Por: Cinthya Alvarez Lock.
Hace unos meses el Perú pasó por una crisis política muy fuerte, pidiendo la vacancia del ex–presidente Merino. Una característica resaltante de las marchas nacionales que se realizaron fue la expresión artística de profesionales y aficionados. Además, muchas y muchos artistas se sumaron a este reclamo por medio de sus redes sociales realizando ilustraciones y convocando a sus seguidores a marchar. Es así como se visibilizó la gran cantidad de ilustradores, en especial del género femenino, que hay en el Perú.
Una de estas destacables ilustradoras, que estuvo presente en las marchas de su región regalando carteles de cartón pintados por ella promoviendo así el reciclaje, fue Leila Arenas (1990), a quien entrevistamos con el fin de dar a conocer cómo fue su inicio en este ambiente artístico y cómo lo sobrelleva actualmente.
- ¿Cómo así nació su interés por la ilustración?
- Mi interés definitivamente nace porque mi papá es pintor, así que él despertó esa curiosidad en mí; la curiosidad es muy importante para mí, es la virtud de los buscadores, y siempre me he sentido una, el realmente sembró en mí la capacidad de sorpresa. Después obviamente los libros y los catálogos; siempre husmeaba en sus cosas, sus herramientas de trabajo, sus pinceles, las pinturas en su taller.
- ¿Cómo fue su preparación académica?
- Estudié administración en la Universidad de San Agustín, pero cuando cursaba el segundo año decidí estudiar diseño gráfico en el Instituto Superior de Diseño Publicitario “Thomas Jefferson”. No considero que para ser un buscador que trascienda lo físico se necesite una formación en una escuela específica, sino más bien tener apertura para el aprendizaje y eso puede darse a través de talleres y buenos maestros. Sin embargo, tuve presente los prejuicios por decidir estudiar una carrera artística, a pesar de que mi padre es pintor.
- ¿Qué trabajos considera fundamentales para su preparación artística?
- Bueno, trabajé con mi profesor de fotografía, Juan Manuel Martínez Arróspide, quien es nieto del gran pintor Victor Martinez, uno de los fundadores de la Escuela de Bellas Artes en Arequipa. Él ha sido un maestro para mí, en cuanto a iluminación y sensibilidad, principios éticos, profesionalismo; yo he aprendido mucho trabajando con él.
- Se ve que aprendió mucho de él, ¿Tuvo más maestros?
- He tenido muchos maestros aquí en Arequipa como: Raúl Chuquimia, Nereida Apaza, y mi querido maestro y amigo imprescindible Luis Solorio, grabador y pintor, pero sobre todo maravilloso ser humano, al cual quiero mucho y respeto, es una persona transparente y yo sí creo que el artista se refleja en su obra; yo siempre he querido que mi trabajo hable por mí.
- ¿Podrías comentar sobre las técnicas que dominas y aplicas en tus trabajos?
- Empecé con el dibujo. Si bien no he tomado antes clases en Bellas Artes he tomado cursos con artistas de mi ciudad, clases de figura humana, acuarela; óleo y grabado; de acrílico, no, eso lo he empezado sola, pero una aprende por intuición con ayuda de libros, viendo otras pinturas y con pasión, es lo único que se necesita.
- He visto que también has realizado historietas, ¿qué te llevó a tomar interés por este género?
Yo empecé haciendo historietas, aunque sabía que quería ser ilustradora y sabía que quería pintar, pero cuando estuve en Colombia en el 2013 en un festival de historietas llamado Entreviñetas, me choqué con una realidad impresionante, no sabía que existían los cómics de autor, de esa forma tan personal, en cuanto a técnica y contenido.
Me dije: “quiero ser historietista, voy a hacer historietista”, llevo ya 8 años haciendo historieta, he publicado fanzines, yo misma los he impreso y llevado a festivales en Lima, como el Festival Léeme. El ambiente de la ilustración en Lima es bastante acogedor, todos me han dado mucho cariño y apoyo; pude conocer a Jesús Cossio, David Galliquio, los hermanos Gonzales. También, la Casa de la literatura, a través de Rony Puchuri que en un afán de descentralizar la historieta me invitó a una serie de encuentros para narradores gráficos, además he participado en conversatorios sobre cómic en la Feria del Libro de Lima.
- ¿A qué otros festivales o eventos sobre cómic asististe para conocer más sobre este mundo de la historieta?
- Fui a Argentina, Comicópolis, fue genial porque conocí gente de Rusia, los Países Bajos y tengo cómics de allá, impresionantes. Eran muy libres en cuanto a tema y expresividad en sus dibujos, muestran abiertamente su forma de pensar, incluso con temas que podrían causar polémica y prejuicios de este lado del mundo, la narración visual es maravillosa incluso con historias bastante densas y fuertes.
- ¿Tomaste talleres de cómo hacer historietas, para perfeccionar tu técnica o experimentar nuevas?
- Sí, llevé talleres con gente increíble como: Gabriel Bell y Aisha Franz, PowerPaola, Peter Kuper, M. Noreña y Jonny B. en Colombia; Sole Otero, Delius en Argentina, acá en Perú fue Jesús Cossio, y Manuel Gómez Burns, amigos que me han alentado muchísimo desde el inicio; pero una figura fundamental es Juan Acevedo, gran maestro en inspiración para formar mis proyectos. Para mí su amor por la historieta me cautivó.
- ¿Podrías comentar sobre tus trabajos como ilustradora e historietista?
Claro, he realizado ilustración infantil para la Conferencia Mundial de Desarrollo Urbano y sostenible organizado por la ONU; ilustración para organizaciones preocupadas por la salud y el bienestar infantil como una clínica especializada en niños con autismo, y un cuento para niños que sufren psoriasis, reconocido este mes por la asociación mundial de psoriasis; también he ilustrado portadas de libros de narrativa para La travesía editora como Quisiera que oyeran la canción que escucho cuando escribo esto, La medusa, Los afectos, Causas Naturales, etc.
En el caso de las historietas, colaboré con la bella revista de cómic Carboncito y para la exhibición del colectivo Chicks on Cómics en Buenos Aires en el 2017; también he colaborado en proyectos editoriales como Los Bárbaros de la revista de literatura en N.Y.
Del 2019 al 2020, estuve realizando las ilustraciones de artículos de investigación periodística y algunas historietas para Ojo Público, con temas tan importantes como el aborto en Latinoamérica, y la COVID-19.
- ¿Cuál considera su mayor proyecto hasta ahora?
Mi mayor proyecto es Ayumpari, se llevó a cabo en varias escuelas rurales de Arequipa, como Yarabamba, Caylloma, Orcopampa, trabajé con niños el libro Mitos, leyendas y cuentos peruanos de Arguedas e Izquierdo. Cada niño escogía un cuento y realizaba una historieta; finalmente recopilé sus trabajos en un libro objeto de mediación lectora Cómics mágicos del antiguo Perú, el cual quedó como guía en el colegio. Este proyecto de la mediación-lectura, promueve la cultura lectora en escuelas rurales, a través de la realización de historietas.
Un gran ejemplo y referente para mi proyecto es Juan Acevedo, con quien llevé un taller que me sirvió muchísimo a partir de eso pude conocerlo más, trabajar con él, y hasta ser parte de alguno de sus trabajos, como para su más reciente edición de Para hacer historietas donde coloca una ilustración mía. Estoy muy agradecida con él.
- ¿Y ahora en qué proyectos estás trabajando?
Ahora último, estudio el óleo y grabado con Luis Solorio y estoy experimentando mucho con la técnica del puntillismo, profundizando en los temas abstractos, tratando de buscar en mí. Ahora más que nunca, veo que no puedo dibujar o pintar mientras no lo sienta, es como meditar y reflexionar para mí.
Algo que considero fundamental es la curiosidad, te abre paso al conocimiento; me gusta la metafísica, la alquimia, las artistas del surrealismo, estoy estudiando el tarot, y leyendo a algunos artistas que trabajan la abstracción como Kandinsky y Klee.
- Por último, parece que tus trabajos son muy personales, pero de todos modos consulto si, ¿hay algún mensaje en específico que quieras transmitir?
- No tengo como un mensaje en específico más que el compartir mi vida creo y eso desde ya es un aprendizaje, no puedo evitar pintar lo que me sucede ni lo que voy aprendiendo porque siento que es de lo único que puedo hablar porque es lo único que conozco; realmente no quiero educar a nadie o dar un mensaje moralista. Quiero ser yo misma, mi único mensaje es que estoy aprendiendo y este es mi aprendizaje (mi obra), si a ti te sirve, te ayuda y lo disfrutas pues genial.
- Gracias Leila, por la entrevista.
- ¡A ustedes!
