#ElPerúQueQueremos

Ebelin Ortiz: “Antes Después nos enfrenta a dar una mirada hacia atrás para caminar hacia adelante”

Entrevista a la artista integrante de la obra “Antes Después”.

Publicado: 2020-12-06

Por: Kiara Barrios

La Escuela Nacional Superior de Arte Dramático “Guillermo Ugarte Chamorro” (ENSAD) preparó el montaje de la obra “Antes Después”, escrita por Roland Schimmelpfenning y dirigida por Gilbert Rouviere. De esta manera cierran el productivo año académico con la temporada que va hasta el 20 de diciembre.

La dramaturgia hecha en 51 cuadros escénicos aborda diferentes situaciones que lindan entre el pasado y el presente de los personajes que cohabitan en un hotel, interpretados por un variado elenco en un ininterrumpido plano secuencia. La obra cuenta con la experimentada actriz Ebelin Ortiz, con quien TVRobles tuvo la oportunidad de conversar.


“Antes Después” converge lo audiovisual y teatral en un montaje de revelaciones ¿Qué opinas de este trabajo?

El lenguaje que se ha usado ha sido bastante interesante, pues los camarógrafos también han tenido la oportunidad de entrar en cada escena. De hecho, la situación en la que nos encontramos (pandemia) ha permitido que desde nuestra faceta de actores también colaboremos con el equipo técnico porque todo está hecho en un plano secuencia muy rico.  

A diferencia de otros montajes “Antes Después” está pensado directamente para streaming y Gilbert, nuestro director, ha tenido el tino y buen gusto de hacer que el camarógrafo sea un actor más, que brinde la mirada dentro del montaje.

Al hacer que los personajes compartan un mismo espacio por momentos también te conviertes en el público…
Efectivamente, antes he estado en montajes que comparten esa característica, donde el actor es parte del público, en improvisación se llama ‘estar alerta’ pues así el performer está pendiente de todo lo que sucede a su alrededor y qué puede resolver o aportar ante esa situación. Creo que ese es el espíritu de la obra, te invita a estar despierto y a apreciar cada faceta de la vida.
Estas compartiendo este proyecto con alumnos jóvenes de la Escuela ¿Qué revelaciones tuviste?
¡Si! De hecho, creo que ha sido un gol de la ENSAD poner a actores mayores y medianos con los más jóvenes, porque a todos nos da la oportunidad de conocernos y de aprender del otro. Nuestra vida profesional siempre es un constante aprendizaje, compartir con actores de la talla de Víctor Prada y Pilar Núñez, ha sido una revelación porque me he visto en ella, y en lo que me convertiré si la vida me lo permite. La obra de Roland Schimmelpfenning nos enfrenta a eso que nosotros muchas veces olvidamos: mirar atrás para poder caminar hacia adelante.
¿Cuál fue tu Antes Después en la obra?
Como cité en mi blog, me he sentido muy identificada con las chicas, me he visto en cada gesto, en cada mirada. Cuando una es estudiante y recién sale de la burbuja de la etapa formativa muchas veces se cree dueño de la verdad, cree que lo sabe todo y puede pecar de soberbio, son actitudes que efectivamente vi pero que también comprendí desde este lado porque también he sido así. Además, sin ese ímpetu los actores y actrices no serían lo que son después, el arriesgarse con cada pregunta y cuestionar es lo que nos hace crecer. Las artes no están formadas por corderos, sino más bien por seres que se cuestionan.
De amor y sensualidad ¿Nos puedes contar un poco sobre tus personajes?

Tengo tres personajes, el primero es de una monja; luego de la mujer en el bar, quien está en busca de tener algo más con su pareja y se ve reflejada en otra para llamar su atención; y finalmente Isabel, quien junto a Jorge hacen de espejo de aquella pareja de esposos que lleva mucho tiempo juntos y que la constancia los ha convertido en compañeros. Por momentos se va enredando un poco pero pronto comprenden que tienen una dinámica especial, no es que no se quieran, sino que su relación ha evolucionado en otro nivel.  

Para explicarlo mejor, hace poco leí a un amigo que decía que si superas los tres años con tu pareja entonces recién ahí comienza la relación, porque esa primera etapa es la del enamoramiento, donde todo es color de rosa, y según mi experiencia puedo decir que a veces es esa a la etapa a la que nos aferramos.

¿Cómo fue la experiencia de grabar en pandemia?

Bien fuerte, dentro del confinamiento cada actor realizó su exploración e investigación, y normalmente los únicos implicados son la gente de producción, el productor y algún asistente que pueda o no haber, pero cuando ingresa alguien más, en este caso el equipo técnico, el actor se siente vulnerable.  

Sin embargo, enganchamos muy bien en nuestros encuentros, en el primero grabamos todo en plano secuencia y además de la partitura visual que cada uno de nosotros tenía en mente tuvimos que agregar la coreografía dentro de la escena en conjunto con el equipo de camarógrafos para que todo saliera de la forma que tenía que ser.

¿Tienes alguna anécdota del trabajo con el director Gilbert Rouviere?

Mi primer encuentro con él fue hace unos años, cuando dictaba un taller en el teatro de la Universidad del Pacífico, en ese momento me invitó para un montaje, pero se cruzaba con la temporada de “Orlando” y me quedó una piedrecita para trabajar juntos que este 2020 hemos podido resolver.  

El trabajo con Gilbert es bastante enriquecedor, uno aprende todos los días con él. Algo que me queda de su forma de dirigir es la economía, porque nosotros (los actores) podemos ser muy performáticos, pero con él entiendes que muchas veces no es tan necesario, sobre todo en un lenguaje teatral-audiovisual donde tienes que medir la dramaticidad por la distancia de la que el espectador te observa. Me quedo con esa frase: ‘¡Economía, Ebelin, economía!’ (risas)

¡Muchas gracias!
A ustedes.

Escrito por

TVRobles

Medio especializado en el sector Cultura.


Publicado en

TVRobles

Cultura para todos.