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Gabriela Gallegos: “Vale la pena sentir estos 200 años como una celebración”

Entrevista a la actriz e improvisadora Gabriela Gallegos Dextre sobre su adaptación teatral ‘Aniversario de un país imposible’ presentada en Monumental Callao con motivo de la celebración del Bicentenario del Perú.

Publicado: 2021-07-25

Por: María Zapata.

TVRobles tuvo la oportunidad de conversar con Gabriela Gallegos Dextre, actriz teatral, improvisadora, educadora y directora de Imaginario Colectivo Perú. Actualmente, esta artista multidisciplinaria dirige y actúa la obra ‘Aniversario de un país imposible’, una adaptación teatral del poema ‘Todo eso es mi país’ de Sebastián Salazar Bondy.


Después de pasar una temporada encerrada en casa y adaptándote a la virtualidad, debido a la pandemia de la COVID-19, regresas al escenario en vivo con ‘Aniversario de un país imposible’ ¿Cómo te sientes con el estreno de tu obra en el Monumental Callao?
Siento que necesitaba esta oportunidad. El país afronta una emergencia sanitaria que mantiene a todos angustiados y encerrados en sus casas. Después de un año y medio, pude reencontrarme con el público en un escenario físico. Al principio, tenía muchas dudas de lo que iba a pasar y tan grande era mi incertidumbre que me puse a llorar después del estreno. Suelo ser una llorona, pero esta vez fui muy sincera con mis sentimientos. Me encantó volver a presentarme frente a muchas personas que querían escucharme y verme. Eso hizo que valorara más mi profesión. A veces, los actores tenemos muy interiorizado este vínculo con los demás y no sabemos apreciarlo hasta que llega la pandemia y nos aísla. Todo este tiempo, me sentí desconectada de la gente y del espacio teatral. Me daba miedo regresar al escenario y ver a extraños que buscaban pasar un momento maravilloso porque también estaban estresados. Quería entregarles un recuerdo inolvidable.
¿Cómo fue tu conexión con el público?
Hasta el último minuto, me cuestionaba si mi obra le iba a gustar o no a la gente. Pensaba que tal vez ya no sabía cómo conectarme con las personas porque me alejé del teatro por mucho tiempo. Puede que mi actuación fuera la primera que ellos veían en vivo, después de un año y medio. Sentía una gran presión. El temor se fue cuando escuché sus aplausos al finalizar la obra. Tanto el público como yo salimos del auditorio con una gran energía.
¿Cómo fue el proceso de creación de esta adaptación teatral?
Fue emocionante. Me avisaron de este proyecto dos semanas antes de realizar un viaje urgente. Lo primero que hice fue escribir varias palabras claves en notas adhesivas y pegarlas en mi pared. Constantemente, me preguntaba: ¿qué celebramos? ¿200 años de qué? Antes de crear la obra estaba muy molesta y decepcionada con el país, debido a su manera de gestionar la pandemia y a la tensión política que dividió a sus ciudadanos. En mi casa, reflexionaba sobre estos sentimientos mientras asociaba cada pregunta con una respuesta y una imagen que formaba en mi cabeza. Sin embargo, yo necesito cosas tangibles para crear. Comencé a construir estructuras poéticas plasmando mis ideas en una pizarra o en un papel. Estuve mucho tiempo pensando en las posibles historias y solo tenía claro que quería centrarme en un cumpleaños, en mi decepción y mi soledad. En ese sentido, no tenía idea de a donde me iba a llevar todo eso. Luego, comencé mi viaje y continué escribiendo el guión desde mi computadora. Desafortunadamente se malogró y tuve que usar mi celular. Yo soy muy física y necesito tener mis ideas en una libreta. Como no la tenía, usé un rollo de papel toalla para escribir lo que restaba de la obra. Soy una nerd. A cuatro días para el estreno aún no tenía la historia lista. Madrugué ensayando y tratando de reconocer qué quería mi cuerpo. De ese modo, empecé a identificar qué parte del texto pertenecía a cada uno de los personajes. Hasta se me ocurrieron dinámicas con el público. Al llegar a Lima continué ensayando y cambiando partes de la estructura de mi obra. Todo el esfuerzo valió la pena, porque el público lo disfrutó.
¿Por qué decidiste que tu obra fuera una adaptación del poema “Todo eso es mi país” de Sebastián Salazar Bondy?
A lo largo de mi proceso de creación, estuve buscando palabras que no fueran mías. Sentía que era muy soberbio escribir algo sobre el Perú que fuera completamente propio porque hay tantos poetas y escritores que redactaron textos hermosos para y sobre el país. En ese sentido, quería inspirar mi trabajo en un escrito que un compañero artista hubiera realizado en el pasado. Empecé a buscar y encontré este poema que me pareció increíblemente preciso para lo que quería hacer. Está compuesto por un montón de palabras que describen muy bien a la nación y todas son contrarias entre sí. Me cautivó.
Existe una contraposición entre el poema de Salazar Bondy con la adaptación teatral que actúas. En la prosa, el autor expone la diversidad desde el título, pero tú decidiste ser la única en escena. ¿Por qué?
Yo siempre me sentí muy sola. Me gusta trabajar en grupo, pero hay una cuestión dentro de mí que se retrae y me hace sentir solitaria. La pandemia intensificó ese sentimiento. Pasé seis meses completamente sola con el miedo a contagiarme de la Covid-19. Ahora que pude salir, siento que tengo una nueva relación con la sociedad. No obstante, el tema de la soledad es super importante para mí y está inmerso en muchos de mis recuerdos. Adicionalmente, me percaté que, a pesar de que seamos muy diversos, hay una sensación de estar fragmentados y ser solo nosotros en el camino. Últimamente, existe mucho individualismo.
En la obra, eres poseída por diferentes ánimas. ¿Qué representan ellas para ti?
Quería poner en escena la sensación que tengo de estar sola, pero no por eso deseaba ser la única en el espacio. Las ánimas o almas que poseen a esta mujer fueron para acompañarla. La única persona viva en el lugar soy yo, pero hay más entidades cerca. Las almas han venido del pasado porque el Perú está conformado por más voces e historias. Yo soy mis raíces, mi memoria, mi familia. Mi abuelo, por ejemplo, relató en un escrito su vida como ingeniero civil en Cusco. El ayudó a realizar la hidroeléctrica de la ciudad. Entonces, quién soy yo para estar molesta, en los 200 años de vida de este país, cuando hay personas que han luchado tanto, de manera apasionada, para construir y ayudar a su desarrollo. Hay más vidas que tienen que estar representadas. Yo me siento sola pero no lo estoy completamente. Festejo el bicentenario de esta nación imperfecta; así como también me reconcilio con ella.
¿Cuál es la reflexión que le quieres transmitir, con tu obra, a este país imposible?
Vale la pena celebrar la vida de todas las personas que conformaron y conforman este país imperfecto. Nada será como el Perú nunca porque lo amamos y odiamos con todo nuestro corazón. Vale la pena sentir estos 200 años como una celebración. Estamos vivos, a pesar de todos los problemas que acontecieron y hay que sentirse contento. Parece improbable que podamos seguir viviendo en un país que sufre mucho día a día, pero lo hacemos. Salazar Bondy dijo: “mi país es/simple, pura, infinitamente es/y el amor canta y llora, ahora lo comprendo, cuando ha alcanzado lo imposible”. Hoy más que nunca debemos estar unidos.
En ‘Aniversario de un país imposible’, la mesa celebratoria está servida y nadie más que una mujer atiende a la fiesta. Entre el juego y la tristeza de festejar sola, Gabriela Gallegos Dexter es poseída por diferentes ánimas del país que reclaman su derecho a apagar las velas. Las funciones de esta adaptación teatral se llevarán a cabo los días 25 de julio, 1, 8 y 15 de agosto. Todos están invitados. Gracias por tu tiempo.
A ti.

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