Memoria e identidad en el acervo del Banco de la Nación
“Imaginarios del Perú. La colección del Banco de la Nación” cuenta con 56 obras conformadas por pinturas y dibujos.
“La colección del Banco de la Nación constituye un corpus singular dentro del patrimonio cultural peruano. Reunidas a lo largo de décadas, estas obras no solo destacan por su valor estético, sino porque permiten aprender cómo distintas épocas han proyectado sensibilidades, tensiones y aspiraciones en imágenes que hoy funcionan como un archivo visual de la memoria del país. A diferencia de colecciones estrictamente museales, este acervo se ha configurado desde una convivencia institucional cotidiana con capas de memoria política, religiosa, social y simbólica”.
Por: Carmen Andrea Zavaleta Laredo.
La Galería Municipal de Arte Pancho Fierro presenta la exposición “Imaginarios del Perú. La colección del Banco de la Nación”, una muestra que se exhibe por primera vez al público y que propone un recorrido desde el barroco peruano hasta el arte moderno y contemporáneo. La exposición ofrece una mirada amplia a un conjunto de piezas emblemáticas organizadas en distintos períodos, permitiendo al visitante reconocer cómo los imaginarios del Perú se han construido y transformado a lo largo del tiempo, no como expresiones aisladas, sino como una conversación continua entre diversas herencias visuales, rupturas históricas y nuevas formas de sensibilidad.

La muestra reúne 56 piezas, seleccionadas para construir una narrativa que busca resonar en el visitante los sentimientos de identidad, tradición, territorio y cambio. Organiza una diversidad que conserva su fuerza, su contexto y su singularidad. Al respecto el Banco de la Nación, señala: “Esta selección proviene de la pinacoteca del Banco de la Nación, desde donde impulsamos una labor sostenida de preservación, investigación y difusión del arte peruano. Este proyecto reconoce, además, el valor del trabajo profesional que hace posible que el arte se conserve, se estudie y se muestre con rigor”.
El recorrido de la muestra se estructura en los siguientes ejes: barroco peruano —con énfasis en la Escuela Cusqueña—, gráfica, República y documentación visual, así como arte moderno y contemporáneo.
En lo que respecta a la pintura virreinal, la muestra reúne un conjunto significativo de obras que abordan escenas monumentales de la Pasión de Cristo, retratos de carácter devocional y representaciones de santos, evidenciando la riqueza iconográfica y el valor simbólico de este periodo. Estas pinturas no solo cumplen una función religiosa, sino también pedagógica y doctrinal, propias del contexto evangelizador del Virreinato. Entre las piezas destacadas se encuentran El Taller de Nazaret, Señor de la Caña, El Prendimiento de Cristo, Santa Rosa de Lima penitente y San Nicolás de Tolentino, obras que reflejan tanto la influencia de modelos europeos como las particularidades formales desarrolladas en el ámbito andino. El recorrido de este eje concluye con un nacimiento cusqueño del taller de Hilario Menívil, pieza que sintetiza la tradición artesanal y devocional local, y que pone en valor la continuidad de estas prácticas en el imaginario visual peruano.
La segunda sala corresponde al período republicano y reúne un conjunto de obras que dan cuenta de la construcción de la imagen del país durante el siglo XIX y primeras décadas del XX. En este espacio se presentan las litografías de Manuel María del Mazo y León Williez, tempranos ejemplos del uso de la imagen como herramienta de crítica. Asimismo, se incluye la obra de Amédée Adrien Bonnaffé, artista viajero que registró las costumbres, escenas cotidianas y tradiciones de la Lima decimonónica, contribuyendo a la conformación de un imaginario urbano en proceso de modernización.
El recorrido incorpora también la obra de Víctor Humareda, cuya producción articula episodios de la Revolución Francesa como metáfora de la ambición, la violencia y la fragilidad del poder, estableciendo un diálogo entre historia, política y subjetividad. A ello se suman las vistas arquitectónicas de Salvador Pereira y Karl Dreyer, que documentan el crecimiento y la transformación del espacio urbano, así como los paisajes urbanos y rurales de Camino Sánchez, los cuales amplían la mirada hacia otros territorios y sensibilidades del país.

En la última sala se presentan obras organizadas en torno a ejes temáticos vinculados a la subjetividad, la ruptura y la emergencia de nuevas poéticas visuales. Se reúnen artistas del siglo XX que transforman la imagen en un espacio de experimentación, libertad formal y reflexión crítica. Este recorrido se inicia con el retrato anónimo de Nicolasa Cisneros, una pieza clave para comprender la transición entre los lenguajes heredados del siglo XIX y las sensibilidades modernas. El retrato funciona como un documento histórico y social que visibiliza la construcción de la identidad femenina en la temprana República y evidencia cómo la imagen fue utilizada para afirmar estatus, virtud y poder simbólico, marcando un punto de partida para las transformaciones posteriores de la representación artística. Junto a esta obra, se expone el trabajo de Ángel Chávez, Tilsa Tsuchiya, Sérvulo Gutiérrez, Macedonio de la Torre, Borka Sattler, entre otros.
Imaginarios del Perú. La colección del Banco de la Nación se consolida, así como una propuesta expositiva que no solo pone en valor un importante acervo artístico, sino que invita a reflexionar sobre la manera en que las imágenes han contribuido a construir y reconfigurar la memoria, la identidad y la sensibilidad visual del país a lo largo del tiempo. A través de este recorrido histórico y simbólico, la muestra establece un diálogo entre pasado y presente, ofreciendo al público una oportunidad para reconocer las continuidades, tensiones y transformaciones que atraviesan el arte peruano y su relación con los procesos sociales, culturales e históricos que lo han configurado.

Cabe señalar que la exposición estará abierta al público hasta el 4 de enero, de 10:00 a.m. a 7:00 p.m., en la Galería Municipal de Arte Pancho Fierro (Pasaje Santa Rosa 114, Centro Histórico de Lima). El ingreso es libre.