Por: José Villagarcía.

El pasado viernes 26 de febrero se llevó a cabo el conversatorio “Música desde casa” organizado por el Centro Cultural de la Universidad de Piura (Centro Cultural UDEP) a través de un Facebook Live. El invitado de esta charla fue el maestro Pablo Sabat Mindreau, pianista y director de la Orquesta Sinfónica Nacional Juvenil Bicentenario.

El conversatorio fue presentado por Enrique Banús, director del centro cultural, quien mencionó los logros del director así como de la orquesta, formada por los más destacados jóvenes músicos del país, quienes acompañaron a destacados invitados internacionales como la soprano rusa Anna Netrebko, la mezzosoprano letona Elīna Garanča, el violinista estadounidense Gil Shaham, la violinista escocesa Nicola Benedetti, el cellista alemán Leonard Elschenbroich, el pianista ucraniano Alexei Grynyuk, el pianista checo Lukáš Vondráček, entre otros.

El director Banús presentaba algunas piezas interpretadas por la orquesta y dirigidas por el maestro Sabat, quien iba explicando y contando detalles de las presentaciones. La primera fue la 5ta sinfonía de Gustav Mahler. Pablo Sabat mencionó: “Es una obra extremadamente compleja, técnicamente es muy difícil. Para nosotros ha sido un privilegio y un gusto enorme haber llegado al nivel de enfrentarla y el resultado que hubo, estoy particularmente contento por el resultado de esa noche. Han sido diez años de trabajo, ir avanzando poco a poco”.

Sobre la pregunta si un director de orquesta tiene que ser un pianista, Sabat dijo que no era necesario. “Pero sí un buen instrumentista y que tenga mucha experiencia en música de cámara. Por mi experiencia siempre insisto en que el piano es importante porque permite acompañar, a cantantes sobre todo, para la formación de un director es fundamental”.

Tras ver el Concierto para violín de Piotr I. Tchaikovsky con el violinista Gil Shaham, el maestro enfatizó que “[...] el director toma el control sobre todo en los tutti, cuando toca toda la orquesta, pero la visión del solista debe primar sobre la del director, no creo cuando el director se impone, además se puede aprender mucho de un solista destacado como él, que insistió en tocar un pianissimo, un matiz tan suave, que nadie pensaba que se podía tocar, la orquesta tenía que tocar más bajo que él, y se logró”.

Sobre la pregunta sobre la simbología en el proceso de dirección en la ejecución, Pablo Sabat acotó: “Hay unos patrones que se adecúan al tipo de compás, binario, de cuatro tiempos, o de tres, tienen un patrón específico, las combinaciones que hay, también. Pero eso es el esqueleto, la base, cada director tiene su propio estilo de marcar, además hay muchas cosas involucradas, sobre todo mostrar a la orquesta la música, la visión que uno tiene del estudio de la partitura tiene que estar plasmada en el gesto, es un lenguaje de gestos. Los músicos usan la visión periférica para ver la partitura y ver al director. Lograr que una orquesta de cien músicos sientan una pieza como una unidad es algo increíble, casi mágico. Ya lo dijo Riccardo Muti, es la profesión más difícil del mundo”.