Museo de Arte de San Marcos inaugura exposición “Una Máquina de Guerra”
Muestra del artista Sergio Zevallos se presentó también en el Museo Benaki en Atenas y en la Neue Galerie en Kassel.
Por: Noret Hidalgo.
El martes 22 de marzo, el Museo de Arte de San Marcos inauguró la exposición “Una Máquina de Guerra”, del artista Sergio Zevallos. De esta manera el MASM da inicio a su programación de exposiciones en formato presencial.
El proyecto toma como referencia a los museos etnográficos por la manera en que están instaladas: en vitrinas, con archivos documentales, dibujos, etc. La intención es trascender y crear nuevas alternativas frente a los museos antropológicos y dialogar con las obras de la colección permanente del propio MASM.
Conversamos con el artista Sergio Zevallos, quien nos dio algunos alcances sobre su propuesta y la decisión de realizarla en un contexto universitario: “Yo trabajo alrededor de la idea de la etnografía y los museos etnográficos como parte de una ideología de relaciones de guerra [...] El hecho de que parte de mi tema sea la etnografía y los museos etnográficos, me pareció importante entrar a una institución académica, que alberga estudios de antropología, de etnografía, etc., donde hay un público, un alumnado, estudiantes, profesores e investigadores dedicados al tema, me pareció importante meterme en ese contexto a dialogar con ellos”.
Es importante dialogar con los estudiantes, acostumbrados en muchos casos, a espacios de discusión unilateral, frente a ello, el artista opina que: “Desde un punto de vista utópico, una clase de historia, de antropología, de política, también podría ser de esta manera, como la sala de exposiciones. Una clase académica, desde mi punto de vista, no tiene porqué ser siempre un grupo de personas escuchando a una persona sola que supuestamente sabe mucho más que los otros, sino que podría ser un espacio de investigación y en esta exposición, me he dedicado a construirla de tal manera que se preste a ser un espacio de investigación y discusión [...] Que el encuentro no se reduzca a un formato de visita guiada típico, sino que se convierta en una discusión dentro de la cual yo seré un elemento más, pero no necesariamente el principal, que todos los participantes puedan encontrar momentos de quiebre, de puesta en duda de sus ideas y que a partir de ese momento se abran nuevas ideas dentro de la discusión”.
Conversamos con Daniel Bernedo, encargado de la gestión de públicos, sobre la propuesta educativa que formará parte de las actividades de la muestra y el público objetivo para esta primera etapa: “Principalmente Arte y Antropología son los grupos de San Marcos que van a estar presente el 25 y 31 de marzo y lo que se trabajará con ellos es lo que llamamos un espacio de investigación colaborativa, que consiste en visitas y diálogos en torno a la muestra. Primero tendremos una visita con el artista, después de manera exploratoria el público recorrerá las instalaciones y finalmente se dialogará en torno a los temas de la muestra. Justamente este compartir de experiencias es el que busca retroalimentar este concepto de Una Máquina de Guerra desde los discursos que se presentan aquí”.
La exposición tiene una interesante propuesta museográfica, la sala Juan Acha es el espacio propicio donde convergen las obras del artista y las del Museo de San Marcos. Luis Sovero, asistente de museografía, nos comentó acerca del proceso: “La experiencia ha sido dinámica, me ha gustado ser partícipe de instalar cada una de las obras, por ejemplo las cabezas requieren un tratamiento muy especial, aparentemente es fácil, sin embargo es cerámica, son piezas que están fragmentadas, hay que cuidar que las piezas no sufran de un movimiento inesperado. Es un trabajo que requiere delicadeza. La relación entre el artista y el equipo ha sido dinámica y en lo personal he aprendido bastante de Sergio, que el trabajo debe ser delicado y en los tiempos efectivos, un manejo constante y un mismo lenguaje entre el artista que conoce su obra y el museógrafo, en este caso Edwin Huancachoque y yo que hemos estado en la experiencia del montaje”.
Finalmente, dialogamos con el público y recogimos sus impresiones sobre la muestra: “Este elemento donde la máquina tiene que ver con nuestro cuerpo y todo esto tan perfecto que funciona, es muy interesante, porque desde muchos puntos de vista se puede tocar un tema como el que está planteando él. Desde el hecho mismo de las emociones hasta las acciones, lo violento, el sentimiento o lo que genera el cuerpo, la transformación que puede generar todo esto que está en funcionamiento, está vivo y sigue generando algo nuevo. Me parece interesante, deberían venir muchos chicos”, expresó Victoria Morales.
Podrán visitar “Una Máquina de Guerra” hasta el 6 de mayo de lunes a viernes de 10:00 a.m. a 1:00 p.m - 2: 00 p.m. a 4:00 p.m. El ingreso es libre.