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Jaime Contreras: “Deseamos que se revalore la música peruana, Perú Canta es parte de ese anhelo”

Entrevista a Jaime Contreras Ghio, director y fundador de la Camerata Vocal de Lima.

Publicado: 2020-07-04

Por: Kiara Barrios.    

TVRobles pudo conversar con Jaime Augusto Contreras Ghio, director de la Camerata Vocal de Lima y gestor del proyecto coral Perú Canta, propuesta que plantea difundir la música coral peruana a nivel nacional e internacional.


Ud. estudió dirección coral, piano y pedagogía vocal en la Universidad Nacional de Música (UNM), además de tener una maestría en Investigación Musical en la Universidad Internacional de La Rioja, España. Cuenta con aproximadamente 15 años de experiencia en la música, ¿qué lo motivó a inclinarse por este arte?

Mi pasión comenzó desde muy joven. Yo creo que la formación que tiene uno desde sus primeros años en la música es fundamental, por eso es que la promuevo mucho. Haciendo un pequeño paréntesis, yo trabajo con un coro de niños, y por los resultados que veo, puedo corroborar que esta formación es esencial, además del hecho de fomentar la cultura desde pequeños para valorizar la música peruana. Cerca de los seis años comencé con el piano, mi prima –que en ese momento era mi vecina– llevaba clases, todas las tardes me sentaba al lado de la ventana solo para escucharla, despertó en mi la curiosidad de saber cómo era que fabricaba ese sonido, es así que yo comienzo a entrar poco a poco en la música.     

Al inicio era un hobby, pero con el pasar del tiempo ya lo veía como mi profesión. A los 8 años, junto con mi primera profesora: Gilda De La Torre de Álvarez, toqué un concertino en San Agustín, durante un ciclo de conciertos con la Escuela Sinfónica Nacional. Fue mediante un concurso que obtuve el puesto para tocar como solista y esto incentivó mucho más mi gusto por la música. A los once años postulé al Conservatorio Nacional de Música, actual Universidad Nacional de Música, e ingresé a la carrera de piano, la cual llevé paralelamente al colegio. ¡Era bárbaro! porque como a cualquier niño de esa edad disfrutaba de salir con amigos, al parque, etc. pero mis fines de semana eran –por decirlo– atípicos. Todos los sábados desde las ocho de la mañana estaba en el local principal del conservatorio de clase en clase, siempre me preguntaba ¿Cómo sería una vida sin la música? y es que no me veía haciendo otra cosa que no sea disfrutándola.

Luego paso a los estudios superiores, gracias a mi promedio de notas final pasé de manera directa –antes de eso quería contarte que generalmente en el conservatorio quienes estudiamos piano, arpa, flauta dulce y guitarra ya que no somos instrumentos que pertenezcan a una orquesta sinfónica como tal siempre hemos llevado coro como práctica grupal– eso hizo que yo me sienta muy cómodo en el coro. Me permitió desarrollar mi voz y los gestos que uno emplea como director, creo que fue un factor determinante para lo que iba a ser después, pues después de un año sentía la necesidad de comunicar mi idea musical, era mi misión transmitir lo que yo quiero mediante voces, ya Richard Strauss decía: “La voz es uno de los instrumentos más bellos, pero también uno de los más difíciles”. En piano sentía mi expresión mucho más limitada, sentía que faltaba algo, existía una barrera que se fue eliminando solo con el coro. Una vez que tomé esta decisión pasé a estudiar dirección coral con mi mentor Enrique Zegarra, ha sido una carrera espléndida, lo mejor que me ha podido pasar.

La Camerata Vocal de Lima acaba de cumplir dos años de fundación, los une su compromiso por difundir obras de prestigiosos autores peruanos e internacionales, con el fin de compartir nuestra cultura musical a más personas. Cuéntenos, ¿Qué hay detrás de este proyecto, sin fines de lucro, y quiénes lo conforman?

La Camerata Vocal de Lima es una agrupación que se fundó en abril del 2018, es un grupo de personas muy especial por el hecho de la diversidad en lo que respecta a la edad, como suelo decir “los jóvenes más grandes” tienen alrededor de ochenta años, tenemos a muchos profesionales, entre ellos profesores, docentes universitarios, arquitectos y también a personas que recién se están formando, que están aproximadamente entre los veinte años, y eso hace que se pueda conjugar todo de una manera muy bella. Iniciamos con dieciocho personas y actualmente somos poco más de una treintena de personas. Como director siempre trato de dar, no solo a los cantantes, sino al público, una cultura muy amplia, con programas muy diversos que van desde música del renacimiento hasta música contemporánea.  

Recientemente hemos reafirmado nuestro compromiso con la música coral peruana, por el simple hecho de que conocemos muchos arreglos de una gran diversidad de música folclórica latinoamericana, pero muy poco se escucha de música coral peruana. No puedo negar que existió una gran época en nuestro país –durante los años ochenta– hubo movimiento coral a nivel de instituciones y del conservatorio. Deseamos que se revalore la música peruana, que se realicen conciertos con arreglos y composiciones originales de música peruana a nivel nacional e internacional, Perú Canta es parte de ese anhelo.

¿Cómo nace y en qué consiste el proyecto Perú Canta de la Camerata Vocal de Lima?
Inició como una propuesta que participó en el Concurso de Proyectos de Circulación Internacional para las Artes del Ministerio de Cultura y que finalmente resultó ganador de los Estímulos Económicos para la Cultura 2019. El objetivo principal del proyecto era la promoción de la música coral peruana a través de nuestra participación en el festival “Tlaxcala Canta” 2019 en México. Nuestra meta era la internacionalización del repertorio coral peruano, el cual ha sido poco difundido a pesar de su riqueza musical por el poco apoyo que el movimiento coral tiene en nuestro país y la limitada proyección al extranjero. La Camerata Vocal de Lima y el proyecto Perú Canta cree firmemente que podemos hacer crecer nuestra cultura musical y que otros directores las conozcan, como hicimos en el festival, donde presentamos a la obra más antigua de latinoamérica Hanac Pachap (1631) por esa razón se seleccionó un repertorio variado con composiciones y arreglos de música peruana. Además, se planteó con una perspectiva de género valorar el aporte de compositoras y arreglistas como Chabuca Granda, Rosa Alarco o Alicia Maguiña. Como complemento del repertorio peruano se ha montado uno con obras universales que, de hecho, han servido de modelo a la producción local y que presentan retos de gran complejidad técnica e interpretativa, lo cual plantea exigencias superiores de calidad musical.
Actualmente Perú Canta en casa con esperanza ha reunido a más de 30 artistas; entre sopranos, contraltos, tenores y bajos, para interpretar música académica, popular y folklore de nuestro país. ¿Cuál es el procedimiento por el que se tiene que pasar para ser parte de la Camerata Vocal de Lima y, consecuentemente, al proyecto Perú Canta?
Normalmente hacemos audiciones a inicios de año para que se sumen nuevas personas al coro, hasta antes de este confinamiento ensayábamos en el Centro Cultural de San Borja, gracias a un convenio con la Municipalidad de San Borja, somos un proyecto sin fines de lucro así que ellos se convirtieron en nuestros aliados para continuar con este hermoso trabajo, pues como coro es vital para nosotros tener un local de ensayo, y de esta forma también se promovían las audiciones. Se evalúa el nivel, y somos un poco exigentes en el sentido musical pues hay que saber obras, leer partituras y tener cierto conocimiento de lenguaje musical, el ritmo que tenemos es fuerte. Sin embargo, estamos abiertos a todo público.
Se presentaron en el Concurso de Proyectos de Circulación Internacional para las Artes del Ministerio de Cultura y finalmente, ganaron y accedieron a los incentivos económicos para la Cultura 2019 razón por la que participaron en el Festival “Tlaxcala Canta” 2019 (México). ¿Qué retos supuso este proyecto para su movimiento coral?

Fue bárbaro. Nosotros no somos una asociación, pero dentro del grupo tenemos a personas que se especializan en diversos temas, en el sentido de que conformamos una pequeña comisión que se encarga de logística, gestión y relaciones públicas y a cada uno se le asignaba el trabajo para llenar los formatos necesarios para nuestro viaje. Si todo recaía en mi persona hubiera sido imposible poder hacerlo. El apoyo de todos los coreutas ha sido fundamental para llevar a cabo este proyecto, porque el camino no fue fácil. El hecho de hacer los trámites, llenar los papeles, participar de las reuniones y las charlas, luego completar los informes que solicitan y que son necesarios. Demuestra el compromiso y el hecho de que trabajando en equipo hasta lo imposible se puede lograr, para nosotros esto era algo utópico, era prácticamente imposible concretarlo, nos lanzamos con la idea de arriesgarnos.  

Como se mencionó en un inicio, La Camerata Vocal es un proyecto sin fines de lucro, por tanto, no contamos con promotores o auspiciadores, las colaboraciones son de parte de los mismos coreutas, es un trabajo arduo de parte de todos que denota muchísimo compromiso, sin ellos mi figura como director no existiría. Los coreutas son los verdaderos artistas, son lo que al público aplaude, esa es la filosofía de la cual me he nutrido y siento que el trabajo en equipo es primordial. A veces, como directores pensamos que todo debe recaer en nuestros hombros: labores administrativas, trabajo musical, etc. Pero el hecho de contar, afortunadamente en mi caso, con este grupo humano hace que todo pueda salir adelante y que podamos seguir soñando con Perú Canta. Cuando mi directora asistente juntó los audios de los coreutas fue realmente emocionante, los ojos se me humedecían al escuchar a mi coro junto.

Hay una frase que dice que el director cumple la función de padre, pues delega las funciones, pero el pedagogo es más como la madre, que acompaña a quienes enseña. Lo que hace falta son directores pedagogos –hace poco lo decía Alberto Ísola– y me parece que en tu caso esto se cumple completamente. Gracias a ello Perú Canta ha lanzado tres producciones diferentes, cuéntanos un poco sobre esto.
Con el fin de seguir difundiendo la cultura y llevar felicidad y esperanza a todos en sus casas, la Camerata Vocal de Lima continuó desarrollando el proyecto cultural “Perú Canta”, esta vez desde casa. Empezamos con “Cholitas Puneñas”, la que se siente como el himno de la ciudad de Puno, pues transmite mucha alegría, justo lo que necesitamos en esta situación. Hacer este lanzamiento ha permitido que nos comuniquemos con grandes arreglistas como Abel Rosas; el nieto del compositor Víctor Cuentas Ampuero, Iván Cuentas nos escribió muy emocionado. El segundo vídeo fue “San Miguel de Piura”, un tondero, arreglado por Raúl Ramos, y tuvo muy buena acogida pues la gente nos pedía más producciones y, finalmente, decidimos sacar un vals limeño “Puente de los Suspiros” de Chabuca Granda, obra que también presentamos en Tlaxcala. Esta decisión se tomó, podemos decirle azar o destino, pero a raíz de un post de Lucho González donde acompañaba a Mercedes Sosa precisamente con esta canción, escucharlo fue maravilloso.
Como director del proyecto Perú Canta ha compartido estos proyectos con músicos de la talla de Lucho González, quien acompañó en variadas ocasiones a Chabuca Granda ¿Qué significó esto para ustedes?
Como te comentaba, una vez que lo escuché decidí contactarlo, gracias a Teresa Fuller Granda, la hija de la majestuosa voz de “La flor de la canela”, y con quien tengo afinidad, afortunadamente, sé que ella es muy detallista con la música de su mamá, le propuse la idea de presentar “Puente de los Suspiros” al lado de Lucho González y le pareció fascinante la idea, me brindó el número y desde ahí empezó toda esta odisea. Contactar con él, a quien le agradezco muchísimo, pues ni bien le comenté el proyecto dijo “vamos, adelante” para realizar algo muy lindo que permita difundir la música de Chabuca, con quien también ha tocado por muchos años, durante el proceso Lucho me propuso darle un final moderno, se realizó en base a los acordes de la guitarra y las voces. A pesar de la distancia hemos podido hacer música juntos, él en Buenos Aires, nosotros en Perú, esto nos demuestra que los límites se los pone cada uno. Para el coro, en realidad, que no significó tener a Lucho González en la producción, obviamente no se lo esperaban. Luego del lanzamiento tuvimos una reunión vía zoom con Lucho y la señora Teresa donde ellos expresaron su agradecimiento y pues nosotros nos quedamos con la sorpresa, porque los agradecidos éramos, en realidad, somos nosotros. Ahí es donde denota lo hermoso de la música, y un lema que nosotros compartimos mucho “la música es para compartir, no para competir” como ha venido surgiendo en algunos lados. Sobre todo, música tan bella como es la nuestra. Cuando las personas que conforman el coro escucharon el resultado final varias lloraron de la emoción por lo tanto que significó esta producción como por tener a tremendo músico que nos acompañó en esa oportunidad y con quien seguimos en contacto. Ha sido realmente maravilloso lograr estas tres producciones.
¿Qué le dirías a tus mentores?

Me gustaría comenzar con quien fue mi maestra, pero es mi madre musical: Gilda De La Torre de Álvarez, su amor por la música es tal que sigue enseñando a pesar del trabajo remoto, nunca le terminaré de estar agradecido por todo lo que ha inculcado en mí, no solo en el ámbito profesional sino también en el humano, siempre me planteó muchos retos, con ella debuté en la Orquesta Sinfónica Nacional a los ocho años, a su lado aprendí que no hay imposibles. El año pasado ella tuvo un recital con sus “pequeños pianistas”, me invitó y participé con mi coro, fue muy emocionante pues nunca me había visto dirigiendo, ver sus lágrimas caer sobre su rostro fue una escena muy emotiva para mí, ver a mi primera profesora, conmovida por todo lo que ha visto. Como ella me dijo, veía una película en su mente que iba desde mis primeras clases a los seis años hasta ahora que tengo veintiséis. Me emocioné mucho al abrazarla, ella es mi gran gestora. 

Lydia Hung Wong me enseñó piano, ya cuando estaba en el conservatorio, recuerdo que Gilda me dijo: “es momento de entregarte a otras manos” y dentro mío no quería aceptar este cambio, continué con Lili Hung –así la llamo de cariño– durante todos mis años de carrera de piano, y ha sido magnífico ser parte de su vida. Es realmente linda esta relación alumno-profesor sobre todo cuando se trata de tu especialidad, el vínculo es más estrecho, sigo en comunicación con ella, siempre me ha mostrado su apoyo y empatía.

Finalmente, Enrique Zegarra Coronado, mi maestro de dirección, con él ha sido una travesía cual montaña rusa, con un montón de altibajos en mi formación como director, inicié cerca a los dieciocho años, no tenía mucha experiencia en la vida y por el contrario, él siempre me decía que debía crecer un poco más, pero en mi terquedad yo insistía en poder lograrlo, por esa razón Enrique me inculcó una formación muy sólida como director. Él es mi padre musical, y de la misma manera él me dice que soy como su hijo, es invaluable la conexión que yo tengo con mis maestros. Gracias a él logré trabajar como director asistente en el Coro Nacional del Perú, además de muy buenos comentarios hacia mi persona al saber que soy “de su cosecha”, coloquialmente hablando. Quiero honrar su formación y se merece un gran espacio no solo en mi vida, sino en la música.

¿Qué retos atraviesa el coro en el Perú?

En estos precisos instantes nos preocupa el hecho de poder desintegrarnos. Por otro lado, si lo dividimos en dos partes: durante el confinamiento y previo a este. En el primero nos preocupaba mantenernos unidos y tener un objetivo de trabajo, yo creo que ni bien se decretó el aislamiento mi cabeza se llenó de un montón de incógnitas de saber cómo voy a abordar ahora esto, pensé en todo el esfuerzo que sumamos para congregar este coro y quizás desde un punto de vista externo o neutro podrían decir que: “Solo tiene dos años, no les afectaría desaparecer” pero desde el trabajo interno que hemos realizado sabemos que no es así, conocemos cuánto nos costó llevarlo a flote y cimentarlo con fuerza y trabajo integral de parte de todos. Literalmente, este proyecto nos costó sangre y lágrimas.  

¿Qué sucedería si esto derrumba todo? De repente parecía un castillo de naipes donde estas en la cima de la torre listo para poner la última carta y se cae todo. Así lo imaginaba, sentía que nunca más nos íbamos a ver, pero también creo que aquí entra a tallar el trabajo psicológico y de liderazgo de una persona. De repente surgió esta idea de poner en redes el trabajo que ya veníamos haciendo desde este festival en México, de compartir la música peruana. A nivel mundial solo existían dos posibilidades: compartir el trabajo usando la tecnología o desaparecer, y lamentablemente vi la última opción en muchos coros de España, Gran Bretaña y Estados Unidos; yo no quería esto para el grupo, y me alegra que hayamos continuado.

A todos aquellos que desconocen la labor del trabajo coral ¿Qué les diría?
Esta labor que se realiza como director coral hace falta poder difundirla, hacen falta más personas que se dediquen a este arte. Siento que hay muchos mitos que se han formado sobre la carrera de dirección coral, pues se piensa que es frívola y –generalmente– para personas de una cierta edad. Al menos, de mi parte, creo que rompo ese estereotipo, pues si bien hay que tener cierto bagaje de experiencias, ya que eso enriquece la carrera del director, el sencillo hecho de tener a la figura del director por sobre el resto es una idea que rechazo. Efectivamente, como mencionaste antes, nos sentimos un poco “padres” o “madres” de nuestros propios coreutas, pero añadiendo a lo tuyo, me gusta que me consideren como un hermano mayor, que tiene ciertos conocimientos en algo y que está ahí para apoyarlos, orientarlos y complementar su formación. Sentirse parte del grupo es fundamental, al menos dentro de cualquier agrupación amateur estas personas vienen en sus momentos libres, llegan a pasar un lindo y breve momento dentro de toda su estresante jornada laboral, y si una persona va con la idea de “te estas equivocando” termina por llenar a la persona de más presión. Algunas veces los directores pierden la brújula, debemos recordar que en una orquesta las personas no se llaman “violín” o “contrabajo” al igual que no son “tenores” o “contraltos”; todos ellos tienen un nombre y como tal merecen ser escuchados, debemos comprenderlos y estar a su misma sincronía, porque al frente no solo debe estar el director, sino una persona empática.
Para finalizar, ¿te gustaría agregar algún mensaje para los seguidores de TVRobles?
Es realmente valioso el trabajo que hacen para difusión del arte y la cultura, realmente siento que hacen falta más espacios para divulgar estas actividades, quizás un poco pequeñas, pero que siento que merecen la pena promocionarlas. Los felicito y les auguro muchos éxitos, hoy y siempre.
Gracias por la entrevista.
¡A ustedes!

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