Por: Natali Conde. 

El pasado jueves 24 de enero, en la Biblioteca Nacional del Perú, el escritor y psicólogo Luis Echegaray, tras largos años de investigación, presentó el libro: Abancay, Siglo XX, Trazos de su historia. La actividad contó con la participación de Herbert Castro Infantes y Antonio Terrones Delgado.

El acto reunió a más de un abanquino agradecido por el texto. La presentación del libro corrió a cargo José Antonio, quien dio una breve introducción a Echegaray y al ejemplar para luego dar pase a Herbert Castro Infantes, quien felicitó al autor y señaló que el libro ayudará no solo a historiadores, sino a todo aquel que desea saber sobre Abancay. “Felicitaciones, porque tu libro perdurará en el tiempo”.

Asimismo, previo a las palabras del escritor, dos damas abanquinas sorprendieron al público al dirigir poemas como ofrenda por la realización del libro. El primer poemario, titulado Hay un lugar, fue recitado por la señorita Martínez llenando el ambiente de nostalgia.

Entre sus palabras resaltó lo agradecida que se encontraba por la presentación y que sin duda el libro tendrá un espacio en la casa de cada uno de los presentes. De la misma forma, la otra dama, llamada Vilma Sotomayor, expresó su emoción como abanquina por la creación de un ejemplar que hable de ellos: “Muchas gracias por esta noche maravillosa. Un sueño hecho realidad para ti Luchito, y un sueño hecho realidad para todos los descendientes de Abancay”. Su recital a diferencia del anterior fue realizado en quechua.

Ante tal muestra de gratitud Luis Echegaray manifestó que no se encontraba aguardaba tal reconocimiento. “No esperaba que esta convocatoria tuviera los oídos de nosotros…que hoy se han hechos presentes acá”, además de agradecer a quienes lo apoyaron a sacar a la luz su nueva publicación. Dicho aquello se prosiguió con la mesa de dialogo entre Echegaray, Herbert Castro y Antonio Terrones, quienes además incentivaron al público a participar con preguntas.

Pues este libro contiene más que doscientas páginas con contenido escrito e ilustrado sobre la historia, gastronomía, costumbres, vivencias o personajes importantes de Abancay; sino el orgullo y evolución, en sí, de toda una población en el trascurro del tiempo. Como el hecho de que son considerados por tener el carnaval más alegre del Perú, y ello lo reafirma José María Arguedas, un personaje que vivió un tiempo en estas tierras y que con sus escritos Luis Echegaray tomo como referencia. “No hay nadie quien pueda describirla como lo hizo Arguedas […] tomé algunas glosas de Ríos Profundos para escribir a Abancay en los años 30 o 40”.

A ellos se debe mencionar que este libro narra cuan impregnado se encuentra el mestizaje en Abancay desde costumbres Italianas, españolas, indígenas y africanas que se revelaban en la forma de decorar sus casas con camas isabelinas o muebles al estilo Luis XVI en el pasado; en cocinar platillos bachiches (italianos) para luego llegar hoy en día a uno de unos típicos platos: tallarines con estofado de gallina. “Después de la llegada de los chapetones, bachiches […] Abancay comienza a desarrollar un cosmopolitismo digno de una belle époque”, fueron las palabras del autor.

Con el trascurso del intercambio de palabras, entre los miembros de la mesa y el público, el ambiente se tornó interesantísimo. Para luego llegar a los personajes abanquinos más conocidos de la historia peruana, pues no solo es Chabuca Granda; sino también Micaela Bastidas, quien es el orgullo de más de un abanquino presente, pese haber existido un problema tiempo atrás, por el lugar de nacimiento de Micaela, mas aquello no disuade su amor por ella, una mestiza que marcó la historia: “Salvaguardemos algunas falacias Abanquinos… estamos obligados responder mentiras […] que tratan de distorsionar la historia”, señaló Herbert Castro.

Por ese motivo, Abancay, Siglo XX, Trazos de su historia es más que una enciclopedia sobre Abancay. Son textos como estos que contribuyen en la conservación de una cultura para que el legado pase a los jóvenes que en muchas ocasiones, ante un mundo globalizado y modernizado, olvidan sus raíces.