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FUENTE: SCREENSHOT DE LA PELÍCULA.

“La mujer en la ventana”: Un velo entre la realidad, por Michel Pando

“Una historia magistral basada en la novela negra de A.J. Finn que no tiene nada que envidiarle al libro, llena de intriga y misterio este relato que no tiene pierde. Contiene unos cuadros fotográficos donde Delbonnel hace gala de su trayectoria y rozan en el surrealismo del cine europeo pasado”.

Publicado: 2021-05-20

Por: Michel Pando.

La mujer en la ventana (2021) es un filme inglés de 100 minutos dirigido por Joe Wright. Financiado por grandes productoras como Fox 2000 pictures y 20th Century Studios entre otras, este reciente estreno de Netflix está dando la hora. Parte de este éxito debido a su adaptación del Best Seller de A. J. Finn que comparte título con el metraje.

El autor de este relato de intriga enmarcado en el género de novela negra, afirma que esta historia es uno de sus mejores trabajos, incluso ha sido reconocida por Stephen King como una obra “excepcional”. El largometraje cuenta con una notable historia apoyada en sus antecedentes literarios; para la cinta es reinterpretado al lenguaje cinematográfico por el guionista y ganador de un pulitzer: Tracy Letts. Asimismo la película tiene una dirección fotográfica llena de la atmósfera surrealista propia del cine europeo en el siglo pasado y cuenta con la excelente actuación de Amy Adams en su protagónico como la Dra. Fox.

La novela y la cinta se centran en la Dra. Anna Fox (Adams), una psicóloga especializada en niños quién padece agorafobia. Dicho trastorno puede derivarse de la ansiedad que suele aparecer después de uno o más ataques de pánico. La agorafobia está relacionada al temor obsesivo a los espacios abiertos o descubiertos, por tanto quienes la padecen tienden a mantenerse aislados dentro de sus hogares. Es así como el personaje de Adams se desarrolla en el interior de las viejas paredes de su casa en Nueva York. La rutina usual de Anna es beber vino y espiar a sus vecinos, aunque parte de su quehacer diario está en las conversaciones con su esposo e hija vía internet. Por lo tanto esta mujer enclaustrada por su enfermedad comenzará a vivir momentos de espanto luego de presenciar algo que no debía en la casa de enfrente.

La trama es bastante impredecible y enrevesada, sin duda uno de sus atractivos; sin embargo, el fuerte de esta película son las potentes imágenes llenas de tomas diversas y color durante el rodaje. Se resalta el trabajo de Bruno Delbonnel, un director de fotografía francés con una gran trayectoria que trabaja en la cinta. Dentro de sus logros tiene un premio Satellite a mejor fotografía por su colaboración en Balada de un hombre común (2014), uno de los más recientes previos a este trabajo; sin embargo, hemos podido disfrutar de su fotografía con anterioridad en distintas películas en las que se encuentra Amelié (2001) dentro de las más conocidas e igualmente destacables desde la perspectiva visual.

En esta oportunidad Delbonnel realizó un trabajo fotográfico que roza en el surrealismo y logra una obra sublime y violenta a su vez. La mujer en la ventana toma elementos del género surrealista como la fantasía onírica que juega con el espectador confundiendo las secuencias entre realidad e ilusión. Con un humor desaprensivo y cruel el director de fotografía intercala deliberadamente la confusión entre tiempos y escenarios que superpone en momentos de revelación. Igualmente el color tiene un papel importantísimo para condensar estas imágenes surreales que Delbonnel consigue al jugar con colores pasteles en las tendencias monocromáticas por cuadro. Así como el rosa característico en la habitación de Anna y todo lo que la envuelve allí.

Respecto a los planos hay un uso excesivo de todos los recursos conocidos por el cine como los contrapicados, doble pantalla, barrido, acercamientos, planos generales, primerísimos planos, etc. Aunque sobrecarga la estética por escenas, esto dota de movimiento a la única locación que manejan durante el rodaje: la casa de la protagonista. Por tanto, esto le genera un ritmo al largometraje y una sensación de acción constante. En suma la labor de Delbonnel aquí manifiestas, son un paso por sus adquisiciones técnicas y sensibles a lo largo de su carrera; muestra un gran dominio de la cámara y el color, lo que hace que efectivamente sean un atractivo relevante del filme.

La mujer en la ventana es una película imperdible dentro del catálogo de Netflix, ya que la trama siempre te mantiene al pendiente de lo que sucede o no sucede, siendo totalmente impredecible. Sutil por este aspecto narrativo, encontramos partes abruptas en cuanto a sus giros sorpresivos como a su sobrecargo visual, sin dejar de ser interesante a cada paso.

Debo destacar el trabajo actoral de Adams quién te convence del trastorno y no te deja grietas interpretativas en el proceso; por tanto, nada es obvio hasta el momento final. Sin embargo, este énfasis en su personaje por parte del director no dejó lucir a otros buenos actores en el reparto como Gary Oldman, Wyatt Russell, Fred Hechinger o Julianne Moore, que pasan sin pena ni gloria en la cinta. A pesar de estos detalles negativos en el metraje, el director Joe Wrigth realizó esta obra con minuciosidad y nostalgia hacia el cine surrealista de Europa. Aspecto que puntualizamos con la producción fotográfica del francés Delbonnel en líneas anteriores. Finalmente el filme consiguió el adecuado acoplamiento del guión a las necesidades del cine; donde Letts logra exprimir la novela negra: La mujer en la ventana (2018) y cuya historia ahora cautiva desde las pantallas.


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