Por: Noret Hidalgo.

Espacios Revelados: Ven a Revelar tu ciudad, se trata de una propuesta novedosa con proyectos e intervenciones artísticas, enfocados en el espacio público e inmuebles abandonados del Centro Histórico, Barrios Altos y el Rímac.

Esta iniciativa destaca por su capacidad de convocatoria, ya que desde sus primeras ediciones, la participación del público ha sido frecuente. Esto se debe a las innovadoras rutas que incluyen teatro, performance, artes visuales, sonoras, museografía y arquitectura.

Los días 11, 12 y 13 de marzo se llevó a cabo la última serie de proyectos con 9 rutas artísticas. Todas muy novedosas, participativas y sensibilizadoras. Durante el recorrido, el público pudo conocer lugares que nunca había visitado, lo que es importante ya que de esta manera se crean alternativas culturales en Lima y se descentralizan las ya conocidas. Cabe resaltar, que muchas de estas rutas no serán permanentes, pero el objetivo es que de alguna manera lo sean, para ello es importante que se conozcan y llamen la atención del público y las autoridades.

Existen espacios con mucho potencial artístico y patrimonial como por ejemplo la Casa Barbieri que gracias al proyecto “Las Habladoras”, tuvimos la oportunidad de adentrarnos en su arquitectura con una variedad de estilos.

Gala Berger, una de las autoras, nos comentó acerca de la propuesta. “Nuestro proyecto, lo que hace es dialogar con mujeres que viven en el Rímac en un hospicio que se autogestiona, son señoras mayores y lo que hicimos fue usar la Casa Barbieri solamente como escenario de estas conversaciones. Entonces en cada sala se escucha la charla que tuvimos con ellas, sus ideas políticas, sus sueños, sus esperanzas y esto es solo una caja de resonancia para las voces de las señoras”.

“Remigrantes”, es una instalación sonora realizada por Juan Osorio en el Puente Trujillo, el artista se inspiró en las mangas de viento japonesas, pero en vez de los clásicos pescaditos, utilizó imágenes de aves que habitaban antiguamente el Río Rímac.

Victor Gonzales, integrante del equipo de Espacios Revelados (ER) nos explicó en qué consiste este proyecto. “En esta parada se hace un remirar de la conexión entre el ser humano y la naturaleza, en la parte de arriba (instalación de mangas) puedes ver muchas especies de aves, son más de 40 especies que habitaban en esta zona del Rimac, pero debido a la destrucción del ecosistema por el ser humano, muchas de estas se han extinguido en estas áreas […] tenemos una fuente natural que es el río y a la vez tenemos un puente que está hecho con material que ha traído el ser humano, entonces se coloca aquí para poder demostrar el gran avance de la urbanización y cómo se ha ido destruyendo el ecosistema. Se tomó como inspiración al Río Rímac debido a que durante la pandemia, se auto regeneró a sí mismo dando a entender que la naturaleza no nos necesita, pero nosotros sí la necesitamos a ella”.

Siguiendo con el recorrido, visitamos el histórico mercado Baratillo del Rímac. Como parte del proyecto “Todo lo Diverso del Paisaje”, hubo una puesta en escena acompañada por ícaros bellamente entonados por Sadith Silvano, artista shipiba que nos dejó este poderoso mensaje: “Quiero agradecer a Gonzalo por esta invitación, para mi es un honor estar acá representando mi cultura Shipibo-Konibo con orgullo, porque yo soy de una cultura milenaria, por qué no estar orgullosa de quien soy y de donde vengo. Mi nombre es Sadith Silvano, yo soy líder, artista de la comunidad Shipibo, la comunidad es grande, somos mujeres empoderadas, mujeres de lucha, de guerra y estamos acá para poder mostrar que nosotras las mujeres ahora empoderamos nuestra comunidad. Ya no hay solo hombres, sino que las mujeres también estamos liderando nuestra comunidad y esto se hace ver por medio de nuestros conocimientos ancestrales, y nuestro arte Kené que nos ha empoderado”.

Es importante generar espacios culturales donde los artistas puedan expresarse y compartir directamente con el público. Sobre el tema, Javier Vera, miembro del equipo curatorial de Espacios Revelados, nos comentó: “En el Baratillo, no basta solo con entrar al espacio o conocerlo, sino que el aporte que hace Gonzalo Fernández de trabajar con los comerciantes, hacer estas performances artísticas, resignificar poéticamente el espacio, le da otra lectura y nos muestra otras posibilidades de uso. Lo que estamos viendo es cómo el mercado que está medio abandonado, en cuatro meses se empieza a convertir prácticamente en un centro cultural que vende cosas, pero que también es cercano a los vecinos, que es abierto a la familia, que recibe a los niños. Creemos que por ahí hay un indicio, una fórmula que podría ayudar a que los mercados como el Baratillo, que tienen esos problemas de abandono, que se convertirán en un centro comercial, puedan sobrevivir y mantener su tradición, su cercanía con las personas. Sería una pena que simplemente se convierta en un Metro o un Plaza Vea, sino que puedan cumplir otras funciones”.

Continuando con el recorrido, logramos subir hasta el último piso de la antigua fábrica Backus, como parte del proyecto “Torres del Silencio II” del colectivo Tres de México. Allí nos esperaba Elena Valiente, miembro del equipo de ER, quien nos comentó acerca de la propuesta. “La importancia de este proyecto es dar a conocer los espacios que han estado cerrados, y que esto no pase a un olvido, sino que sea parte de la historia y revalorar la comunidad alrededor, tanto del distrito como de la ciudad”.

Ante la pregunta de si la Fábrica Backus podría ser un espacio sostenible y de visita permanente, Elena nos dijo: “Es muy importante lo que hoy se da a conocer y sobre todo la importancia que tiene hoy la juventud que dan a conocer cada espacio y sobretodo el fin. Se trata de mejorar en cultura, en otros países lo logran y por qué aquí no si acá tenemos el potencial y tenemos mucho que aprovechar. Lo que falta es la inversión, pero para ello hay que darlo a conocer, porque si no lo das a conocer nadie lo sabe, mucha gente que vive cerca a esta fábrica nunca entró, siempre escuchó el ruido de la botella, pero nunca conoció la parte de adentro porque siempre estaba cerrado. Hoy tienen la oportunidad de apreciarlo y tal vez muchos de ellos recordar al papá, al abuelo que trabajaba aquí, entonces a través de ello lograr levantar, mejorar y revalorizar para un bien común”.

Finalmente, conversamos con algunos miembros del equipo de ER sobre la recepción del público, Javier Vera comentó: “Creo que ha sido muy buena, lo que habíamos detectado nosotros cuando estábamos haciendo la investigación para el proyecto de dónde ubicarlo, la hipótesis que teníamos era que en esta zona que estamos recorriendo hay muchos lugares interesantísimos, pero hay una percepción de inseguridad muy fuerte, la hipótesis es que hay una percepción mayor a la inseguridad real. Esta idea de cruzar el río e invitar a la gente a caminar por aquí tiene la intención de demostrar que claro hay riesgos, pero no es tan peligroso como se piensa. Por ese lado hay un cambio en el imaginario”.

Ana Paula Espinoza, también integrante de ER, nos comentó cómo ha sido su experiencia en este proyecto: “Ha sido muy grata, es bastante importante que para revalorar un edificio uno debe conocerlo y un inicio de alguna forma es invitar a los mismos ciudadanos que viven alrededor y que conozcan parte de lo que tienen. Me alegra mucho formar parte de esto, uno porque das esperanzas a las personas de ver de qué manera se puede utilizar el espacio, desarrollas un imaginario y además incentivas a los jóvenes a ver que hay potencialidades en cada distrito en Lima. Uno a veces piensa que está tan degradado, inseguro, pero si en verdad se quisiera trabajar se puede llegar a buen puerto”.

Además, nos explicó sobre la importancia de replicar este proyecto y buscar que sea permanente. “Si bien, este proyecto revalora un edificio antiguo, yo creo que no es el único, al menos puedo hablarte de mi distrito que tiene el 40 % del patrimonio histórico y está en el Rímac, solamente que está descuidado, entonces yo pienso que si se dieran estas intervenciones que no requieren que se invierta un gran monto, pero de alguna u otra forma marca un inicio. Entonces yo creo que sí se puede hacer un eje que articule nuevos lugares, que incentive a conocer y se puede llegar a algo mucho mayor”.

Muchos nos quedamos con la sensación de que la Fábrica Backus, además de centro cultural, es un excelente mirador, ya que ofrece una vista completa del Centro Histórico, sus edificios, incluido el mar, cubierto de nubes. Tenemos espacios valiosos, con potencial turístico y cultural, entonces, por qué permitir que estén abandonados a su suerte. Sin duda se hace un llamado a las autoridades y a nosotros, ciudadanos de a pie, a tomar conciencia y a participar activamente de los circuitos culturales, ya que como dice Ana Paula, no puedes valorar lo que no conoces.

Cabe señalar que esta iniciativa es un esfuerzo conjunto de la Fundación Siemens Stiftung de Alemania, el Centro Cultural de la Universidad del Pacífico y el Goethe-Institut Peru. Cuenta con el respaldo de la Municipalidad Metropolitana de Lima, la Municipalidad del Rímac, Prolima, el Patronato del Rímac, el Centro Cultural de la Universidad Mayor de San Marcos, la Universidad Nacional de Ingeniería, la Escuela Nacional Superior Autónoma de Bellas Artes, la Beneficencia de Lima, entre otras instituciones públicas y privadas comprometidas con la cultura.