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Publicado: 2024-02-11
Por Marco Yanayaco
Entablamos conversación con el reconocido músico y compositor, Raúl Romero, para que nos cuente más sobre su primera novela editada en el Perú, Diario de ejercicios, y cómo fueron sus experiencias al escribirlo. El libro fue publicado por la editorial Milhojas bajo el sello Garamond y cuenta con las ilustraciones de Arturo Rivas, disponible en las librerías del país.
- Esta es tu primera novela, pero el primer libro que publicaste fue Zooilógico en 2019 ¿Crees que este libro fue un paso previo para escribir Diario de ejercicios o existieron motivos distintos?
- Digamos que, si bien ambos están en un ámbito en común como la literatura, tienen origen distinto. Si me pongo a pensar en ello, Zooilogico fue un conjunto de adivinanzas que yo les hacía a mis hijos cuando eran pequeños. Por otro lado, Diario de ejercicios se dio a través de un impulso. Sé que hay muchos que sueñan con ser novelistas y se sientan a leer y escribir, pero en mi caso no. Mi motivación fue que hice un gimnasio en casa. Bueno, no uno literalmente porque eso sería… (risa), sino que hice una especie de circuito personal en el que corría de aquí para allá, y casi de la nada se me apareció el formato de diario y una historia, pero debo admitir que todo fue durante la pandemia. La locura y obsesión de este chiflado con su diario es un reflejo de la pandemia, ya que lo paranoico cobró mucha fuerza. El miedo a lo exterior, los mitos raros, entre otras cosas paranoicas lo envolvieron y lo arrojaron a todo este escenario psicológico y es así que nace Diario de ejercicios.
- ¿Cómo describirías la experiencia en términos creativos y emocionales?
- Lo que me pasa a mí con esto, claro que no es absoluto, es que creo que las canciones tienen una temática muy notoria. Por ejemplo, puedes hacer una canción sobre un tipo celoso y todo va por ese lado. Pero yo no pensé en, “oye, voy a crear a este ser neurótico”, no, para nada. El curso que se dio para esta novela fue más abierto y amplio como una cinta de correr. Supongo que por eso hay novelistas que buscan hacer una línea temática que van dando de comer poco a poco. Por supuesto, esto lo haría si escribiera otro tipo de libro y lo asemejo a cuando me puse a escribir guiones de película. Por tanto, para este libro al menos no lo tenía pensado así.
- Dado que el libro tiene este sentido del humor que manejas incluso en tus canciones, ¿consideraste fundamental que el libro reflejara esta característica de tu personalidad?
- Yo sé que tengo humor. Se percibe, ¿no? (risas). Pero este humor no está en cada cosa que yo haga. Mucha gente que hace stand-up comedy en su vida cotidiana hacen chistes, pero no lo hacen a cada momento y cuando hacen “su material” están sentados elaborándolo y no soy así. Yo prefiero que todo emane de mí. No suelo pensar en el humor que pondré. El libro no está construido con gags. Es solo este pata irradiándose cada vez más, poniéndose excéntrico, disociado de la realidad y eso lo hace cómico, pero me he involucrado más con los personajes que con el humor. Para mí sería una pesadilla hacer algo forzado y comprometido como el hacer reír.
- La obra cuenta con las ilustraciones de Arturo Rivas, ¿Cómo surgió esta colaboración, sientes que las ilustraciones complementan la experiencia del lector?
- Al principio no quería ilustraciones. Claro que esto ponía en riesgo de reducir el número de lectores (risas), pero lo que yo me proponía con el libro era retarme en la descripción de las cosas. Pero todas las personas a las que les enseñaba mi historia me dijeron que las ilustraciones iban bien y no perdía nada. Entonces decidí usarlas. Aun así, yo creo que las ilustraciones ayudan a plasmar las ocurrencias y le da al lector un descanso. Por otro lado, las ilustraciones tienen mucho humor, son variadas y atrae siempre verlas. El estilo final que les dio Arturo es espectacular. Fue todo un acierto acoplarlo a la historia.
- Has demostrado versatilidad artística en diversos campos. ¿Cómo influyeron tus experiencias anteriores en la creación del libro? ¿consideras que se refleja en Diario de ejercicios de alguna manera?
- Siendo distinto uno de otro, sí pienso que hay una actividad mental, una actitud de trabajo, una soltura que se va logrando y una convicción de que al terminar algo habrá un producto final. Esas experiencias sí ayudan, claro que no lo había visto así. Diría que primero hay una sensación de logro y lo que ocasionó eso en mí fue la creación de mi juego Mathmax porque no me detuve cuando no lo logré y busqué alternativas. De hecho, ayudó bastante cuando quise publicar esta novela y no la quisieron recibir al comienzo. Entonces creo que mis experiencias anteriores me demostraron en este libro que siempre voy hacia algo. Fíjate que no me lo había preguntado nunca y me doy cuenta ahora que sí.
- Al mencionar que la novela revela una faceta de la convivencia y la rutina durante el confinamiento, ¿existen momentos específicos en tu libro en los que sentiste una profunda conexión emocional con el protagonista?
- Yo creo que él tiene una relación con su esposa que sí refleja una parte de la mía. Por supuesto que la relación con mi esposa es mucho más rica. El protagonista trata a su esposa con cariño, con respeto, con complicidad, pero también deja en claro que su amor por el diario está muy por encima de ella y ahí yo ya fugo. Pero sí hay aspectos del libro en el que proyecto mi manera de ser. Aunque el libro sea ficción, el estar escribiendo sobre un tipo casado hace que coloques algo de tu experiencia en eso. Claro que este no es un libro biográfico donde he cambiado los nombres como los de Bayly. No va por ahí. El libro nació durante la pandemia porque me dio tiempo e influyó en algunas decisiones sobre los personajes y su forma de ser. Ni siquiera podría llamarlo un libro de Pandemia; en otras palabras, este loquito ya estaba loquito antes de la pandemia.
- La obra invita al lector a ser un personaje activo. ¿Cómo esperas que los lectores se relacionen con esta novela de una manera diferente a otras obras literarias? ¿Qué vuelve especial a “Diario de ejercicios” para ti?
- Es un libro muy especial porque es bastante de esta época. Sencillo de leer es su estructura. Un par de horas al día, así como hacer ejercicio y lo terminas. Pero quitando eso, creo que el lector va a pasar un buen momento. Yo no soy un estudioso de la literatura y sé que existen otros libros trascendentes; sin embargo, lo mío ha sido algo más lúdico. Hubo trabajo serio porque hubo reescrituras, pero también es bastante lúdico a comparación a otros. Es un libro que de ninguna manera te hará sentir mal ni decepcionado. Si logras captar hacia dónde quiere ir este loco, te vas a divertir y vas a querer saber que le pasa al final.
- Al ser esta tu primera novela, ¿visualizas este el comienzo de una nueva etapa en tu carrera direccionada al marco literario? ¿Tienes otros proyectos en los que estés trabajando o nuevos rumbos en los que deseas incursionar?
- Este año saco un disco luego de mucho tiempo, también estoy terminando el guion de una película y estoy yendo a Lima a dar un par de conciertos. Entonces, eso me va a tomar bastante tiempo. Yo pienso que ahora no creo sentarme a escribir. Es cierto que el segundo guion que hice da para un libro, pero sentarme a escribir palabras durante horas y horas y horas no es lo que quiero. Además, estoy metido en actividades deportivas todas las mañanas y lo disfruto un montón. Entonces, no creo que en un futuro inmediato ponerme a escribir. Así que no esperen mi segundo libro, lean el primero hasta que se agote y luego hablaré (risas). Después de todo es el más reciente.
- Muchas gracias, Raúl.
- No, faltaba más. Gracias a ustedes. Agradezco muchísimo la cobertura y el poder hablarles de Diario de ejercicios.
