Por: Marco Yauri

El pasado 9 de junio se dio por terminada la breve primera temporada de presentaciones de “María Maricón”, obra testimonial que causó controversia en el ámbito cultural y religioso por supuestas afrentas a la imagen de la virgen María. Contrario a esto, la obra retrata la relación de un joven trans con su fe y la danza, pasiones que trata de abrazar a pesar de la oposición de una sociedad conservadora.

Gabriel Cárdenas Luna (Gabo para los amigos), director y protagonista, expone sus vivencias desde la niñez, sus inicios en la marinera y en el cristianismo, haciendo crítica a través de simbolismos. Retrata, por ejemplo, a grupos conservadores que vulneran los derechos de la comunidad trans, representándolos con máscaras de animales y atacando al personaje de Gabo tanto verbal como físicamente.

Otro detalle simbólico en María Maricón es el vestuario. A lo largo de la pieza, Gabo pasa de usar faldas negras, a doradas, blancas, polleras coloridas, camisa y pantalón, entre otros, mostrando así los avances y retrocesos que tiene en su lucha identitaria contra la sociedad. La obra muestra también distintas danzas típicas del Perú que han contado con participación de la comunidad trans. Gabo representa, por mencionar, el caso de la Jaujina, personaje de la Tunantada, danza que hace sátira de los roles tradicionales y que fue declarada en 2011 Patrimonio Cultural de la Nación.

En una de las escenas, Gabo se enfrenta con un cura ante Jesús, utilizando versículos bíblicos que abalan el amor al prójimo y la aceptación de la diversidad, explicando su intención de buscar fe y la oposición de la Iglesia, señalando así la diferencia entre lo profesado por la religión y el actuar contrario de sus devotos. “Creo que un mensaje fundamental es la celebración de la diferencia, con respecto a la orientación sexual y al género, pero también la diferencia y variedad de expresiones culturales que habitan y conviven en nuestro país” señala Santiago Montoya, actor secundario.

ACOSO Y ENCASILLAMIENTO

La obra narra además con crudeza experiencias de acoso sufrido por Gabo desde los 11 años. “Lo más complejo ha sido la escena de los acosos. Era un momento en el que tenía que abrirme mucho y contar cosas que no había contado ni a mis padres, que se enteraron de muchas de estas cosas con la obra, pues no sabía como decirles. Ha sido complejo, pero lo fui trabajando para ponerlo en escena” cuenta Gabriel cuando se le pregunta por lo más difícil de hacer María Maricón.

Gabriel Cárdenas, director y protagonista

Con esta puesta en escena, Gabo denuncia tanto la demonización de las personas trans, así como el encasillamiento de estas en el trabajo sexual, ignorando por completo sus sueños o metas personales, tratándolos como un mero objeto. De este modo, la pieza teatral en su conjunto no es solo producto de la experiencia de Gabo, es el resultado del odio vigente de grupos ultraconservadores, el desamparo de la ley ante víctimas trans, el acoso normalizado contra estas personas y una sociedad espectadora que no se remuerde ante la injusticia.

“La respuesta que hubo a raíz del nombre del afiche ya devela mucho de donde vivimos, de las diferentes esferas y distintas formas de enfocar la religión (…). Tomamos consciencia de la repercusión de la obra, de lo que podía pasar. Fue un momento bonito porque nos dimos cuenta de que no éramos solo la gente de escena, sino también la producción, medios y otros colectivos que nos apoyaron” relata Paul Lazo, actor secundario.

La primera temporada de María Maricón contó con 4 funciones en la Casa Yuyachkani, institución independiente que combina la tradición y la modernidad en las artes escénicas. Si bien no tiene anunciadas próximas fechas, Gabo indica que la recepción de la obra ha sido buena y que muy pronto volveremos a tener noticias y más funciones de María Maricón.

Puede seguir a María Maricón en @m4r14m4r1c0n_ y a Gabriel Cárdenas en @gabo.cardenas.luna