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foto: archivo tvrobles.

El patrimonio edificado en tiempos de coronavirus, por Rolando Arciga

“Ante el peor escenario, el Ministerio de Cultura podría tener una reducción significativa de su presupuesto en los siguientes años. Si esto llegara a ocurrir, muchas intervenciones como puestas en valor y restauraciones de sitios arqueológicos prehispánicos y monumentos históricos quedarían postergadas”.

Publicado: 2020-05-04

Por: Rolando Arciga Soto

Magíster en Gestión del Patrimonio Cultural y Licenciado en Arqueología.

En la actualidad, el mundo y nuestro país sufren una crisis sin precedentes provocada por la COVID-19, la cual ha provocado una pandemia a nivel global. Hasta el momento en que se escribe esta columna, la enfermedad ha cobrado la vida de 250 000 personas, siendo el número de infectados más de 3.5 millones. El impacto de la COVID-19 es solo comparable con la Primera y Segunda Guerra Mundial, repercutiendo en todos los aspectos de nuestra sociedad –incluidos turismo y cultura–. Por el momento, no se puede medir el impacto real a futuro de la enfermedad.

El primer caso de la COVID-19 en el Perú se detectó el 6 de marzo. Se trató de un peruano que había estado de turismo en Europa, como la mayoría de los casos iniciales similares. El 15 de marzo, el presidente de la República, Martín Vizcarra Cornejo, declaró cuarentena a nivel nacional, restringiendo la movilidad de los ciudadanos. Posteriormente, se prohibió la aglomeración de personas incluyéndose las de carácter cultural. Hasta el momento, el número de fallecidos en Perú supera los 1 200 y el de infectados es de más de 42 000.

Desde el comienzo de la enfermedad y de la cuarentena en Perú, la economía ha sido afectada, siendo uno de los sectores más golpeados el turismo. Por ejemplo, se pronostica que la pérdida en ese sector será de miles de millones de dólares. Debido a la pandemia, han tenido que cerrar hoteles, restaurantes, museos, sitios arqueológicos, reservas naturales, entre otros. Se prevé una pérdida de trabajos en el sector y relacionados de cientos de miles.

El sector Cultura también ha sido afectado. Sitios arqueológicos y museos han tenido que cerrar y toda actividad cultural ha sido cancelada durante la cuarentena. En lo que respecta al patrimonio edificado, este corre un alto riesgo en esta larga temporada de cuarentena. Este nivel de alerta sin precedente ha sido tomado en cuenta por el Ministerio de Cultura, aunque de una forma tardía se está dado medidas para evitar las invasiones y destrucciones. El 23 de abril de 2020, se publicó el Decreto Legislativo N.° 1467, que refuerza acciones y establece medidas especiales para la preservación de los inmuebles integrantes del Patrimonio Cultural en el marco de la emergencia sanitaria a nivel nacional declarada a consecuencia de la COVID-19.

Desde el 15 de marzo hasta la fecha, han pasado 49 días de cuarentena en el país. Esto ha significado un buen tiempo de desprotección del patrimonio edificado, debido a la suspensión de actividades como la arqueológica, restauración y otras, y a la inmovilidad de las personas. En el transcurso de los días ya se han dado casos de destrucción o atentados contra el patrimonio, como los ocurridos en: El Buque, petroglifos de Culebrillas, Caral, Chankillo, Pumacayán. Ante esta realidad, el Ministerio de Cultura ha pedido a la población que denuncie este tipo de hechos.

Recién el impacto que ha sufrido el patrimonio edificado en nuestro país se podrá vislumbrar una vez que se termine la cuarentena. La restricción de movilidad evita que nos enteremos de estos daños o atentados. Tristemente, esta época debe estar siendo aprovechada por personas inescrupulosas para realizar excavaciones no autorizadas en sitios arqueológicos –el famoso huaqueo–, o invadirlos con el fin de usar los terrenos para construir viviendas. También el caso de dueños de terrenos donde se encuentran evidencias arqueológicas, que son destruidas para luego pedir un Certificado de Inexistencia de Restos Arqueológicos (CIRA). Otro caso es el de las casonas, donde los dueños pueden causar daño adrede para forzar una demolición, justificándose en el inminente colapso y riesgo para la población.

Una vez terminado la cuarentena, y para ser más exactos, cuando se supere la pandemia, se necesitará el apoyo de profesionales independientes y de la sociedad civil –representada por las asociaciones culturales–, para saber el impacto real en el patrimonio edificado. Es casi imposible que las personas apoyen denunciando los atentados en las épocas de cuarentena debido a la inmovilidad. También debemos tomar en cuenta que la capacidad de reacción del Ministerio de Cultura ante una emergencia actualmente debe estar muy reducida.

Pero posteriormente al estado de emergencia, el panorama no es muy alentador. Se pronostica que el Perú entrará en una recesión de 4 años. El sector Turismo podría verse afectado por una reducción en el número de turistas extranjeros, incluso después del 2020. Puede darse el caso de que el miedo a viajar aún permanezca en la mayoría de las personas. En el ámbito nacional, el turismo local también podría verse afectado, ante la reducción de los ingresos económicos de los peruanos. Ante el peor escenario, el Ministerio de Cultura podría tener una reducción significativa de su presupuesto en los siguientes años. Si esto pasa, muchas intervenciones, como puestas en valor y restauraciones de sitios arqueológicos prehispánicos y monumentos históricos, quedarían postergadas. Otro aspecto sería la reducción de personal en cultura.

En un mundo con poco turismo ¿qué pasaría con las intervenciones en el patrimonio edificado, que erróneamente en gran medida se justifican por el ingreso de visitantes extranjeros y el movimiento económico que producen? En verdad, debería más apoyarse por la necesidad de fortalecer la identidad y los derechos culturales de los ciudadanos.


Escrito por

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Medio especializado en el sector Cultura.


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