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Trepatroncos/Luis Ureta/Técnica mixta/40 x 50 cm./Fotografía: Daniel Bernedo.

De Gemas y Tunches de Luis Ureta, por Daniel Bernedo

“En la obra de Luis Ureta, la máscara es soporte de su universo, su exterior e interior, juego de verdades y misterios, desborda y se abre ante nosotros”.

Publicado: 2021-09-24

Por: Daniel Bernedo.

Estudiante de Historia del Arte-UNMSM.

Seis de abril del año 2019, la cita era a las 11:00 a.m, la exposición era “Gemas”, del artista Luis Ureta, en la Galería Yvonne Sanguineti (Barranco). Llegué minutos antes de lo pactado y me encontré con la profesora y Jorge, el asistente de cátedra, quien nos entregó un chocolate a cada uno de los que habíamos llegado puntuales a la galería. Mientras esperábamos que llegasen más estudiantes, me percaté que el artista ya se encontraba en la exposición, y yo –curioso y tímido a la vez– miraba las máscaras desde la puerta de ingreso, sin imaginar que en unos minutos esa sería la primera de una serie de gratas experiencias de mi carrera. Era la primera “clase fuera de clase” del curso de Seminario de Arte dictado por la profesora Mihaela Radulescu.

Luis nos recibió muy amablemente, se presentó, y empezó a explicarnos sobre “Gemas” y cada una de ellas, destacadas mujeres en su vida, cuyas máscaras estaban labradas de buen acabado, piedras preciosas, telas y detalles, y cargadas de recuerdos, emociones, aprendizaje y admiración. En las palabras de Luis sentí mucha humildad, cariño y una pasión por el arte, por aquellas mujeres a quienes hacía homenaje, las “Gemas”, un ilustre resplandor de memoria. Esa experiencia, de visitar la exposición, apreciar las obras, conocer y conversar con el artista, era la gema semanal que nos entregaba la profesora Mihaela.

Dorado Advenimiento era la máscara que Luis hizo de ella, su curadora, amiga, confidente, maestra querida. Hoy, puedo entender más que nunca aquella obra, pues la profesora Mihaela fue efectivamente un dorado advenimiento en cada uno de sus estudiantes y quienes la conocimos. Apareció en nuestras vidas y transformó nuestra percepción, nos permitió mirar un horizonte y trazar la línea hacia él y mucho más allá. El aula 209 de la Facultad de Letras de la UNMSM nunca fue tan cálida y grata como cuando ella dictaba sus clases, volviéndola incluso, una sala de exposición de nuestras creaciones. Su advenimiento marcó nuestras vidas y su dorado, riquezas y saberes, nos fue legado.

Dos años después, y a seis meses de su partida, vuelvo a encontrarme con la profesora Mihaela y Luis Ureta en “Tunche”, reciente exposición individual del artista en la Sala 770 del Centro Cultural Ricardo Palma (Miraflores). La muestra presenta una serie de veinte máscaras inspiradas en la Amazonía y la cultura peruana, con textos de la profesora Mihaela y el artista. “Tunche” es una experiencia espectacular que deseo abordar en cinco aspectos, los cuales percibí en el siguiente orden: la música, el cromatismo, la luz, las obras y los textos.

Lo primero que adviertes al entrar a “Tunche” es, efectivamente, el ambiente musical de la sala. Un ritmo amazónico electrónico, que le confiere familiaridad y contemporaneidad a la propuesta. Aquella constante sonora es nuestra acompañante perpetua en la sala, la guía del espacio que te introduce al universo simbólico de Ureta. Es un recurso que muy pocas veces he visto en exposiciones, y que de verdad te deja una fascinación que irá creciendo desde la primera hasta la última máscara. Aprovecho para consultar el nombre de la música, muy pegadiza por cierto.

El jade del espacio es impactante, hay una clara connotación del color con la Amazonía, pero encuentro yo algo más, un jade que me devuelve a “Gemas”, en lo precioso y llamativo. De la mano, va la iluminación de la sala. Y es interesante como la convergencia del espacio expositivo, desde sus aspectos técnicos –que pueden ser considerados plenamente pragmáticos, ensimismados a una finalidad concreta– puede llevar a lecturas simbólicas y místicas de la obra de arte. Digo esto porque en sonido, espacio y luz, la propuesta de “Tunche” es perfecta, todo converge en el tema y las obras, protagonistas de la escena, se nos presentan en una ritualidad –al son de la música, el precioso ambiente y el resplandor ancestral– que nos llevan a su apreciación y evocación.

La máscara proviene de la Antigüedad, y a lo largo del tiempo y las distintas culturas, ha tendido entre el uso ceremonial y escénico, lo real y lo fantástico, lo verídico y lo desconocido. Es encarnación, seguridad y vulnerabilidad al mismo tiempo, un exterior público y un interior de misterios. En la obra de Luis Ureta, la máscara es soporte de su universo, su exterior e interior, juego de verdades y misterios, desborda y se abre ante nosotros.

“Tunche” nos presenta veinte máscaras que cargan una simbología, desde lo más conocido a lo más recóndito, de la Amazonía y la cultura peruana. En su materialidad, las máscaras presentan un fino acabado, una diversidad increíble de elementos –dispuestos en armonía y sincronía– y un trabajo excelente de dibujo y pintura, que en conjunto es la fortaleza de la obra de Ureta.

La máscara, en solitario, empieza su travesía desde el color, donde el artista dispone sectores y motivos desde el imaginario visual. El color aquí nos evoca desde lo pop hasta lo tribal, una belleza lúdica que penetra en nuestra mente y dispara en asociaciones visuales. La línea del dibujo es concreta, marca las representaciones con fuerza y notoriedad. Hay una travesura entre color y dibujo, el primero nos invita a volar y el segundo a aterrizar, el juego de verdades y misterios.

Si vamos más allá, las máscaras de “Tunche” nos dicen, desde el color –lo que será–, desde el dibujo –lo que es, y desde su decoración y elementos– donde está, donde lo encontrarás. La respuesta cada uno la hallará

Seguidamente, los textos de la profesora Mihaela, curadora de la muestra, y el artista. Historia y destinos de las máscaras de Luis Ureta de Mihaela Radulescu es la síntesis y acertada definición de “Tunche”. Las palabras de la profesora, siempre tan precisas y profundas en dar con nuestro interior, entonan un hermoso texto curatorial de ella. Tunche de Luis Ureta nos da a conocer el concepto de la muestra y su incidencia en nuestra actualidad, con una emotiva reflexión de superación de este momento que vivimos. Son textos que deben de apreciar directamente.

Todas las obras son fascinantes, en cada una de ellas encuentras una carga visual y asociación que te hacen apreciarlas más. En lo personal, destaco mis dos obras favoritas: Maestro pelícano y Tu animal.

Maestro pelícano, de dualidad cromática azul-amarillo, está dominada por la iconografía de aves del Perú Antiguo, que se prolonga en la decoración de telas y plumas que presenta. Encuentro relación con ciertas tribalismo –y trivialidades– del arte africano, así como el carácter bufonesco de la máscara. Tengo esa sensación, la sonrisa prolongada –por la pintura– en mi lectura, la asocio con las situaciones difíciles durante este tiempo de pandemia, donde incluso llega a un extremo del absurdo y sólo queda reír ante los males. Querer volar y aterrizar, con las aves de compañía, es lo que me transmite dicha máscara.

Y en las circunstancias de esta actualidad, desde la pérdida, la tragedia y el desconsuelo, hay un proceso de resiliencia, de superación y fortaleza, distinto en todos pero ahí presente. Es lo que se ve en Tu animal. El felino como símbolo de fuerza –y supervivencia– en un ambiente de constante peligro, de identidad y lucha hacia las adversidades. Las plumas del vuelo, la libertad, que ansiamos.

Vuelvo a una anécdota, entre el pasado y el presente. Cuando visité “Gemas”, no fue hasta la mitad de la explicación del artista, cuando comentó la obra inspirada en la profesora y el texto curatorial que escribió, que pude percatarme que detrás de mí estaba efectivamente dicho texto. Lo mismo me sucedió cuando visité “Tunche”, no fue hasta casi el final que vi los textos. Las obras te llaman y te diriges a ellas, las aprecias, las lees, y como la profesora nos enseñó, te pones a profundizar en la semiótica visual de cada una de ellas.

Mi primera clase fuera del salón de clase, mi primera visita a una galería y el contacto con el artista, fue con la profesora Mihaela en el Seminario de Arte. También, ese seis de abril del 2019 fue la primera vez que ví un texto curatorial de la profesora Mihaela, y dos años después, nos encontramos nuevamente, así como con Luis Ureta y su obra. He evitado decir que este sea su último texto curatorial, pues no creo que sea así. En su forma de ver el arte, en su manera de escribir, en las enseñanzas que nos heredó, la profesora Mihaela está ahí presente. No habrá último texto, ella escribe con nosotros y lo seguirá haciendo. Siempre estuvo ahí para nosotros, y siempre estará ahí, en nuestras mentes, nuestros corazones y en lo que hagamos.

Gracias profesora Mihaela, y gracias Luis, por permitirme reencontrarme con ustedes.

Dato:

La muestra se puede visitar hasta el 26 de setiembre en el Centro Cultural Ricardo Palma (Av. Larco 770, Miraflores). El ingreso es libre respetando las medidas de bioseguridad.


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