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cortesía: mauricio gibson.

Escritor Cronwell Jara recibe el Premio Casa de la Literatura Peruana 2019

Caslit otorgó su máxima distinción al notable escritor piurano.

“Con la imaginación logramos hacer Historia”.

Cronwell Jara, escritor.

Publicado: 2019-05-01

Por: Mauricio Gibson

El pasado jueves 25 de abril, se llevó a cabo la entrega del premio Casa de la Literatura peruana 2019, al escritor piurano Cronwell Jara Jiménez. Autor de obras como: Hueso duro (1980), Montacerdos (1981), Las huellas del puma (1986), Patíbulo para un caballo (1989), Arte de cazar dragones (2003), Faite (2016), entre otras publicaciones.

CORTESÍA: MAURICIO GIBSON.

La ceremonia de inicio con las palabras de Enrique Cortez, quien esboza algunos apuntes sobre la narrativa de Jara. Para ello recurre en primera instancia a José María Arguedas, quien en palabras de Cortez “hubiera sido lector de Jara”, como consecuencia de la valorización del escritor por el sustrato oral, el cual dota al texto de la experiencia.

Así es posible recuperar el vínculo con las cosas. Vinculo que en mayor intensidad podría trasmitir a la palabra el peso de la materia. Enseguida Cortez refuerza el análisis recurriendo a Walter Benjamín y reflexiona sobre el narrador oral, quien toma elementos de su experiencia o la referida. La figura del narrador oral aparece como un elemento que cohesiona la comunidad, una figura de justicia. La justicia de la narración oral se expresa cuando el narrador no dicta ni juicio, ni dictamen de modo que cualquiera de su auditorio puede sacar provecho en virtud de la unidad de un consejo.

Cortez agrega que “[...] el tipo de justicia en la narración de Jara, en sus ficciones está conectada a un principio retributivo, puede que la situación de la reciprocidad no sean necesariamente permanente si se piensa desde una perspectiva racional. Pero desde una perspectiva que explora lo pasional, las ficciones de jara dejaron el efecto de que algún tipo de justicia que se ha realizado”.

CORTESÍA: MAURICIO GIBSON.

Seguidamente Luis Alberto Castillo enriqueció la ceremonia con una semblanza de las épocas del escritor galardonado en las cátedras de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, que abarca desde el año 1973 a 1979, periodo en el cual tuvieron la suerte de compartir vivencias académicas y literarias.

El literato trae a la memoria sus reuniones en los jardines de la Facultad de Letras junto a sus condiscípulos, donde intercambiaban lecturas y líricas composiciones de amores y desamores, recuerda las anotaciones y lecturas inéditas del autor de Montacerdos de la siguiente manera: “Cronwell al mismo tiempo que abría su cuaderno de hojas cuadriculadas escritas con letras menudas desde la primera línea, hasta la última, sin dejar márgenes a los costados. Nos contaba que tenía bastantes relatos escritos y nos leía algunos de sus textos”.

Castillo nos muestra otra parte de la producción de Jara cuando afirma: “En cuanto a la obra literaria Cronwelliana, que si bien ahora es conocida por su buena narrativa, sin embargo en la década de los setenta público sobre todo poesía en las diversas revistas que los estudiantes sanmarquinos editaban artesanalmente”. Versos perfeccionados en los talleres de Hildebrando Pérez Grande y Marco Martos. Concluye castillo saludando el merecido reconocimiento por parte de la casa de la literatura a la obra del compañero de aula.

CORTESÍA: MAURICIO GIBSON.

Dejando los pasillos sanmarquinos, escuchamos a Cecilia Granadino, compañera de Jara durante casi 30 años de vida, quien nos introduce en la cotidianidad de la vida del escritor, en medio de una atmósfera histriónica inherente a su personalidad. En ese contexto hace alusión a lo complejo que resulta la vida en pareja, y más aún, si tu compañero es un escritor como Cronwell Jara.

Sobre los inicios del romance nos comenta Granadino “[...] ¡A veces estaba ensimismado! ¡No contestaba¡ !Le hablaba y no me prestaba atención¡ Entonces yo decía: ¿No me quiere? ¿Qué pasa? Mejor cada uno por su cuenta. Era muy difícil. Podrían pasar horas y no te decía nada, él estaba en lo suyo. Si se le ocurre una idea el comienza a desarrollarla y no le importa si el mismo Cristo está a su lado”.

Refiere Granadino: “Eso me costó, Me pareció que era egoísta y que se preocupaba de él mismo. Pero no era cierto, llegue a entender que en su cabeza cuando pescaba un hilo, lo quería seguir. Cuando ya entendí ello, si lo veo ensimismado no me atrevo a interrumpirlo. Él hasta cuando duerme está inventando, es increíble, habla dormido y hace gestos. Y si tiene la idea, presuroso busca lápiz y papel para escribir”.

Sobre el proceso creativo de Jara, nos relata: “Cuando se sienta a escribir, él pone música, según el tema sobre el cual va tratar en la obra. Él escribe a través de la melancolía y el recuerdo. Por ejemplo en Patíbulo para un caballo, en los cinco años que le tomó escribir esta novela, él escuchó a García Zarate”. Es así que durante la lectura de Patíbulo para un caballo podemos escuchar la melodía acompañando cada texto.

CORTESÍA: MAURICIO GIBSON.

Enseguida las palabras de reconocimiento de Milagros Saldarriaga, directora de la Casa de la Literatura Peruana, resaltó la trayectoria de una personalidad viva y una producción de cuestionamiento constante desde la lengua, los mundos que representa y el propio lugar del escritor.

Cronwell Jara es un autor prolifero, refiere Saldarriaga, que ha incursionado en diferentes géneros: novela, poesía, cuento. Y de este último una amplia producción de obras enmarcadas en temática urbana, de un tono épico o aquellas ambientadas en el mundo rural. Siendo su obra narrativa la que mejor nos interpela.

Es así que su narración termina siendo una reflexión muy viva, que significa escribir desde, para y con la marginalidad a cuestas, busca narrar la historia que nos describe, determinado por una constante lucha.

Finalmente, la ceremonia concluye con la voz del galardonado Cronwell Jara quien con un tono de humor y sorpresa inicia con las siguientes palabras: “Ustedes dirán yo estoy emocionado ¡Wiflas! Yo no estoy emocionado como ustedes. En el fondo lo que tengo es horror”. Jara pregunta a la audiencia: ¿Saben por qué? El escritor responde: “Es bien sencillo. Cada vez que uno va a los museos o hay homenajes a diferentes autores importantes. Uno ve ahí sus libros, su retrato o alguna pieza representativa. El horror está ahí. Pues un día cuando mueran verán alguna vitrina que exhiban sus libritos. Yo siento que es como un augurio, que cuando muera me van a exhibir así. Esta es la impresión que me causa este tipo de ceremonias, es casi como una despedida, así será cuando muera, así me verán ¡Wiflas!”.

Una vez roto el hielo, el galardonado procedió a la lectura de un cuento para niños, como él refiere “un cuento que encontré por ahí y riese de inmediato”. El título: “El mago chiflado y la varita mágica juguetona”, el protagonista: un mago, que tenía la capacidad de llenar la ciudad de mariposas, con diferentes parte de su cuerpo, hasta que el estado y la comunidad científica cortaron cada parte de su cuerpo capaz de producir mariposas, para finalmente encarcelarlo.

Con este relato el autor tiene por intención poner sobre la mesa como la imaginación es reprimida por políticos y científicos. Como consecuencia de ello, aquellos dotados por el don de la imaginación terminan alejándose de la represión. Pues se ignora el poder de la imaginación para mejorar el mundo, para alegrarnos la vida.

Jara comenta: “Con la imaginación logramos aportar a la Historia, pues la literatura motiva a la investigación en campos como la Sociología y la Historia, permitiendo presentar los problemas políticos y sociales de un determinado tiempo. Esto se refleja en sus personajes que tienen cuestionamientos, que discrepan y plantean sobre ese tiempo específico”.

CORTESÍA: MAURICIO GIBSON.

Finalmente el autor reconoce en sus amigos la alegría y satisfacción por el galardón otorgado, agradeciendo a la Casa de la Literatura Peruana por dicha satisfacción.


Escrito por

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