Por: Kiara Ochoa.

El pasado 27 de febrero, la Plaza de Armas de Lima se llenó de júbilo y luces al presenciar parte de la fiesta del Inti Raymi, como adelanto de lo que serán las celebraciones cusqueñas en el mes de junio. Así, la Empresa Municipal de Festejos y Promoción Turística del Cusco (Emufec) y la Municipalidad Metropolitana de Lima por intermedio de su Gerencia de Cultura, impulsaron la realización de la ceremonia como muestra de confraternidad entre ambas ciudades y promover la llegada de más turistas.

Posterior a la parte protocolar de los discursos, inició la esperada puesta en escena representada en estricto quechua, y por un impresionante elenco de artistas, quienes en conjunto hicieron posible traer un poco de esta gran celebración que es parte del corazón cultural y espiritual del Cusco. Ciudad en la que puede ser apreciada en todo su esplendor como es debido, honrando al sol, fuente de vida, así como la conexión con la naturaleza y los ciclos agrícolas: “Se trata de agradecer, de reflexionar y renovar nuestros votos de respeto y armonía con la Pacha Mama”, señalaron los organizadores.

El Inti Raymi más que un espectáculo, es un llamado para apreciar la cultura viva del país, de sumergirse en la magia de una tradición tan significativa que cuenta con más de mil artistas y un público aproximado de 25000 anualmente en la capital histórica del Cusco, siendo esta noche, una pequeña muestra de la ceremonia completa. De este modo, se dio la entonación del canto al sol, el rito de la coca, la ofrenda de la chicha sagrada y el encendido del fuego sacro. Además, como acto performático, el Inca unigénito traspasando las fronteras del tiempo, hizo entrega del quipu sagrado a las autoridades municipales del Cusco y Lima, enunciando finalmente su mensaje, como soberano de los cuatro suyos.

En esta demostración escénica, y en primeras filas, estuvieron miembros diplomáticos, alcaldes, regidores y familiares del elenco artístico, quienes danzaron y realizaron la teatralización de los rituales culturales. Es así que vimos al Inca, a la Coya, sacerdotes y jefes militares, seguir el guion histórico rigurosamente estructurado como homenaje al sol y la tierra. Se espera incentivar con esta ceremonia, el desarrollo económico del sector turismo en el Cusco.