Lima Alaraca: La expresión de lo cotidiano, lo diverso y lo perverso de una ciudad grisácea
La Galería de Arte Martín Yépez concentra en sus espacios la exposición de la primera muestra individual del artista urbano Alexis Chumpitaz “Bastar”.
Por: Bryan Egúsquiza.
Bajo el seudónimo de Bastar, derivado con orgullo de “bastardo”, el artista Alexis Chumpitaz ha construido una atmósfera fresca, popular, musical y “achorada” en el corazón del Centro Histórico de Lima. Sus creaciones reflejan la vida cotidiana, las calles bulliciosas, la gente, y la paleta de grises que pinta la ciudad, capturando memorias visuales a través de un ejercicio de evocación desde el corazón de su estudio, ahora expuestas al público en la Galería Martín Yépez.
Lima Alaraca es la expresión de lo cotidiano y lo perverso, un poema individual donde la realidad no encuentra una fuerza que armonice a los habitantes de la ciudad. A través de composiciones figurativas, la muestra expone la estética de los barrios explorando lo grotesco y lo vulgar, capturando la esencia efímera y la crudeza de los espacios de reunión juvenil de las zonas más populares de Lima. Destaca la concentración de pogos, barras bravas y fiestas chicha que alteran la tranquilidad de algunos y avivan la realidad de otros.
Criado en el Cono Norte, en Comas, y formado en la Escuela Nacional de Bellas Artes, Bastar valora el dibujo como fundamento de su arte, utilizando el carboncillo para explorar profundidades tonales y contrastes que caracterizan su debut en solitario. Este elemento le ha permitido alcanzar amplios valores estéticos y explorar las sombras que tanto le interesan, enfocándose en su primera exposición individual.
La obra de Bastar refleja su íntima familiaridad con la periferia, lugares a menudo marcados por la exclusión socioeconómica y la estigmatización. El hecho de que provenga del Cono Norte de Lima e incorpore esta perspectiva “desde dentro” en su arte, otorga autenticidad a sus representaciones de marginalidad y resistencia cultural. Sociológicamente, esto resalta cómo el espacio urbano que está segmentado no solo físicamente, sino también simbólicamente, creando fronteras invisibles que reflejan y perpetúan desigualdades.
La muestra, repleta de grafitis, vidrios rotos y calles impregnadas de cerveza y orín, es un canto a la realidad de los relegados, una crónica visual de los marginados y los invisibles. Bastar congrega espacios cuestionados donde se desarrollan los personajes de esta Lima Alaraca, actuando como testigo de la realidad de la otredad, una composición que, sin intención, alude al desborde popular estudiado por Matos Mar.
Bastar es directo y, sobre todo, realista. Con un enfoque crudo, el artista no evita la violencia que impregna estos espacios. La exposición contempla el enfrentamiento diario entre balaceras, muertes y pandillas, un escenario de terror para algunos, pero el pan de cada día para otros. Abarca desde la interacción con la muerte y la compasión hasta el amor desenfrenado, reflejando tanto la oscuridad como los matices de afecto en estos entornos.
La presencia de Bastar en el Colectivo Todas las Sangres, retratando murales del equipo de fútbol Alianza Lima, subraya su conexión con las barras bravas y la identidad de ciertos barrios, entrelazando el arte con la pasión por el deporte y la comunidad. A través de sus imágenes de barras bravas, fiestas chicha y la vida callejera, Bastar invoca la rica diversidad de la cultura popular limeña. Estas expresiones culturales, a menudo vistas como manifestaciones de desborde popular, son en realidad esenciales para la construcción de identidades comunitarias e individuales en contextos de adversidad. Esto subraya la importancia de la cultura popular como medio de resistencia y afirmación identitaria ante estructuras de poder dominantes.
El artista encuentra la belleza en el caos, indicándonos que la pintura maquillada y pulcra no expresa completamente la realidad. Se entiende el mensaje: existen muchos más matices más allá de la pintura colorida, y Lima Alaraca lo demuestra. Esta exposición retrata la cotidianidad de la Lima en la que todos convivimos y que algunos rechazan; es la expresión poética de encontrar belleza en el desorden sin caer en la idealización de la crudeza de la realidad. Con 70 obras que varían desde formatos de 10 cm hasta 4 metros, e incluso un espacio audiovisual, la exposición Lima Alaraca es una invitación a apreciar la ciudad chicha, donde el encanto de la diversidad y la compleja interacción de la realidad urbana son protagonistas.
La obra de Bastar demuestra cómo el arte puede ser un vehículo para explorar y cuestionar las complejidades de la vida urbana, la marginalidad y la identidad en contextos de rápida transformación social y económica. Al hacer visible lo invisible y dar voz a los sin voz, Bastar no solo desafía las narrativas dominantes, sino que también invita a una reflexión más profunda sobre las estructuras sociales que moldean nuestras vidas.
Cabe resaltar que, Lima Alaraca estará en la Galería de Arte Martín Yépez hasta el 16 de marzo, y sería un error no apreciar esta magnífica exposición. El ingreso es libre.