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FUENTE: SCREENSHOT DE LA PELÍCULA.

El oscuro secreto de: “El empleado nocturno”, por Michel Pando

“En definitiva, esta película es un trabajo exquisito desde el punto de vista técnico y narrativo, que a pesar de las incertidumbres en la trama no es nada pesada de ver. Las actuaciones aunque algo sosas, están a la altura del filme […]”.

Publicado: 2021-03-19

Por: Michel Pando.

The Night Clerk (2020) título original en inglés para El empleado nocturno, es un largometraje del pasado año que recién ha tomado relevancia en la plataforma de streaming Netflix. Esta película estadounidense es protagonizada por el actor Tye Sheridan en un papel magnífico y está escrita y dirigida por Michael Cristofer. Encasillada en el género de drama y crimen, El empleado nocturno es una película que sabe manejar sus tiempos, dejándonos la mayor parte de sus 90 minutos de duración en un estado de ambigüedad, que decanta en un final igualmente críptico.

El director del filme nos introduce sin preámbulo a la vida de Bart Bromley interpretado por Tye Sheridan; dicho personaje vive con el síndrome de Asperger, una variación del autismo que genera principalmente dificultades para socializar y problemas para empatizar con los demás. Cada persona con este síndrome tiende a comportamientos obsesivos y tienden a ser muy particulares, incluso pudiendo actuar de maneras oscuras pero bien intencionadas como sucede con Sheridan en este protagónico que cumple con todas estas características, las cuales serán la razón del infortunio primario de su personaje. La historia presentada de forma abrupta al espectador, consigue generar intriga y por ende excitación por la ausencia de información inicial. Por lo que no es la típica historia de un desdichado. Por otro lado, la cinta presenta un despliegue de la cámara tan peculiar desde el primer instante que apela a la curiosidad del espectador.

Dado el inicio aparentemente sucio de la toma en diversas cámaras, parece ser del estilo cinematográfico: “documental falso”. Sin embargo, esta primera impresión no es más que errada, puesto que después de las escenas ininteligibles del comienzo, viene un montaje fotográfico bastante cuidado y planos interrelacionados de forma lógica. Esta innovación de The Night Clerk (el empleado nocturno) está en utilizar diversos soportes audiovisuales, tal como cámaras Gopro o de vigilancia dentro de la propia narrativa de la película y que justifica sus particularidades visuales. Lo que genera un metalenguaje fílmico, apoyado en los diversos planos de grabación que toma el protagonista.

Este uso recuerda al estilo artístico del barroco, que justificaba las fuentes de luz en sus cuadros siempre y cuando colocaran dentro de ellos elementos que generasen iluminación; aunque algo alejado, guarda similitud recursiva para con sus composiciones. Trasladado a la tecnología moderna y haciendo cambios técnicos, la idea es la misma, por lo cual esta analogía es válida para el mundo del cine donde Michael Cristofer lo ha realizado magistralmente. Trabajo artístico destacado en la cinta, gracias al talento conjunto del director con Noah Greenberg encargado de la fotografía. Logrando el balance óptico ideal para este tipo de trama direccionado al crimen.

En definitiva, esta película es un trabajo exquisito desde el punto de vista técnico y narrativo, que a pesar de las incertidumbres en la trama no es nada pesada de ver. Las actuaciones aunque algo sosas, están a la altura del filme, pero es el modo de dirigir de Michael Cristofer y el trabajo de arte, que merecen la pena tomarse esa hora y media para verla y pasar un buen rato disfrutándola.


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