asombrosa. Realmente no esperábamos tener una acogida tan grande a nivel internacional. Y esto demostraba, pues, la necesidad que, en otro países, también existía de una bienal, bienal entendida como un espacio amplio en el cual se debate un eje temático determinado, en este caso, es “Arte, cultura, pensamiento, ciencia y filosofía de las nacionalidades y pueblos originarios”, no solamente de América, sino del mundo entero.

¿Qué le aporta según usted la Bienal Intercontinental de Arte Indígena al circuito de encuentros internacionales de arte?

Lo que siempre ha aportado el arte indígena y el arte milenario en general: nuevos conceptos creativos venidos de raíces profundas. Picasso, uno de los grandes maestros de la plástica universal, ha estudiado mucho nuestras culturas, tanto culturas africanas como culturas de nuestro continente.  

El aporte que venimos a realizar es el aporte creativo, refrescante de un arte con una visión profunda que nace de una raíz madre rica, pero a la vez también muy moderno, muy, muy contemporáneo. Entonces, nuestro aporte en ese sentido es estético. También es un aporte de reflexión que nos permite pensar en nuestra historia, reflexionar en nuestros procesos políticos y sociales.

Es un espacio de encuentro del pensamiento también. Y eso es lo que venimos a aportar a la sociedad. Venimos a enriquecer este arte moderno y el debate cultural actual. Venimos con estos colores, con esta magia a aportar a que esto se enriquezca.

¿Por qué se decidió trasladar esta bienal a Perú?

Tenemos presencia internacional en veintidós países, y la bienal anterior la hicimos en la ciudad de Piura, al norte. Estuvimos en Sechura, en Catacaos, estuvimos en San Miguel de El Faique, fuimos a Paita. Recorrimos inclusive Canchaque con una gira muy, muy bonita. Y a partir de ahí hubo la inquietud de nuestros hermanos de la comunidad artística del Perú, liderados por el maestro José Ruiz Tume, quien es nuestro representante en el Perú, y por el maestro Fabián Antón, que es nuestro representante aquí en la ciudad de Lima. Ellos nos plantearon de manera clara que podíamos traer la bienal hacia Lima. Aceptamos con un poco de recelo quizá al inicio, porque Lima es una ciudad enorme, es una ciudad donde el debate cultural es grande. Los niveles estéticos y las exigencias acá son muy altas. Comprenderán lo complejo que es, pero decidimos hacerlo.  

Acá tenemos un gran equipo constituido por hermanos del Perú y de otros países, hemos venido trabajando juntos en diferentes líneas: En Argentina, la maestra Mónica Alvarado ha estado coordinando la sección infantil junto con la artista Carmen Rodríguez; la curaduría se ha estado haciendo en el Ecuador, de Panamá, vino una dirección artística; es decir que cada uno, en los diferentes frentes, a través de la tecnología también, hemos venido coordinando las cuestiones, de modo que llegara a Lima consolidadamente. Y, gracias al trabajo de nuestros representantes, hemos conseguido tener el Museo Metropolitano de Lima, donde vamos a estar inaugurando la bienal el 12 de octubre; tenemos presencia en la casona universitaria de San Marcos, en el Parque de la Exposición también, y muy probablemente abramos una exposición adicional en una galería céntrica de Lima.

Con la agenda que estamos manejando, vamos a visitar Ica como les contaba; estaremos en Santa Anita; estaremos en el Callao. Vamos a llevar talleres, porque la Bienal de Arte Indígena no solo es un espacio de exhibición de un arte muy bello, sino también es una oportunidad para que la comunidad pueda recibir este beneficio, el influjo positivo de la bienal, sobre todo los niños. Hay un eje muy interesante para los niños y los jóvenes de talleres durante toda esta trayectoria.

¿Cuáles fueron las condiciones institucionales, económicas, disciplinares con las que se enfrentaron o con las que tuvieron que relacionarse para poder levantar este proyecto en el Perú?

Creo que es un impulso que estamos logrando con varias instituciones en el Perú. La Universidad Nacional Mayor de San Marcos se ha puesto la camiseta del arte, y está presente en esta bienal. Ellos tienen el gran deseo, la gran aspiración de renovar, de remozar estos conceptos del arte en el Perú a través de la universidad. Nos han abierto sus puertas para presentar la muestra artística. Asimismo, un gran trabajo está realizando el Museo Metropolitano de Lima, que ahora está con una muestra grande en la parte baja sobre Gerardo Chávez, un maestro muy reconocido acá en el Perú. Y sobre eso vamos nosotros con nuestro arte también.  

Hubo una gestión institucional interesante. Lamentablemente, la institucionalidad en sí como el Ministerio de Cultura del Perú no le ha dado mayor atención, quizá debido al hecho de que vivíamos un proceso de transición, cambio de ministros, el hecho de no poder tener acceso a un lobby directo. Pero, en general, la empresa privada peruana, los ciudadanos del Perú, nuestro equipo y las instituciones que he mencionado, estamos coordinando bastante bien, y hemos logrado que esta bienal tenga ya sedes constituidas, tenga ya una estructura ya lista, y la obra que ya está llegando, ya está aquí en Perú.

Respecto a los artistas, ¿Cómo fue el proceso de convocatoria y cuáles fueron los criterios de selección para artistas peruanos e internacionales en esta Bienal?

La convocatoria es a nivel virtual y a través de muchas embajadas de nuestro país el Ecuador, el Ministerio de Relaciones Exteriores nos apoyó con la difusión, igualmente, el Ministerio de Cultura de nuestro país. Entonces, la difusión se ha hecho de esa manera. 

A muchos de los artistas les gusta el movimiento que llevamos. Es una convivencia artística muy sana, donde hay un debate estético y eso es bueno. Hay una creación colectiva de obras que nos permite actualizarnos de alguna manera.

El Perú es un país rico. Ustedes tienen escuelas de arte en cada región, en cada provincia, en cada ciudad: que la Escuela de Arte de Ica, que la Escuela de Arte del Cuzco, que la de Lima, que la de Piura; es decir, están llenos de escuelas de arte. En Ecuador, no tenemos esa fortuna. Carecemos de estas potencialidades. Es muy, muy limitado el acceso. Frente a eso, decidimos que es importante la preparación técnica que podamos darnos a nosotros mismos.

Grandes dibujantes, pintores como Froilán Cosme Huanca estarán para compartir el arte de dibujar. Maestros como Calumani, un gran grabador iqueño va a dar un taller. Entonces, el artista profesional que cultiva este arte milenario viene con el interés de entrenarse técnicamente con sus compañeros. No todos somos maestros de todo. Otros manejan otras técnicas. Y en este espacio realizamos talleres internos también donde quienes asisten a la bienal, aparte del público, como los propios artistas, se apuntan y podemos compartir talleres de entrenamiento que, a la final, después de diez días y unas cincuenta horas, nos dejan un conocimiento más, que ya empieza a aplicarse en su trabajo profesional.

¿Qué actividades se van a realizar en esta edición de la bienal?

En esta bienal, como mencionaba, la muestra artística es una de las propuestas más sólidas que tenemos, bastante interesante porque es educativa. Nuestro arte es un arte que habla. Nuestro arte no es un arte mudo. Es un arte que tiene un contenido interno bien rico, porque viene de un legado precisamente. Otra de las características es que no hace falta que seamos críticos de arte o teóricos del arte o estudiosos para entenderlo. El arte cuando es bello habla por sí solo, y de la persona más humilde a la de más alto rango puede entenderlo porque esa es la belleza. Es un lenguaje universal.  

Tenemos la muestra artística como decía, tenemos talleres de cerámica. Vamos a tener con la artista Celina Veloteri, que viene desde Argentina, un taller de cerámica. Estaremos con un taller de grabado en espejo. Vamos a tener un taller de puesta en escena. Vamos a montar una obrita entre teatro, danza y música dedicado a lo que se llama el danzante fantasma, que es una danza sagrada de los Estado Unidos.

Vamos a hacer una puesta en escena que nos va a servir de pretexto para que actores, bailarines y músicos se junten y montar una obra, que no será más allá de quince minutos, que vamos a presentar al final de la bienal en la ceremonia de clausura, que será en la casona universitaria de la UNMSM, el 24 de octubre. Contaremos con talleres infantiles, trabajaremos los símbolos naturales e históricos de cada país, en este caso, la cultura mochica; estaremos abordando también la cultura inca.

De la Patagonia viene algo muy interesante. Tendremos también un taller de pintura. Vamos a hacer un ejercicio para pintar un mural entre todos los artistas. Vamos a tener una charla sobre plantas sagradas y el arte visionario. Tenemos un salón interesante coordinado por el pintor Harry Chávez.

Vamos a estar en Barranco con una muestra de arte visionario. Eso va a venir acompañado con una charla de Zadir Milla, un muy reconocido estudioso e intelectual peruano, a lo que se sumará la muestra artística en sí; es decir que, en esta ocasión vamos a abordar a profundidad el arte visionario.

¿Estas actividades son gratuitas o tiene algún costo?
Todas las actividades son gratuitas. Ha sido vocación de la bienal servir a la gente de esta manera. Es una muestra exquisita y afortunadamente las instituciones con las que estamos trabajando son de entrada libre como el Museo Metropolitano de Lima.
Respecto a las actividades que se van a realizar fuera de Lima, ¿cuál es el rol que tendrá?

Bueno, la descentralización es una política de la Bienal de Arte Indígena. Nosotros estamos en ciudades grandes como Lima en museos de primera como los que hemos mencionado, pero también queremos ir a comunidades pequeñas. Es nuestra política servirles a ellos, de ahí que estamos en Ica.  

En Ica, tenemos el salón del grabado, tenemos el taller del grabado y una conferencia muy importante sobre las líneas de Nazca. Vamos a aprovechar que estamos ahí para invitar a un par de estudiosos locales para que nos cuenten cuál es la perspectiva de este fenómeno tan hermoso, histórico, como son las líneas de Nazca; entonces, estaremos allá.

En Santa Anita, que es una municipalidad bien populosa, vamos a llevar la Galería Viajera. Vamos a llevar unas cincuenta obras de arte. Ese día haremos una fiesta de las artes. Habrá talleres con los niños, sobre todo. Lo mismo va a pasar en la Municipalidad del Callao. Estaremos en una emblemática y centenaria institución: el Colegio Dos de mayo, con ciento veinte años de historia, abrirán sus puertas para que la Bienal de Arte Indígena lleve a ese sector de la ciudad, la Galería Viajera.

¿Cómo cree que esta bienal pueda articular a todos los actores del sector cultura con la finalidad de acercar el arte a la ciudadanía?

Creo que es muy importante el hecho de poder tener esta conversación con ustedes, poder decirles a los hermanos que hacen gestión cultural en Perú, que es muy importante que el arte ocupe los espacios que se merece como grandes museos, pero también es importante estar con la gente, que se retroalimente.  

El artista, por lo general, no viene de una élite. Viene de los lugares más simples: de las comunidades indígenas, de las comunidades campesinas, de los barrios populares. Y nosotros coincidimos en que es nuestra obligación que toda la riqueza que hemos logrado con esta caminar profesional regrese allá, de donde venimos.

Es nuestro deber, servir a nuestras comunidades. Muchas veces pensamos que el pueblo llano no va a tener interés. Muy por el contrario, creo que nosotros somos gente muy perceptiva, de apreciar el arte y, de hecho, lo hacemos.

Es importante que las autoridades puedan percibir el valor social que tiene este trabajo. Es una inversión grande y un gran esfuerzo de los artistas y los gestores culturales para educar a las personas de esta manera.

Está bien que los alcaldes, la presidencia de la república y los ministros inviertan en cemento, en medicina, en cuestiones materiales, pero es también importante la inversión en nuestra gente. Es muy importante nuestra identidad, es muy importante nuestra cultura.

Nosotros sabemos, por experiencia, que un pueblo que no conoce su historia está condenado a repetirla, y no queremos aquello.

Creemos que nuestros niños, nuestros hijos, merecen tener una identidad rica, de modo que se valoren a sí mismo y que el resto del planeta los valore. Esa es nuestra ambición al visitar Perú.

Estamos admirados de su arte, hay artistas asombrosos en verdad. Perú es una cuna del arte fabuloso, y para nosotros estar aquí es un privilegio.

Serán doce días de fiesta, doce días en los que vamos a aprender, a disfrutar, a compartir y también a celebrar. Vamos a danzar. Hay muy buenas danzas. Brisas del Titicaca va a estar presente con nosotros en la ceremonia inaugural, los danzantes quillasingas vienen de Colombia, un grupo de danzantes viene desde el Ecuador, y aquí de los artistas locales con el tondero desde Catacaos, que generosamente el grupo Antonio Magno los va a traer para la ceremonia inaugural, tanto del 12 acá en el Metropolitano como del 13 en la Casona de la Universidad Mayor de San Marcos.

Muchas gracias.
¡Muchas gracias a ustedes!

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