Reflejos Salvajes
El artista Pablo Quevedo presenta su segunda muestra individual, compuesta por 11 pinturas en diversos formatos, todas inspiradas en felinos.
Por: Liz Contreras P.
La Galería Martín Yépez presenta “La Ronda Felina” de Pablo Quevedo, una exposición que nos sumerge hacia un encuentro sigiloso e introspectivo con la figura del felino: los gatos y tigres.

La producción de Quevedo fusiona el realismo con otras corrientes artísticas, creando una propuesta única. Luego de “Transiciones”, primera muestra individual, en la que aborda lo prehispánico representando fardos funerarios, el artista presenta su segunda muestra individual con una temática diferente, y una de sus preferidas: los animales.
Tras miradas desafiantes y sigilosas de cada felino hacia el espectador, esta exposición cuenta con 11 pinturas producidas entre el 2022 hasta el 2025, distribuidas en dos salas. El artista nos sumerge en un espacio entre dos elementos que acompañan a los felinos: el agua, presente en las obras de la primera sala, y el fuego/tierra, predominante en las obras de la segunda sala.
Quevedo constantemente explora nuevas temáticas, en las que disfruta de fusionar corrientes. Con esta exposición, el artista busca reflejar la dualidad que componen los cuerpos, así como la ciclicidad en los procesos, como lo veremos en la representación de una rueda del dharma que acompaña a unos gatitos en la obra del mismo título de la muestra, “La ronda felina” (2025), resaltando la seguridad en el porte y mirada desafiante en los felinos. “El felino trae una energía que genera consciencia sobre algo interno”, señala el artista.
“Morir muchas veces para vivir por siempre”

Quevedo fusiona las vertientes tradicionales y orientales en la creación de este cuadro, realizado entre pinceladas de acrílico y óleo sobre lienzo. Esta pintura destaca la imponente figura central de un tigre azul que reposa, acompañado de otros que lo rodean, todos situados en un terreno pantanoso. El realismo se refleja en la tridimensionalidad de las figuras, mientras que los elementos orientales se destacan con la inclusión de la flor de loto, los nenúfares, y el tigre de Amoy, una especie originaria del sur de China.
“En el budismo, la flor de loto es una analogía sobre la iluminación, y para llegar a ese florecimiento, debes pasar por ese pantano, lo oscuro, lo difícil. Debemos experimentar el frío para saber lo que es el calor”, menciona el artista.
Además, Quevedo añade: “El gato azul está dubitativo. El gato de la izquierda es como su luz que lo aconseja. Y para la parte derecha está el jaguar que está mirando un logro interno del tigre, que tiene que llegar a ello. Es una lucha interna entre dos polaridades que quieren llegar a un mismo resultando, no necesariamente uno debe ser mejor que el otro. [Nosotros] Somos esa dualidad, todos tenemos sombras y luces. El título viene de que, para darte cuenta de esa circularidad, debes fallar muchas veces, debes ´morir´, pero realmente no es una muerte sino una transformación constante”.
“El agua no lo puede mojar, el fuego no lo puede quemar”

Producida con manchas de óleo sobre lino, la pintura nos presenta a un gatito en posición de alerta, de mirada desafiante ante quien lo observe, preparado ante cualquier amenaza. Con pasos firmes, se adentra en un pantano atravesando nenúfares, mientras que al fondo se perfilan estatuas de apariencia femenina.
“Sejmet, la hija del dios Sol, tiene mucho de energía bélica. Esta gatita encarna esa energía de “La Ronda Felina”, también tiene esa actitud de agresión. Me gustaba como se conectaba”, agrega Quevedo.
“El triunfo (o las posibilidades infinitas)”

En este cuadro, elaborado con acrílico y óleo y sobre tela, fusiona elementos de tierra y fuego. En la composición, nos encontramos en un ambiente doméstico donde destacan las intensas miradas felinas dirigidas hacia el espectador, un personaje nuevo: el perro, así como dos figuras humanas de expresión dubitativa. Sobresale la presencia del tigre situado detrás del sofá y rodeado de llamas, actúa como una barrera visual que impide al espectador integrarse a conocer la obra, manteniéndolo al margen con una imponente presencia intimidante.
“Yo hago la composición final de la imagen en Photoshop. Al hacer esta, ponía unos tapices en el fondo, y de la nada apareció la cara de un tigre. De pronto, entendí que esa era la ronda felina, una aparición sigilosa, que está presente, te observa, con suma atención y cuidado”, comenta el artista.
Además, Pablo agrega: “Para mi este cuadro es el momento de tomar conciencia. El niño se acaba de dar cuenta de lo mismo que realizas con la flor de loto, pero de otra manera, con el fuego interno. Para poder tener ese fuego, el niño tiene que haber atravesado algo, no gratuitamente su mirada y el trasero del perro coinciden. Como si para obtener ese fuego, debes mirar en la mierda. Quería reflejar esa idea pero espero que no haya sido de una manera tan explícita”.
Pablo nos invita a conocer más de su trabajo en “La Ronda Felina”. “Quiero que [los asistentes] sientan algo bonito. La sensación que me gustaría es así como cuando viene un gato y te ronronea, entonces así, como que vas, y te ronronean los cuadros”, agrega el artista.
El artista comenta que cada obra producida le genera un proceso de sanación. “La pintura por un lado es intelectual, y por otro lado, tiene esto de oficio, de manual. Para mí, eso es un arte-sano, por el hecho de que mi intención es generar algo que me traiga alegría de ver, que me resuelva, que te pueda hablar a la mente si así lo deseas, o susurrar al corazón”, comenta.
Las fotografías de la nota son cortesía del mismo artista. Conoce más sobre el trabajo artístico de Pablo en su Instagram (@_pabloquevedo_) o en su sitio web https://quevedopablo.com/.

La muestra es de ingreso libre y se encuentra en el segundo piso de la Galería Martín Yépez, ubicada en la Av. Nicolás de Piérola 938, frente a la Plaza San Martín, Centro Histórico de Lima. Puedes visitarla de lunes a sábado de 10:00 a.m. a 6:00 p.m. hasta el 29 de marzo.