Por: Patricia Páez.

En el mundo artístico peruano, muchos son quizá los personajes que nos han hecho y hacen reír. Sin embargo, no son muchos los que se atreven a proponer puestas en escena en las que, además de reír, se reflexionan problemas de la sociedad, problemas humanos. Esta reflexión a través de la risa es la que propone Christian Ysla, actor y director artístico en Los Productores. Conversamos con el reconocido comediante para profundizar más sobre su obra “Amor tenemos que hablar”, que se presenta en el Teatro Pirandello hasta fin de mes.

“Cuando se trata del humor de temas de pareja, por lo general, es destruyendo al otro, haciendo humor a partir de hacer sentir menos al otro”, explica Ysla al comentar sobre la fase creativa de la obra. ¿Acaso en las relaciones no debería primar el amor? Es la pregunta que se plantea y que se desarrolla de la mano de los actores Natalia Salas y Julián Zucci.

“Amor tenemos que hablar” es una comedia que hace un acercamiento a las dificultades que atraviesan las parejas en diferentes momentos de la vida. Ysla comenta que la idea surgió como parte de una necesidad para la programación de la temporada de aniversario de Los Productores. Una vez con la concepción y el tema de la obra, Ysla comenzó a investigar y profundizar en temas como el origen de los estereotipos o, incluso, cómo afectó la pandemia a las relaciones. Esto lo llevó, además, a hacer una introspección sobre sus propias experiencias.

“Mi premisa es que los estereotipos existen. Muchos de ellos pueden tener bases sólidas, pero hay que tener en cuenta que nosotros somos capaces de ir contra ellos y eso nos lleva a ser más evolucionados. No tengo que actuar como supuestamente dicen que actúan los hombres o como supuestamente actúan las mujeres. Yo soy capaz por mi ser individual de cambiar eso si lo deseo”.

El actor confiesa que una de las dificultades que tuvo al escribir la obra fue el machismo puesto que “[...] muchas de las cosas de las que iba escribiendo había todavía esos rezagos de machismo”. A pesar de sus 50 años, Christian Ysla comenta que siempre intenta mejorar como persona e identificar las actitudes machistas que pueda tener, al haber sido criado con mucho machismo. “Felizmente tengo una esposa que es feminista y mucho de los textos que iba escribiendo se los mostraba y ella me decía: “¿te das cuenta de esto? Aquí estás siendo machista. […] Lo que yo quería era hacer un texto más igualitario”.

Otro tema que ha podido analizar es la forma de hacer humor. El comediante expresa que en estos tiempos se están viviendo constantes transformaciones y el humor no escapa de esa tendencia al cambio. “Son tiempos de transformación constante. El tema del humor es que muchas cosas que eran graciosas hace 20 o 10 años ya en este momento no son graciosas o son graciosas pero no deberían serlo”.

Para Ysla, en el humor peruano hay todavía mucho en qué trabajar: desde la cosificación de la mujer hasta la ridiculización de personas LGTBI o el racismo. Estos son rezagos que deberíamos cambiar: “Nos falta mucho pero creo que el que ahora nos estemos cuestionando, que nos estemos dando cuenta de ello es importante. Que muchos comediantes digan que ya no se puede hacer comedia de nada es importante porque si dicen eso es una llamada de alerta”.

El actor comenta que para “Amor tenemos que hablar” le ayudó mucho el uso que dio a las redes sociales como el Tik-Tok para generar su propio contenido de manera ligera y rápida. “Las Redes sociales me sirvieron muchísimo para motivarme a escribir”. Pero también, el actor destaca el hecho de que la tecnología nos aíslen, por lo que en muchos momentos de la obra se toca esta cuestión.

El tema del amor tiene muchas aristas pero para Christian Ysla una de las principales es el compromiso. “El arte, la comedia, es un gran instrumento para cuestionarnos, más allá de divertirse y de reír es también cuestionarse y preguntarse: si yo he decidido amar a alguien, porque es una decisión, tener muy consciente qué es lo que implica eso. Todo lo que uno tiene que trabajar para que eso perduré en el tiempo”.

En sus palabras finales, Ysla resalta el hecho de ser conscientes de lo valioso que es tener un ser humano a tu lado y ponerse en el lugar del otro. Por ello, “[...] saber que somos diferentes, que los hombres y las mujeres somos diferentes, pero precisamente esa diferencia es lo que nos hace complementarios. Lo que busco en la obra es que la gente se ame. El tener alguien al costado es un privilegio y como tal hay que sentir que tenemos que cuidar al otro”.