Por: Kiara Ochoa.

La Casa de la Literatura Peruana presenta “Hicimos un alto en la cima”, exposición que trata de recorrer mediante distintas fuentes orales, escritas, testimoniales y documentales fílmicos, más que un viaje geográfico, uno simbólico que representa conocer al otro y en ese proceso, conocerse también a uno mismo. Se habla así de la trascendencia de los viajes, de llegar a nuevos territorios y admirar los paisajes naturales como las distintas maneras de ver el mundo: “[…] saberes, historias de vida, costumbres, condiciones físicas”.

Y es precisamente, a través de piezas literarias como fotográficas de distintos intelectuales y naturalistas que conocemos sus apreciaciones al llegar a tierras nuevas, de ver especies que los dejaron maravillados, entre la flora y fauna, y demás elementos naturales que conforman los distintos ecosistemas. Es esto lo que nos aguarda al entrar a la exposición, de la mano de Flora Tristán, Antonio Raimondi, Clorinda Matto, Felipe Guaman Poma de Ayala vemos como “[…] el encuentro con un territorio puede afectar a viajeros y viajeras generándoles experiencias físicas, anímicas e intelectuales que desean compartir con sus lectores”.

A estos escritos, se suman también medios contemporáneos que hacen aún más amenos el recorrido por la sala. Se trata no solo de cuentos e historietas que nos acompañan, sino de cortos documentales con testimonios reales, y piezas intervenidas por el colectivo Comunespacio, que presentan historias sobre la migración contadas desde los distintos puntos del Perú a los que fue llevada la intervención “Borda tu ruta”. Se entrelaza a su vez, con estos relatos sobre viajes hechos para garantizar la supervivencia: “Extrañeza, miedo y dolor son algunos sentimientos que se producen al abandonar el hogar. La incertidumbre embarga. El ideal por encontrar un lugar dentro de lo desconocido se mezcla con la esperanza en el porvenir”.

Asimismo, y de forma interactiva y educativa, hallamos esta variante del tres en raya que nos muestra por un lado los dibujos hechos por los artistas viajeros y por el otro, la información científica de las especies retratadas. A ello, se le suma, las fotografías dispuestas como en mirillas de las que ir girando para descubrirlas con mayor claridad. Sin dejar de lado, el videojuego Arrog que nos guía en un viaje más allá de lo terrenal, hacia la muerte, como exploración de lo incierto. Todo este juego lúdico presente en la muestra temporal, no hace más que invitar a niños, adolescentes y adultos a animarse a viajar por un momento entre el Perú, la literatura y aquello por descubrir en la trasformación personal que involucra transitar.

Cabe señalar que la exposición puede ser visitada en la sala 2 de la Casa de la Literatura Peruana (Jr. Áncash 207, Centro Histórico de Lima) de martes a domingo de 11:00 a.m. a 6:00 p.m. El ingreso es libre.