Por: Kiara Barrios.
“No me pidas regresar” es un proyecto audiovisual multidisciplinario del director Reichart de Alcocer, que reúne a tres poetas, tres artistas plásticos, dos músicos y más de diez profesionales de las comunicaciones. Este corto busca sensibilizar a la sociedad y a las instituciones gubernamentales para enfrentar y vencer a la COVID-19 a través de la solidaridad, sin olvidar que hay otros temas que necesitamos afrontar en las tres regiones geográficas del país.
A inicios de la cuarentena, De Alcocer llamó a Ana Vera (poeta y gestora cultural), Flor Idrugo (gestora de arte) y a Raquel Rodríguez (productora), para convocar a un grupo de talentosos artistas y profesionales, quienes, desde sus casas, en diferentes lugares del Perú, colaboren en la realización de este proyecto audiovisual, que se divide en tres momentos de poemas ilustrados inspirados en la costa, sierra y selva.
El proyecto se dio a conocer a través de las redes sociales de la casa realizadora Kubrick Any Story Any Media del director Reichart de Alcocer, quien ha trabajado en cine y publicidad en Hollywood, Alemania y Latinoamérica, siendo reconocido por su trabajo en varias oportunidades por diversas instituciones internacionales.
TVRobles tuvo la oportunidad de conversar con los tres artistas plásticos que dan vida a los problemas que existen en la costa, sierra y selva, respectivamente: Paul Beraun Torres, José Gabriel Rojas Atuncar y Germán Chinen Murata.
El corto se puede apreciar en el siguiente enlace.
- ¿Cómo se contactan con ustedes?
Germán Chinen: Me contactó Flor Idrugo. Ella estuvo encargada de la parte de los artistas, y de plano ya me había conversado del proyecto, hasta que llegó el momento de hacerlo. Me planteó el guion y también me presentó a la cabeza del proyecto: Reichart de Alcocer. Concertamos una reunión previa de manera virtual, y me explicaron cuál era la naturaleza de todo esto y me pareció interesante. Me apunté y aquí me tienen. De paso pensé que mi amigo Paul también podría participar, tiene mucho talento y mucha experiencia en esto y qué mejor que trabajar con alguien que ya conoces.
Paul Beraun: En mi caso, fue a través de mi amigo Germán. Él fue quien me contactó. Me dijo: “Oye, aquí está este proyecto, ¿te interesa?” Me explicó todo bien grosso modo. Y me dijo: “Te van a llamar”. Así me uní al equipo.
José Gabriel: Me contactó Reichart, el director del proyecto, pues siempre hemos trabajado juntos, ya que él es director de publicidad y yo soy ilustrador, hago storyboards y hemos hecho varios proyectos. Él me contacto de frente y me dijo: “Oye, ¿quieres hacer un dibujo para un bien común?”. Le pregunté cuánto es, me respondió “nada” (risas) y acepté. Siempre hay controversia en todo esto, lo bueno es que se ha hecho algo bueno con ustedes, y Reichart, que también tiene una visión artística tremenda. Salió un producto muy chévere. Me alegra que haya sido difundido.
- Cada uno ha ilustrado una región del Perú ¿Podrían contarnos un poco sobre el proceso que han tenido y cuánto tiempo les tomó llevarlo a cabo?
Paul Beraun: En mi caso yo fui quien se unió al último. Las dos primeras partes estaban asignadas y me quedaba la costa. Si mal no recuerdo, estábamos contra el tiempo en ese momento porque quería lanzarse antes de que terminara la primera etapa de la cuarentena. Era para ayer. Me dieron un texto muy específico con las ilustraciones y qué debería dibujar. También me especificaron la técnica que deberíamos usar. En este sentido, me acoplé a lo que me pidieron para darle una uniformidad a las ilustraciones. Se hizo a la carrera, después ya vino la prórroga de la cuarentena y teníamos un poco más de tiempo para realizar los ajustes.
Germán Chinen: También estuve un poco así, como Paul, solo que para la convocatoria, en la primera reunión, nos dijeron cuáles eran los lineamientos. Me dieron el texto y también el guion y en base a eso trabajé. Como a mí me tocó la selva, era muy importante la estética, y sobre todo el personaje: un shipibo. Principalmente guardé la estética del traje y la dinámica del ambiente: el río, los animales, los incendios forestales en el Amazonas. Entendí bastante por dónde iba el guion y a lo que se refería el poema. Por eso, hice mucho hincapié en la expresión del personaje. Creo que, lejos de otra cosa, el shipibo tiene mucho protagonismo, pero el guion estaba bastante claro con respecto a lo que quería. En mi caso, sí lo hice muy rápido. La reunión fue, por decir, un viernes y el domingo estábamos pensando en entregarlo, solo que después ya llegó la prórroga, lo entregué. Fuera de alguna corrección, lo hice sin problemas, pero fue una experiencia agradable.
José Gabriel: A mí me habían dado el poema de la sierra, a leer. Y al principio pensé que pudo haber sido una animación, porque yo trabajo en digital, y al final trabajé en lápiz, en capas, lo escaneé y el pintado fue en digital. Representé a Máximo Damián, el violinista, en un paraje y al igual que ustedes también me dijeron qué parte dibujar, como un storyboard. Hay que dibujar unas cinco personas con un lamento, una casa, una madre con un niño, este pasaje fúnebre sobre el fondo, el cielo, el atardecer, que fueron hechos en acuarela. Gracias a la técnica mixta que manejo, me fue más práctico, y me gustó el resultado final con el poema.
- ¿Cuál ha sido el mayor reto que han tenido en este proyecto como ilustradores?
Paul Beraun: Tal vez la premura del tiempo, pero si te facilita mucho el trabajo al tener algo tan concreto. Porque a pesar de que el poema es una metáfora, nosotros teníamos una hoja de ruta muy precisa. Cuando me dijeron que me encargaría de la costa imaginé paisajes o cosas de esas. En cambio, esta ilustración tenía que ver más con la cotidianidad, eran interiores. No es que me viniera como anillo al dedo, pero parte de mi trabajo personal tiene que ver con eso. Entonces, se me acomodó, sin querer queriendo, el tema o por lo menos las imágenes a las que se estaba refiriendo. Quizás las limitaciones respecto al material. Pero en general fue una bonita experiencia, como siempre. De hecho, pintar y dibujar es un privilegio, y es un placer para mí hacerlo independientemente si hay algún motivo “x”. Quizás la premura, el tiempo, trabajar sobre presión podría haber sido la mayor dificultad. Lo demás gracias al parámetro que estaba establecido por la dirección facilitó mucho las cosas.
Germán Chinen: En mi caso, como Paul, quizás el tiempo. En la primera reunión nos dijeron que explotáramos lo que uno más domine. Yo pinto, pero me muevo más en el dibujo, soy de tinta y lápiz. Mi trabajo es muy gráfico. El reto era romper un poco eso y trabajar con color, ya que yo trabajo eso como docente, pero en lo personal manejo más el lápiz. Lo otro era plasmar lo que estaba en el guion al pie de la letra, porque uno puede hacer una interpretación libre sobre un tema así. Creo que esa adaptación a lo que me pedía el guion más tratar de llevarlo al color respetando mi técnica fue uno de los retos que me trajo. No me pidas regresar. Cada uno de los ilustradores tenía que guardar bastante el estilo, pero al mismo tiempo con características propias de nuestro trabajo personal. Por ejemplo, el que hace tinta debía tenerla en el dibujo además del color. Yo no trabajo digital, sino 100 % a mano. Como dicen en Bellas Artes, soy de la vieja escuela. Igual Paul. Nuestra aproximación a la ilustración es quizás un poco más clásica. De repente ahora con la tecnología los tiempos se acortan, pero uno está acostumbrado a realizar de forma más clásica. Creo que por ahí fue el problema —no más grande— pero sí más complicado. Una vez que uno rompe esa parte todo es más sencillo y fluye.
José Gabriel: Quizás lo complicado de mi parte creativa fue tratar de manejar no un mismo estilo, sino acomodarnos en los mismos trazos y líneas en el dibujo, que refleje unidad. Lo bueno es que también manejo el fondo a trazo. Me parece que hemos estado trabajando en paralelo, ya que Reichart me mostró algunas ilustraciones y eso me ayudó a acoplarme al trabajo de los demás para que no sea tan contrastante. Esa fue una pequeña dificultad, ya que yo pensaba hacerlo en digital. Por otro lado, el tiempo puede ser un factor, aunque en mi trabajo realizando storyboards casi siempre he tenido que hacer todo para ayer, y con la presión a veces me salen las cosas más fluidas.
- El artista se nutre de lo que ve constantemente. ¿Cuál ha sido su experiencia al ilustrar cada poema? ¿Llegaron a tener algún sentimiento encontrado considerando el tema que se trataba?
Paul Beraun: Sentimientos encontrados, mmm. Por lo menos yo me he dedicado a mi labor y a tratar de que salga lo mejor que pueda, Quizás los procesos varían, de repente uno puede dar vueltas y hacer mil bocetos sobre lo que estamos tratando de expresar. No podría decir que soy un cascabel, pues la costa toca el tema de la depresión. Esos sentimientos quién no los ha tenido. El ambiente, quizás, pero es una experiencia muy humana, y creo que cualquier ser humano puede pasar por eso. Sin embargo, en mi trabajo como ilustrador no resultó algo muy chocante para trabajar.
Germán Chinen: Creo que tuve suerte, porque el poema, a pesar de que toca el tema ambiental en el Amazonas, a pesar de tratar el problema y describirlo, tiene una visión quizás más optimista. En el conjunto de todo el corto yo noto que la selva es que tiene más esperanza, mientras que la sierra y la costa son más oscuras. En cuanto a visión de ese mismo problema, son ya el extremo de lo que puede pasar mientras que en la selva existe una esperanza de cambio. Creo que la naturaleza puede salir airosa de esto en el largo plazo, pero comparándolas con esas dos historias sí son bastantes tristes. La parte de la sierra si me da mucha pena, es triste. En la sierra como en la costa se muestra el resultado de algo que ya pasó mientras que en la selva todavía está pasando, pero queda la posibilidad de que pueda cambiar. Esa es mi visión y creo que tuve mucha suerte en que me toque la selva. Justamente trabajé mucho el verde y que causa la sensación de tener una luz esperanza ante este problema.
José Gabriel: Al momento de hacer los dibujos, leer el poema y empaparme de todos los cuadros y viñetas que debía hacer tuve sentimientos encontrados con la melancolía, aunque la sierra en sí es bastante melancólica por todo lo que ha pasado. Más allá del friaje, tenemos el terrorismo, entre otros tantos. Vemos a personas tan dolidas por nuestra historia y es un poco de lo que traté de graficar en el rostro del violinista. Los colores que use fueron fríos, al final con una tonalidad de cálido, pues no quise representar una sierra tan bonita, sino triste, como estaba en el poema.
- La depresión, el medio ambiente, la muerte de niños a causa del friaje son temas muy fuertes que acompañan al mensaje del corto ¿Rescatan alguna lección personal de esta experiencia?
Paul Beraun: Me gustó mucho el resultado final porque hemos trabajado desde el fragmento. Lo interesante del proyecto es que ha coordinado muchos esfuerzos que hasta parecen invisibles, pero es una de tantas fracciones que se han ido conjugando, aglomerando y ensamblando para convertirlo en No me pidas regresar. Me sorprendió ver toda la lectura en conjunto porque la verdad es muy difícil imaginarte el contexto, aunque te lo cuenten. Imagina a un actor que trabaja con una pantalla verde y tiene que trabajar con muchos recursos para que funcione lo que debe hacer. Este es el esfuerzo de muchas personas, donde está la magia de la postproducción. El audio, las imágenes, el sonido, el movimiento de cámaras, considerando las circunstancias en las que nos encontramos, incluso los medios de los que disponemos. A pesar de las limitaciones se pueden hacer muchas cosas y esto es una muestra muy linda de proponer más que quejarnos. Creo que eso es muy importante: proponer y construir, y este es un bonito ejemplo.
German Chinen: Coincido con Paul. Ver el trabajo ya terminado con toda la cantidad de personas que ha colaborado y saber que desde mi casa he logrado ser parte de un proyecto así, me siento muy contento. Yo tengo una vida discreta, me dedico a la enseñanza del dibujo y a mi carrera como artista en paralelo. Me parece valioso haber participado en algo como esto y como dijo Paul, de repente no tenemos la dimensión total hasta ver el trabajo final. Ver la totalidad de la dimensión del proyecto y la cantidad de gente que ha trabajado en esto, con la música, los efectos, los poemas, la postproducción. Emociona ver tantos esfuerzos para lograr algo tan bonito. Yo no estoy tan acostumbrado a participar en proyectos como este, pero creo que lo interesante es ver que el resultado final sea así de fantástico y justo en un momento tan complicado en el que todos pasamos por la misma circunstancia. También creo que en unos años esta pandemia será solo un mal recuerdo. Sin embargo, tendremos este corto para recordarnos a nosotros mismos: en ese entonces yo logré hacer esto desde casa. Y una situación así no debe acabarnos. Es la lección más valiosa que yo rescato de este trabajo.
José Gabriel: Ver el producto final también me emocionó bastante. Escuchar la narración del poema, con la intensidad de la voz y todos los efectos le dio una potencia visual tremenda. Las imágenes hablaban por sí solas, lo que era la idea del director en sí, y también el haber trabajado con ustedes ha sido una grata experiencia. Lo que sí me haría sentir satisfecho de este corto es que la gente entienda el mensaje, que de verdad llegue. Eso me complacería más allá de mi trabajo visual. Que digan: sí, tienen razón, todos los años mueren niños de frio y nadie hace algo o dice nada. Al menos estamos contribuyendo con algo, pero me gustaría que las personas entendieran eso. Que el mensaje haga cambiar a los peruanos en estos momentos.
- Siguiendo el mensaje de “No me pidas regresar” ¿A qué normalidad regresamos si no enfrentamos los problemas que se han expuesto?
Paul Beraun: (Suspira) El mensaje es bien potente, y esta pregunta tan válida de a qué normalidad regresamos debería ser más optimista, pero vemos nuestro día a día, y la forma en que nos comportamos y ¡wow! Se cae un poco el ánimo porque estamos en lo mismo. El día de hoy entrevistaron a Gareca y muy optimista decía: “Bueno, hay que creer en la gente”. Y la verdad no nos queda otra que creer en la gente, a pesar de la evidencia. Creo que los resultados se ven a la vista, pero no nos queda otra que seguir creyendo, no solamente que no se puede, sino que no nos queda otra opción. Es realmente muy complicado cambiar. Creo que los hábitos que hemos construido son tremendamente difíciles de modificar, pero no nos queda otra opción. O cambiamos o no sé a dónde vamos a llegar.
Germán Chinen: Eso es verdad. Estamos viendo que nuestra vida como la conocemos ha cambiado y parte del corto plantea a qué normalidad que teníamos antes queremos volver. Creo que el problema reside en esa visión de vida basada en la individualidad. Esta frase “vivimos mirándonos el ombligo” expresa claramente que no pensamos en el bien común y ese es uno de los grandes retos que tenemos de aquí a futuro. Después de la cuarentena, tratemos de comenzar a vivir mejor en sociedad, aceptar que no estamos solos, que hoy en día alguien puede contagiarte de una enfermedad que te puede matar, y hemos tenido que llegar a ese extremo para darnos cuenta de que no estamos solos. Vivíamos con mucha gente a nuestro alrededor que hasta este momento no nos importaba. Hemos tenido que aprender eso a la mala, y aún siendo una mala experiencia para aprender, y quizás —soy optimista— estamos forzados a cambiar. Creo que el corto nos da un aviso de que lo que era antes de todas maneras tiene que cambiar, es lo más importante que saco de esta experiencia.
José Gabriel: El mensaje es fuerte en este corto. Ahora como sociedad, ¿a dónde queremos llegar? Como dice el mensaje del corto al final, ¿qué otros cambios van a ocurrir? Trato de no ser negativo, pero el granito de arena con el que hemos contribuido al hacer estas ilustraciones, el corto, y el mensaje que estamos dando y todo estaría realmente satisfecho si el mensaje de verdad llega a los peruanos. Quizás tendría que pasar algo más fuerte para que entiendan, he visto personas que si están modificando su modo de vida, pero la gran mayoría no. Nuestra vida ha cambiado radicalmente y si no actuamos no sé a donde vamos a parar. Hace poco leía una columna de Hildebrant con el titular “Perdimos la batalla y vamos a perder la guerra”. Es bastante desesperanzador. El mensaje está ahí y espero que de verdad lo tomen en cuenta.
- En su entorno familiar y artístico ¿cuál fue la primera reacción que tuvieron al ver este producto terminado?
Paul Beraun: Muy emotivos. La gente siempre es muy cariñosa. Mis amigos y familiares, las personas que están en mi entorno son muy generosas. No sé si merecido o no, pero en general las apreciaciones han sido muy positivas.
Germán Chinen: También en mi caso. Por parte de mis amigos y colegas, están impresionados por la dimensión y sobre todo por la producción que tiene el trabajo. Algunos no conocían mi dibujo o más o menos lo que yo hago y ahora ya lo conocen. Recibí muchos comentarios, muchos saludos y de verdad que estoy muy contento de haber tenido esa receptividad, sobre todo cuando comencé a hacer la difusión en mis redes sociales y obtuve esa tan buena crítica.
José Gabriel: Al igual que ellos, en mi entorno con amigos de la Escuela de Bellas Artes recibí muy buenos comentarios. Les gustó la fuerza que tuvo el mensaje y me apoyaron compartiéndolo en sus redes. Me gustó un poco la cita que me hicieron en la noticia de El Comercio cuando me describieron como el artista chinchano (risas). De esa forma me conocían en la escuela y de verdad me sentí orgulloso, al igual que ustedes, de honrar a sus lugares de origen. Justo ahora me encuentro en Chincha. Trabajo en Lima pero toda la pandemia he estado aquí (risas).
- Esta pregunta es algo más personal para cada uno. ¿Tienen algún mensaje personal como ilustradores que compartir con la comunidad de TVRobles?
Paul Beraun: ¡Guau, qué difícil¡ Pues serenidad, calma y paciencia, mucha paciencia y sobre todo tratar de perseverar para seguir adelante. Qué más se puede decir.
Germán Chinen: Bueno, también como dice Paul, desde nuestra trinchera estamos colaborando. Yo no soy médico, ni de las fuerzas armadas, pero es bueno tener la oportunidad de trascender haciendo lo que a uno le gusta y que esto tenga un propósito. Haber sido parte de un proyecto como este y trabajar con mi amigo Paul, con quien nos conocemos años. Ha sido una grata experiencia. También el que todos seamos bellasartinos es algo que me parece muy chévere. Sientes que la escuela también está participando en todo esto sin querer (risas). Y creo que si tenemos esa habilidad, este talento, debe servir como un granito de arena para todo este panorama que no es muy bueno, pero que mejorará con el tiempo. ¡Felicito a mis compañeros! De verdad se nota la formación, y creo que eso es bastante bueno. Quizás por eso salió muy bien a nivel estético. Bellas Artes te marca y eso es evidente. Un saludo para TVRobles y espero que el artículo nos llegue para ver el resultado (risas).
José Gabriel: El mensaje ya fue enviado: cuídense y quédense en casa, acaten lo que diga el gobierno, no hay mal que dure cien años. Esperamos salir de todo esto airosos, al menos ya hemos colaborado con algo. Por mi parte, en mis redes tengo cosas que también mando al mundo, pero a veces veo tanta discrepancia y cosas absurdas que ya no dan ganas de hacerlo. Y bueno, de hecho que el artista también tiene que aprender a vivir con la crítica, es parte de estar en este mundo. Pero siempre mando mi arte en ayuda a los médicos, los bomberos, a las enfermeras, a toda la gente que está en el frente ahorita. El mensaje está ahí, espero que lo capten bien y se cuiden. Estoy muy agradecido de haber estado compartiendo con otros bellasartinos (risas). Bueno, no somos contemporáneos pero al menos (Germán: somos más viejos) (risas) hemos logrado todo esto juntos, y de esa forma debemos salir de esta pandemia.
- ¡Muchas gracias!
- Paul, Germán y José Gabriel: ¡A ustedes!