Por: Kiara Barrios.   

El pasado martes 23 de junio, “Perú Museos en Casa”, programa de la asociación cultural Guíame Sur, presentó a la Ruta del Barroco Andino, bajo la conducción de Reginaldo Andía Navarro, escritor y especialista en Museología. La edición tuvo como invitados a los arquitectos y doctores en Historia del Arte: Andrés De Leo y Diana Castillo, ambos investigadores del Centro de Investigación y Conservación del Patrimonio de la UTEC, además de Franko Febres, gerente comercial de la Ruta del Barroco Andino del Cusco.

En el programa se habló sobre la majestuosa ruta de la ciudad cusqueña, que comprende los templos de Canincunca, San Juan Bautista de Huaro, Andahuaylillas y la Compañía de Jesús, los cuales fueron presentados a través en una breve sección de fotografías. Cabe resaltar que la ruta del barroco andino es un producto turístico administrado por la Compañía de Jesús, el objetivo es promocionar y poner en valor todo su patrimonio artístico y material, así como hacer sustentable una serie de obras sociales.

El Dr. Andrés De Leo realizó un interesante recorrido por los dos primeros templos, resaltando su riqueza arquitectónica, así como el arte que se encontró en ellos: retablos y pintura mural. “La ruta inicia con el templo de Canincunca, aquí vemos la forma en la que se construían estos templos, así como su evolución. En general lo primero que se hacía era un altar ya sea de mampostería o de pintura mural y con el paso del tiempo estas devociones pasaban a un plano escultórico, pues así eran más tangibles ya que se pueden vestir y procesionar, estos son signos y manifestaciones de la sociedad para venerar a cierta imagen. Lo interesante de Canincunca es que la imagen que resalta en el presbiterio permanece en lo mural. […] en Huaro, el atrio en el que se desplanta el templo ya tiene un diseño de piedra de colores que forma una gran alfombra, la cual sirve de antesala para lo que veremos dentro del recinto. Lo más famoso de este templo son las pinturas de Escalante, quien pinta estos muros en 1803 y representa a las postrimerías, aquellos posibles momentos que trascienden después de la muerte”.

Por otro lado, la Dra. Diana Castillo resaltó la importante labor de restauración que hicieron en el templo de Andahuaylillas, proceso que duró seis años. “El proyecto de restauración se hizo bajo un sistema de intervención de abierto por obras, normalmente cuando se realiza un trabajo de este tipo se ve un anuncio de cierre por obras, por lo tanto, la gente no entendía muy bien de qué se trataba. El objetivo principal de este tipo de intervención era no desvincular al templo de su comunidad. Estar abierto por obras fue una gran oportunidad de abrir las puertas a estudiantes, investigadores e interesados para mostrar de cerca los procesos restaurativos y los hallazgos que se hacían durante este proceso. Llegaron estudiantes de diversas partes del Perú y Estados Unidos, así como los niños de los colegios Fe y Alegría. El museo también es una fuente de ingresos económicos. Este proceso involucró a la población, pues trabajamos con madres de Andahuaylillas y junto a profesionales restauradores trabajaron en la restauración de una alfombra, ellas se ocuparon de teñir la lana siguiendo técnicas tradicionales con gran entusiasmo pues sentían que estaban poniendo en valor algo que habían hecho sus antepasados. Seis años de restauración y trabajo integral contribuyeron a la recuperación de retablos, mobiliario, parte arquitectónica e incluso jardines, un total de 82 esculturas y alrededor de 1000 metros cuadrados de pintura mural”, comentó la arquitecta.

Finalmente, el gerente comercial de la Ruta del Barroco Andino del Cusco, Franko Febres expuso las obras sociales que se han trabajado gracias a este proyecto. “Brindamos formación técnica gratuita, realizamos campañas médicas y odontológicas, y tenemos una defensoría para mujeres y niños. Dentro de los proyectos tenemos los de tipo Lúdico-educativo, contamos con muchos beneficiarios en comedores, bibliotecas y salas de cómputo. Además del taller de lutería, presidido por el tenor Juan Diego Flores, donde se fabrican guitarras, violines y charangos, esto nos ayuda a mantener un espacio cultural para los más pequeños de Andahuaylillas. La Ruta del Barroco Andino, y en especial los jesuitas, han estado apoyando a diferentes comunidades de la ciudad, actualmente no podemos operar los comedores ni las ludotecas de forma normal, no podemos tener a los niños jugando ni en contacto entre ellos. Por eso hemos empezado a buscar otras opciones para seguir brindando el apoyo, como entregar algunas canastas para las comunidades en vulnerabilidad, hemos entregado unas 250 canastas a familias que no han sido beneficiadas con ningún tipo de bono.

Febres agregó además que “[...] hace dos semanas reiniciamos el trabajo con nuestro comedor, contando con los protocolos de bioseguridad, brindando 150 raciones en Urcos y 100 raciones en Huaros, ya estamos listos para entregar 400 raciones en distintos lugares de Andahuaylillas, Ocongate y Marcapata. Todos los ingresos generados por Ruta del Barroco Andino son dirigidos a las obras sociales, además el colegio Fe y Alegría está intentado llegar a la población, no solo con ‘Aprendo en Casa’ sino con otras estrategias, pues en estas comunidades la mayoría de las personas es quechuahablante y los docentes están grabando audios para llegar a las zonas más alejadas, de esta forma se adapta la educación a la realidad que se vive en estas zonas. Esto se puede lograr gracias a todos los turistas que nos han acompañado durante estos años, solo nos queda agradecer a quienes han hecho esto posible”.

Cabe señalar que el programa finalizó con las preguntas del público, para apreciarlo pueden hacer click en el siguiente enlace.